Los defensores de los delincuentes, por lo general de formación y pertenencia burguesas, además de gente contraria al gobierno de turno, jamás han aceptado la práctica de estas extraordinarias medidas policiales.
Ciertamente, acaparadores, fabricantes y mayoristas actúan por intermedio de estos comerciantes menores e informales-no registrados en ninguna Alcaldía Municipal. Recordemos y tengamos presente que se trata de equipos formados por empresarios y sus agentes de distribución al mayor y al detal. Es una simple división del trabajo comercial.
Entre esos componentes humanos, obviamente, los más visibles a los ojos del consumidor final son los "bachaqueros", y, como si fuera poco, actualmente, cuando el comercio y la producción pasaron a ser frentes de guerra contra esta V República, la propia indefensión del consumidor frente al empresario mayor, frente al mayorista y frente al comerciante al detal, lo obliga a ver como enemigo de hecho al bachaquero, una persona tan pobre y consumidora como sus víctimas. Es un enemigo material e inmediato, mientras el resto de ese equipo puede-como lo es-ser perfectamente el autor intelectual.
El gobierno, por supuesto, debe tomar medidas contra el resto de la cadena-lo hace, aunque no con la contundencia necesaria por aquello de los mismos DD HH que siempre se le han respetado al rico, al más poderoso, y en favor de los cuales tales DD HH fueron diseñados y aprobados por diputados y senadores que siempre estuvieron a su incondicional servicio.
Se comprenderá que para detener con eficiencia y eficacia los delitos cometidos por delincuentes y colaboradores diseminados como bachacos-de allí su remoquete-no hay otra táctica policial que no sea la redada. Esta es una práctica inevitable cuando el delincuente se halla protegido de hecho, confundido y acompañado de personas inocentes, como es el caso de la aprehensión de un delincuente en una discoteca una noche cualquiera.
Creemos y hemos escuchado las declaraciones del Ministro ad hoc, cuando detalla que los abatidos responden a delincuentes con prontuarios determinados y que respondieron con armas de fuego, y que de un gran número de apresados sólo un bajo porcentaje quedó arrestado, mientras el resto sólo fue revisado para determinar sus credenciales como personas inocentes. En cuanto a las medidas tomadas por algunos Alcaldes: poner a barrer calles y ambientes públicos con uniformes pagados por las mismas Alcaldías no representan ningún agravio. ningún escarnio, además de que sí representan una suave pena civil preventiva contra quienes piensen plagiar estas indebidas prácticas de la especulación.
Mal puede, pues, estarse cuestionando estas eficaces tácticas clamadas por la mayoría de la población, con burocráticos argumentos de oficina cargados de mucha academia, como únicas capaces, con la urgencia del caso, de ayudar a combatir este tipo de delito cometido por agentes al servicio directo e indirecto de poderosos empresarios. La acción policial contra el resto del equipo, contra el delincuente de cuello blanco ya ameritaría otras tácticas y procedimientos judiciales dada la fuera defensiva que poseen estos tipos de delincuentes mayores.