Los mejores aliados de la derecha apátrida, porque son su creación y conforman el ejercito de desalmados a quienes, si se les presentara la oportunidad serían dignos componentes de las huestes asesinas del Estado Islámico, que tiene en vilo a buena parte del mundo con sus atrocidades, ni siquiera conocidas en los más truculentos escritos de autores de novelas de terror, son los aquí conocidos como bachaqueros, que como sabemos se han convertido en una plaga desmanteladora de los anaqueles de los establecimientos, destinados, privados y públicos, a proveer de lo necesario para la subsistencia a los venezolanos, sobre todo a los de clase media y baja, porque los de la burguesía, compran lo que requieren, así sea traído de cualquier parte del mundo y al precio que sea.
Son los bachaqueros una plaga que se multiplica como por arte de magia, familias enteras se suman cada día a su maligna práctica incluso abandonando por renuncia sus puestos de trabajo.
Con el cierre de la frontera se pensó que era su fin y que las odiosas colas que tanto rechazo generan, se iban a terminar, sin embargo todo sigue inalterable, porque esta plaga es mutante y encontró la manera de seguir en sus malsanas prácticas, cambiando el destino de sus insumos hacia el mercado interno por lo cual hemos visto incrementado en los supermercados y abastos, el desabastecimiento de rubros, sobre todo los regulados y los de mayor uso y consumo, y como consecuencia los precios en abastos pequeños y bodegas se han disparado de tal manera que lo que se compra hoy ya mañana cuesta hasta un 10 por ciento más.
Las colas no han disminuido, los capta huellas no has servido para nada, la compra por el último número de la cédula menos, sino que ha sido de tal punto contraproducente que ha aumentado la angustia de la gente, pues hace cola los días en que toca para no conseguir nada y a cambio ha perdido buena parte de su valioso tiempo.
A mí no me lo han contado sino que lo viví, fui víctima, pues aun cuando recorrí cinco supermercados, cédula en mano, me encontré con colas enormes y con la información de que los productos regulados en la mayoría de ellas ya se habían terminado gracias a la acción depredadora de los bachaqueros, quienes en cambote y previamente informados por quienes tienen la misión de "dar el pitazo" cuando saben que van a llegar los productos, porque incluso desde los sitios de despacho, o por parte de los transportistas, les pasan la información, y raudos y veloces copan las afueras de los establecimientos con su bien aceitada organización, tomando casi que por asalto la mayoría de dichos establecimientos, no dejando prácticamente nada para quienes acudimos con la esperanza de encontrar algo que nos permita evitar ser robados por los destinatarios del bachaqueo que son los revendedores.
Surge la pregunta, ¿es que es imposible encontrar un antídoto contra esta plaga maldita?
La respuesta, porque los resultados hasta ahora han sido negativos, es que pareciera imposible, aun cuando las autoridades tienen el perfil del delincuente bien determinado y se supone que con una buena labor de inteligencia se puede lograr golpear a los autores de tan aberrante práctica, si es que no queremos el día 06 por la noche, oír a alguien salir a decir que el triunfo de la derecha, si es que resultase que la consciencia es más débil que el estomago o el bolsillo para los revolucionarios que deberían garantizar una debacle, se debe a un héroe: EL BACHAQUERO, que resultó tan efectivo que él solo fue capaz de torcer el rumbo del país y colocarle en bandeja de oro a los enemigos de la patria el futuro de todo un pueblo y la entrega de su patrimonio a intereses imperiales, un héroe que sería muy difícil olvidar y que pasaría a la historia como una vergüenza para la Venezuela Revolucionaria.
Dios permita que esto que aquí escribo lo haya simplemente soñado como una pesadilla de esas que casi nos infartan.
