Esta fue una reflexión que me compartió un compañero y gran amigo al que tenía tiempo que no conversaba, y vía digital me lo conseguí. Y sin duda, en este difícil trance, y como lo titulé en este artículo, nuestra revolución tiene un puñal terrible clavado en el bolsillo que la está desangrando en estos momentos. Y lo más terrible es que no se ven soluciones en lo inmediato, cosa muy delicada con miras a las elecciones de diciembre.
Sin duda, los factores revolucionarios partimos en una posición de ventaja de cara a las parlamentarias del 6-D. Reitero lo que he señalado en artículos anteriores, no podemos subestimar ni menospreciar la movilización de 3 millones 200 mil almas. El pueblo en su mayoría aún cree en la Revolución Bolivariana y en el legado de Hugo Chávez. Pero esa participación por sí sola no es garantía de triunfo para las elecciones legislativas que tendremos dentro de unos cinco meses. En nuestro pueblo, aunque incipiente, se imponen niveles de conciencia importantes, que desconciertan y hacer quedar en ridículo hasta al más "sesudo" analista.
Hay mucha preocupación, incertidumbre y hasta ciertos niveles de agresividad. Hay actores políticos que se han encargado de impregnar un ambiente de pesimismo en el país y eso hay que combatirlo. Pero para ello, hay que generar confianza, acciones. Nuestro pueblo confía en el Presidente Nicolás Maduro, pero a su vez espera una respuesta de nosotros y estamos obligados a dársela.
Parte de esa respuesta que espera nuestro pueblo, el hombre y la mujer de a pie, chavista o no, en buena medida tiene que ver con el torcerle el brazo al bachaqueo y a quienes lo promueven, pero de manera urgente. Éste se ha convertido en una verdadera plaga que va corroyendo nuestro proceso revolucionario a una velocidad desastrosa, porque nuestra gente se cansa de esperar lo que no llega.
Y no me cabe la menor duda, tal y como el propio Hugo Chávez señaló cuando explicó sobre el "golpe mecha lenta" de Gene Sharpp, se pudiera causar una explosión social, pero no la explosión o estallido social como el que está esperando la derecha maltrecha, fascista, retrograda, violenta y pitiyanqui. No, no sería así. El estallido social que se pudiera generar en el país no sería en contra de la Revolución Bolivariana ni del Gobierno socialista y chavista de Nicolás Maduro Moros, sería en contra de la burguesía y de los enemigos del pueblo. Aunque debemos reconocer, que una situación de esas características, sin duda nos afectaría tremendamente.
Una bomba de tiempo está activada: tic, tac, tic, tac. Y a nosotros, los revolucionarios y revolucionarias que de alguna u otra manera nos ha correspondido en circunstancias y momentos asumir roles de vanguardia, y en este caso, de generar algún tipo de impacto y opinión pública, pues tenemos la inmensa responsabilidad de desactivar esa bomba de tiempo. Atravesaremos momentos duros, complejos y muy difíciles, pero pase lo que pase, siempre saldremos victoriosos.
Por hoy lo dejaremos hasta aquí, decidimos hoy ser inusualmente breves.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!