Algunos escritos de mi parte sobre el "I Consejo de Ministros del nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana" del 20 de octubre de 2012 anteceden esta nueva reflexión. Sin embargo, después de tres años "Golpe de timón" adquiere más vigencia y emergen novedosos descubrimiento de sus planteamientos, en especial cuando el gobierno actual del presidente Maduro, encargado de ejecutar esas instrucciones no ha hecho absolutamente nada para cumplirlas.

Algunos extremistas del "madurismo" (degeneración burocrática del proceso) argumentan la imposibilidad de cumplir el "Golpe de timón" producto de la "guerra económica", como si a Chávez nunca le hubiese tocado enfrentar el ataque de aquellos que todavía viven en la "Guerra Fría" y piensan que el socialismo es el mal de todas las sociedades.

El modelo económico, la democracia, el socialismo, el Estado Comunal, la autocrítica y la libertad de expresión popular son algunos de los aspectos reflexionados por el Presidente Chávez, que pone en el tapete los retos por cumplir, con base en los errores que superar, de esa nueva etapa.

Frases célebres como "Triste es que nos quedemos callados, para que no me llamen tirapiedra", entre otras se han extraído de este discurso, pero hoy quisiera generar un aporte adicional, sin pretender hacer dogma de las orientaciones de Chávez, y en el entendido que hoy las circunstancias han cambiado producto de no haber seguido si quiera la esencia de estas instrucciones.

Empezaba Chávez su discurso celebrando:

"Estaba leyendo por ahí que los bonos venezolanos se dispararon. El mundo sabe: Pdvsa aparece ahora como la segunda empresa dentro de las 500 más grandes de América Latina, una de las grandes del mundo, sólida y Venezuela sigue ocupando el lugar que le corresponde."

Hoy los bonos venezolanos tienden a la baja, y en promedio los papeles de la República cedieron 0,43 puntos y los de Pdvsa retrocedieron 0,25 puntos, y por otra parte PDVSA se ranquea como la empresa 19 de las 21 principales empresas petroleras del mundo, y en América Latina está de tercera, por debajo de Pemex y Petrobras.

Con este contraste quiero significar la importancia que le daba Chávez a los indicadores internacionales que hoy el gobierno de Maduro desdeña si no le conviene, tal como hoy se descalifican los indicadores macroeconómicos que ayer fueron la bandera de la gestión del presidente Chávez, negándonos así el derecho constitucional de saber en cifras como estamos, para poder discernir con datos oficiales si las acciones del gobierno son coherentes.

En este sentido Chávez en el mismo inicio del discurso nos decía:

"Aquí tengo el libro de István Mészáros, el capítulo XIX, que se llama "El sistema comunal y la ley del valor". Hay una frase que hace tiempo subrayé, la voy a leer, señores ministros, ministras, vicepresidente, hablando de la economía, del desarrollo económico, hablando del impulso social de la revolución: "El patrón de medición –dice Mészáros" de los logros socialistas es: hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión".

Hoy vemos como como una mayoría de comunas cooptadas son dependientes del Estado y por ende del gobierno, sin autonomía y capacidad de autogestión, exceptuando casos extraordinarios dignos de emular, y observamos con asombro el reclamo ya casi permanente de una "Auditoría Pública y Ciudadana" como consecuencia del desfalco de más de 259 mil millones de dólares denunciada por Marea Socialista y ni un solo pronunciamiento del gobierno al respeto y menos a favor del control social.

En cuanto a la democracia y el socialismo bolivariano y a la venezolana Chávez nos expresó que:

"Recordemos la Unión Soviética, lo que el viento se llevó: en la Unión Soviética nunca hubo democracia, no hubo socialismo. Eso derivó y los líderes no se dieron cuenta o si se dieron cuenta, no pudieron, y el imperio aquel golpeando."

Con lo que conclusiva y definitivamente Chávez asumía una postura ante modelos fracasados, conducidos por dictaduras y autoritarismos como el de Stalin, y contravenía el modelo de Capitalismo de Estado que condujo al fracaso democrático de la Unión Soviética, cosa profundamente contradictoria con la asociación pública que hace el mismo presidente Maduro con Stalin, y con el stalinismo impuesto en las estructuras del PSUV y el GPP.

Chávez remata este tema, en Golpe de Timón, reivindicando la democracia como valor fundamental del socialismo bolivariano de la siguiente manera:

"Por eso el socialismo en el siglo XXI, que aquí resurgió como de entre los muertos, es algo novedoso; tiene que ser verdaderamente nuevo, y una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo es su carácter democrático, una nueva hegemonía democrática, y eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer, y de allí lo que estábamos hablando, el tema mediático, el tema comunicacional, el tema de los argumentos, el tema de que estas cosas sean, lo que estamos presentando hoy, por ejemplo, que lo perciba el país todo; cómo lograrlo, cómo hacerlo.

El cambio cultural. Todo esto tiene que ir impactando en ese nivel cultural que es vital para el proceso revolucionario, para la construcción de la democracia socialista del siglo XXI en Venezuela"

Hoy simplemente esto no se discute, y los medios oficiales son para imponer una realidad que sólo está en el mundo de fantasía de una burocracia aislada de la realidad y sus secuaces que piensan que reproduciendo la mentira, podrán obtener las prebendas para ser parte de la repartición de la piñata en la que han convertido a la renta petrolera.

Cierro con esto; la autocrítica:

"La autocrítica es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacio. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras.

…Díganme ustedes cuántos ministros, ustedes, mis queridos compañeros, se han ido a dormir en un barrio tres días; díganme quién".

Hoy para el gobierno la autocrítica es traición, y es condenada con la exclusión, y aunque todos la practican en lo íntimo, la cúpula se desdobla y se miente a sí misma. Si hoy Chávez estuviera vivo, no mandaría a su gabinete a un barrio, sino que los mandaría a hacer cola a todos para que sientan lo que son las "colas sabrosas".

A tres años del "Golpe de timón" el timón está extraviado, pero el pueblo sigue estando claro que la opción no es la derecha, ni endógena ni opositora, y más allá de los resultados electorales, es inminente un cambio de rumbo en manos del pueblo, de todos aquellos que vivimos de nuestro trabajo, sin distingo de colores, no de las cúpulas.