¡Guaridas de malandros!

Bajo la fachada de las ONGs que dicen ocuparse de defender los derechos humanos se escudan los peores bandidos que puedan existir, corruptos políticos, ladrones, torturadores y asesinos; eso ocurre hoy en la mayoría de las que operan en Venezuela y otras partes del mundo. Los derechos humanos es la excusa escogida por gente perversa para actuar en la subversión del orden en muchos países, ya que resulta fácil conseguir el financiamiento de gobiernos extranjeros dados a promover esas prácticas. La mayoría de ONGs son muy diligentes en defender a sus miembros y simpatizantes cuando lo utilizan para cometer algunas fechorías, dándose tales "instituciones" a la tarea de denunciar por los medios de comunicaciones que se les viola los derechos humanos a un malhechor cuando se le pone en las muñecas las esposas, alegando que ello constituye un acto de tortura al ponérselas tan ajustadas. Que se les viola sus derechos humanos cuando al maleante lo meten a la patrulla policial, pues le están coartando su derecho al libre tránsito por el territorio nacional, y cuando un juzgado manda al delincuente a la cárcel, le violan los derechos humanos porque hace que el delincuente se sienta humillado.

Y así todos y cada uno de los derechos humanos se les viola a los delincuentes y de ello dan fe quienes los defienden vehementemente entre los que se cuentan algunos políticos y abogados. Pero cuando un delincuente atraca a un ciudadano, este ciudadano pareciera no tener derechos humanos, ya que nunca se ha visto que alguna ONG levante su voz en su defensa. Cuando un ciudadano es secuestrado, nadie ha visto a representantes de una ONG publicitar un aviso, aunque sea para repudiar el hecho. En resumen, los derechos humanos de la ciudadanía no existen para las ONGs, ellos solo existen para los delincuentes. La proliferación de ONGs de maletín en Venezuela, y que para velar por los derechos humanos, ha colaborado grandemente a que la delincuencia llegue al nivel de gravedad al que ha llegado en la actualidad.

El gobierno tiene un mandato constitucional muy claro, debe proteger a la población trabajadora y útil del país de los riesgos sociales que se le pueda presentar, por lo tanto hay que verificar constantemente si cada ONG llena todos los requisitos legales y técnicos para su funcionamiento, si cumple con su objetivo por el cual fue criada y si está a favor de la democracia o al contrario es un parapeto delictivo para atentar contra la buena marcha del país. No debe permitirse que la impunidad convierta a la nación en un antro, no a la impunidad.



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José M. Ameliach N.


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