La partido-cracia fue el cultivo adecuado q necesitaron los traidores de los pueblos para ahogar las esperanzas y mutilar las oportunidades de los pueblos, no en vano la máxima de Bolívar (Al que citaremos tantas veces como sea indispensable hacerlo) “…Cuando cesen los y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro…”.
Es no es una frase más para alzarse con la bandera de intelectual porque se tiene un título universitario o se haya tenido la amistad de personas en puestos de poder que permitan la posibilidad de ser OTRO vocero más de uno de eso “nuevos” partidos políticos he que saltado a la palestra pública nacional q hacen uso de una dialéctica “revolucionaria” a fin de arroparte con conceptos que más que útiles resultan empalagosos y generadores de confusión e incertidumbre, siguiendo el patrón propagandístico amarillista que hemos vivido en la primera década del siglo 21 a los fines de salir de la “dictadura”.
Es ya un esquema supra conocido, una cacofonía pueril de quienes creyéndose los gurúes de la política, pretenden sólo con palabras construir un sistema de valores q termine de desmontar el conjunto de códigos y signos culturales que coadyuvan al deterioro de la vida en harás del mayor rendimiento por el menor esfuerzo ergo: Especular-asesinar-chantajear.
En los inicios del proceso de cambio en el país apareció un artículo en un diario de circulación nacional en el que su autor advertía acerca de la nociva presencia de la tecnocracia en los surcos de la revolución. No se equivocó el autor, hoy cualquier “profesional” se cree sabio o el Rey de los tuertos por haberse leído unos libros y hasta muy posiblemente haberle pagado al profesor para que le pasara la materia (Disculpen los profesionales probos no deberían sentirse aludidos sino solidarizados con lo que saben q es cierto) o haber hecho uso de la conocida palanca mediante la cual han logrado obtener ilegalmente recursos del Estado para fundar un partido político o simplemente de pasar de rico a más rico y otro tanto de pobre a millardario y aparecer en los medios y ostentar cargos públicos con el atavismo de “luchador social” abnegado. Debemos recordar nuevamente la llamada crisis mexicana conocida como el “Efecto Tequila” para acotar que un título universitario no es garantía de estar capacitado, a la postre es un simple chantaje.
Hoy en lugar de trabajo y ejemplo saltan a la palestra sesudos que dicen “gritar” las verdades pero ese fuerte aliento no lo dirigen a transformar a crear a “inventar o errar” ¡No! Es más cómodo “gritar” perogrulladas como un falso mesías, cuando lo imperante es cumplir el precepto bolivariano de: “Todo el poder para el pueblo” . La lógica bolivariana no tiene desperdicio y está muy por encima de cualquier ideología traída de otras tierras, no obstante, los sesudos de izquierda solo la usan para propaganda y vivir de la revolución y los de la derecha, bueno esos no se sabe ni en que la usan porque viven tan preocupados por el país que no se ocupan de otra cosa que no sea seguir las instrucciones del asesor de la mentira y de fomentar el estado de malestar que los haga ganar elecciones.
Decir o “gritar las verdades” que se escuchan en la calle es inútil, ocioso y más en un entorno político como el nuestro; lo imperante es mostrar verdades de cambio, de transformación, de revolución. Eso sí sería un avance motivador, generador de nuevas expectativas que avivará la llama de la revolución.
¡Ah! Pero la complejidad del hecho sobrepasa las “capacidades” intelectuales y técnicas de los voceros de los neo-partidos políticos cuya esencia es la misma de la 4ta. República: Sin proyecto de país, con nombres propios de la mercadotecnia y dado que estamos en la guerra de 4ta generación, entonces hacemos patria, luchamos por el país desde una red social o escribiendo artículos para captar a ese 40% de la población q no “juega” dentro de la polarización política.
Ciertamente el proceso de transferencia del poder al pueblo esta lento y los mecanismos para acelerarlo tienen varios tornillos flojos y muchos con la rosca aislada, es ahí hacia donde debemos enfilar nuestra lucha para así tener la altura moral para “gritar” verdades q orienten al pueblo a tomar conciencia de su ser social a través de su participación directa en la política.
Emaldy Antonio Pacheco.
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