Apoyo totalmente la operaciones policiales que han ocurrido en las urbanizaciones creadas dentro de la Gran Misión Vivenda Venezuela, que forman parte de las Operaciones de Liberación del Pueblo. Sin embargo, estas actuaciones policiales son la consecuencia de la ausencia de políticas serias de selección de beneficiarios.
El Eterno Presidente Hugo Chávez quiso darle otro sentido a la palabra "damnificado" para convertirlo en "dignificado". No impuso restricciones en la búsqueda de las personas a las que pretendía beneficiar. Los problemas comenzaron cuando se creó la Misión Bolívar 2000, para otorgar viviendas dignas a quienes perdieron las suyas en aquella tragedia del Estado Vargas en 1999. Más tardaron en recibirlas los beneficiarios, que éstos en revenderlas.
Por eso digo que en la Gran Misión Vivienda Venezuela debió imponerse un intenso trabajo social y de inteligencia para detectar a quienes eran y siguen siendo buscados por la justicia, a quienes han usado su vivienda como casa de citas y a quienes en sus vecindarios le hacen la vida imposible, por sus escándalos, a sus vecinos. Menos fáciles de detectar han sido las personas que buscan el dinero fácil. Son éstas últimas quienes han revendido, de manera ilegal, las nuevas viviendas y sus enseres. Todas estas personas no pueden seguir recibiendo beneficios del Estado.
Pero, hay más: no basta que las nuevas viviendas sean habitadas por quienes realmente las necesitan, en las urbanizaciones establecidas por el Estado debe continuar entre los vecinos la aplicación de la inteligencia: ¿en cuales viviendas hay casas de citas?, ¿cuales viviendas han sido invadidas?. ¿Donde está la vigilancia?. ¿De donde salieron los "nuevos" vecinos?.
Si esto se hubiera hecho desde el principio, se evitaba lo más posible la delincuencia y que el Estado invirtiera en quien no debe, para dedicarse a las obras de infraestructura, como la del sistema ferroviario en el Estado Aragua: ¿cuando lo concluyen?
