Quinto malo

Las cadenas de Cadenas

El poeta Rafael Cadenas parece que sigue escribiendo, tal como lo hace desde sus años mozos. Yo le conocí, inicialmente, por sus Cuadernos del destierro, que nacieron de sus cinco años de exilio, durante la mitad de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Su prosa poética nos impactó a todos, sobre todos para quienes, con él, coincidíamos en una militancia comunista de la vida.

Barquisimetano, Cadenas nació en 1930 y se dedicó a la escritura desde sus Cantos iniciales, impresos en 1946, cuando apenas era un adolescente. Luego ha generado diversos textos en ensayo y poesía, permaneciendo consecuente con la palabra, pero no así con su visión del mundo. De comunista y antifascista, ahora ha devenido en un furibundo antizquierdista a quien los conceptos revolución y socialismo parecen producirle urticaria.

Claro, es su libre decisión la de saltar las talanqueras que quiera. Para nada debe intervenir en su creación literaria el neofanatismo que asume contra la Revolución Bolivariana y Chavista. La calidad de su obra no es mejor ni peor por ello, ¡qué siga escribiendo y ganándose premios por larga data! Desde mi corazón, son mis deseos.

Rafael Cadenas, ahora mismo acaba de ganar el "García Lorca" 2015, que, de alguna manera, debe honrar la memoria del poeta republicano y antifascista, Federico, asesinado por las hordas franquistas que amparaba la monarquía española.

Me cuento entre quienes asumimos al arte y a la literatura como revolucionarios en sí, independientemente de los discursos clasistas y furibundos de sus creadores, cuando toman partido político en posiciones abiertamente reaccionarias, como es el caso presente. Yo no he vuelto a leer nada de Rafael Cadenas en los últimos 20 años, mucho menos luego de sus tránsitos por los caminos del oposicionismo antichavista. Pero mi alusión presente sólo viene al caso porque debe producir cierta "incomodidad" recibir un premio cuyo epónimo honra, nada menos y nada más que, al andaluz Federico García Lorca. Y máxime cuando los prooligarcas locales celebran el reconocimiento, sin saber –o haciéndose los paisas- ante dos nombres profundamente distantes en sus maneras de acompañar socialmente a dominadores o a dominados.

La derecha venezolana, sin haber leído a uno ni a otro, alza las banderas al lado de quien, desde Venezuela, abandonó su "sarampión de juventud" que lo convirtió inicialmente en comunista y, ahora, en un anti. Allí están las cadenas de Cadenas.

 

 

 



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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