La economía venezolana en su diaria movilidad presenta alteraciones de signos nada económicos y mucho menos de racionalidad comercial, podemos asegurar que los agentes económicos andan dispersos en su estructura organizativa y distributiva pero acordes en una sola cosa, que hay que aumentar todo y de manera reiterativa sin obedecer para nada inclusive las reglas del mercado, están por encima del bien y el mal, sin importar que al final ellos mismos serán perjudicados, dados los niveles de descapitalización que producen los desmedidos e injustificables aumentos de precios muy por encima de los costos verdaderos, los cuales a estas alturas están en nebulosas difícil de controlar y menos detener.
Solo una medida ejecutiva a cierta fecha, podría de algún modo frenar esta vorágine incontrolada y para ello, la estructuración de un plan serio, científico y rigido emanado de las autoridades económicas y en acompañamiento del poder popular y comunal con niveles de conocimiento adecuados y precisos, entendemos deben procurar dejar por sentado dos cosas al menos, por una parte, el ejercicio de autoridad y por la otra el empoderamiento de manera tal que, de una vez por todas se haga terminal el asunto de los precios en razón ineludible de conceptos claros sobre el establecimiento de costos reales como debe ocurrir en cualquier país civilizado.
Entendemos el nivel de inducción político económica que incide en lo que esta pasando con los precios, no obstante, bueno es observar que el ataque a la economía envuelve sinrazones multiples y diversas en un andar de locura propiciado en un principio pero que ahora ha tomado niveles de costumbre y acción.
