Falta algunos días para cumplirse el bicentenario de la llamada Carta de Jamaica. Es el 6 de septiembre del año 1815 cuando Simón Bolívar escribe uno de sus más fecundos documentos, en ella expone las causas que concurren para la pérdida de la Segunda República en Venezuela y también exterioriza la imperiosa necesidad de que los países europeos apoyaran el movimiento independentista de la América Hispana, revelando magistralmente su convicción plena sobre la necesidad de la integración de nuestros pueblos. La gesta emancipadora de los países libertados por Simón Bolívar constituye un hecho grandioso y sus características únicas, diferentes a la de cualquier otro pueblo en el mundo; razones tomadas en cuenta mundialmente para considerar al Libertador el americano más prominente del siglo XIX.
Es a fines de 1814, y ante la pérdida de la Segunda República de Venezuela, que Bolívar nuevamente sale del país en medio del infortunio. El Libertador recorre parte del Caribe y, sin quebrantar su ánimo, sigue buscando respaldo para la causa de la independencia de Venezuela. En 1815 viaja a Jamaica y allí traza sus planes de liberación para su patria y otros países que le son colindantes. En tierras jamaiquinas escribe diferentes cartas y expone ante importantes personalidades de la época la gesta de los patriotas venezolanos y su derecho a la independencia. Durante su permanencia en la isla redacta la célebre Carta de Jamaica, documento de trascendencia histórica y geopolítica, escrito realizado con el propósito de dar respuesta al ciudadano inglés Henry Cullen. En sus líneas Bolívar, en un sobresaliente estilo y bajo una sin par clarividencia, reflexiona sobre la lucha por la independencia en un marco regional, expresando vehementemente su pensamiento antiimperialista e integrador de lo que él concibe como la América Meridional. A lo largo de la extensa Carta, Bolívar sostiene su postura sobre la unión de las tierras de América colonizadas por el imperio español, considerando que están llamadas a "unirse en una sola nación, con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con su todo". En otras palabras, Bolívar plantea la creación de una institucionalización de repúblicas constituidas en una sola alianza y hermandad.
Es así como la Carta de Jamaica concentra lo que habría de ser el programa político y estratégico de la tarea libertadora de Simón Bolívar, detallando aspectos fundamentales sobre los diferentes sectores que conformaban la vida de nuestros países, amalgamados en una nueva humanidad por la mezcla de los europeos con lo indígenas americanos y los africanos, población que conforman características y exigencias propias; así mismo reflexiona en la Carta sobre el pasado. Hace también una integral evaluación social e histórica de la situación para ese entonces del proceso independentista, y a la vez denuncia, en un profundo ejercicio narrativo, las brutalidades e injusticias del régimen colonial español. Sin embargo hace ver y sentir su alto optimismo sobre el futuro de estas tierras y la convicción plena de que el triunfo de la lucha independentista será inevitable, y es allí cuando lanza lo que constituye la esperanza de un visionario: "Yo deseo más que otro alguno de formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria..."