Una forma expedita de lavar dólares consistiría en comprar importaciones con dólares bien caros no adquiridos en el Banco Central de Venezuela (BCV). Obviamente, esa compra y esos dólares posiblemente chimbos, aparecerían ahora en libros y en especie, estarían lavados.
Independientemente de la paridad con que el valor en bolívares se registre en libros, ahora el importador tiene mercancías, maquinarias o materias primas en lugar de supuestos dólares en billetes de origen desconocido que no han pasado por el BCV.
El consumidor venezolano ha estado sometido a dos importantes perjuicios, a un atenazamiento: primero, porque las mercancías sufren precios elevados derivados de aquellos dólares adquiridos a paridades no oficiales, y segundo porque los bachaqueros les impiden comprar las mercancías vendidas en los supermercados oficiales a precios regulados ya que ellos, de varias formas y con corruptos de esos supermercados, acaparan y compran primero.
¿Qué hace o podría hacer el BCV? Creemos que bien podría obligar al importador a venderle el monto que en dólares haya registrado como coste de sus importaciones con una paridad oficial ajustada a la naturaleza de la mercancía importada. Se trataría de una compraventa nominal de tal manera que sólo quede reconocido en libros el valor determinado por el BCV, y así pueda bajar el precio de venta. De esa manera, se estaría eliminando una de las dos tenazas, o sea, frenando la presente inflación especulativa que está sufriendo la población venezolana; eso por una parte, y por otra este importador debe justificar la procedencia de los dólares con los que haya pagado la importación del caso y que supuestamente adquirió a paridades no oficiales.
Con precios bajos en todos los comercios el bachaquero perdería clientela nacional y vería amellada esta segunda tenaza. Como se ve, estos delincuentes y comerciantes han hecho el negocio más redondo del mundo; no en balde se han valido de la gran experiencia delictiva de expertos de las finanzas capitalistas.