¡No a una guerra civil!

1 La historia de nuestro país está llena de gestas gloriosas. Nuestra libertad independentista se logró a fuerza de una guerra justa contra el imperio español, pero siempre bajo un comportamiento ejemplar de hidalguía. Históricamente somos un pueblo de paz. Sólo hemos echado mano a las armas cuando nuestra soberanía ha sido pisoteada, o ha estado amenazada, como lo está en estos momentos. Los ciudadanos de un país se unen, a pesar de sus diferencias, cuando pende sobre su nación un peligro latente. Pero hay casos especiales, donde aflora la pobreza de conciencia de algunos venezolanos; donde en vez de cerrar filas para defender a la Patria de una amenaza externa, se unen descaradamente al enemigo. Es una vergüenza, pero es cierto. El ejemplo esta a la vista de todos. Sólo los venezolanos y venezolanas nacionalistas, que aman a su Patria, están rodilla en tierra para defender nuestra libertad, y preservar la paz.

2 Yo acepto que el proceso que lidera Nicolás Maduro no sea perfecto, por lo cual es lógico que tenga oposición, como suele suceder en toda democracia en los diferentes países que gozan de ese privilegio. Acepto que hay corrupción a todos los niveles. Acepto que, producto de una guerra económica, haya escasez, unida a una mediocre producción de alimentos a nivel nacional. Acepto que existe un aparato burocrático descomunal. Acepto que vivimos en una sociedad polarizada, henchida de una tensión peligrosa. Acepto que los venezolanos y venezolanas vivimos en una constante zozobra debido a la inseguridad. Acepto, todo eso, y mucho más. Pero lo que no acepto es que un grupo importante de hombres y mujeres se conviertan en aliados de los enemigos de la Paria. Enemigos que están como caimán en boca é caño para ponerle la mano a nuestro país, y, por ende, a nuestro petróleo y demás riquezas. Eso no lo debe aceptar, ningún venezolano que ame a su país.

3 Nos hace falta tolerancia. Tanto a los chavistas como a los de la oposición. No habrá reconciliación ni paz entre nosotros si no nos toleramos los unos a los otros. Un ejemplo de un de una locura reciente: Leopoldo Villalobos, fiel a su trabajo por más de 20 años, estuvo como presentador y animador en la reinauguración del Teatro de la Opera de Maracay. Un acto más que anima sin cobrar, si nos atenemos a sus palabras. Tal como lo ha hecho en actos de la oposición. En este último caso nada ha pasado. Nadie ha dicho ni pío. Pero bastó que el conductor del programa "Sábado Sensacional" asistiera a un acto de tipo cultural, como el de Maracay, para que los intolerantes de la oposición le llovieran calificativos por las redes sociales. Este venezolano, acosado por los intolerantes, tuvo que acudir a Instagram para defenderse. Señores: ¡No es justo!

4 ¿En cuál lado está la intolerancia? Reconozco que dentro del chavismo puedan existir grupos intolerantes, pero no llegan a la exacerbación que llega la oposición, sea la derecha radical, o los que aparecen como motolitos. Los venezolanos y las venezolanas tienen que darse cuenta quiénes son los verdaderos intolerantes. Otro ejemplo: el presidente Nicolás Maduro declaró que inmediatamente después del 6D llamaría a un diálogo nacional desde Miraflores. ¿Qué pasó en las filas de la oposición? El señor Jesús "Chuo" Torrealba, en representación de la MUD desestimó el anuncio del presidente. "El encuentro nacional será el nuevo poder legislativo que emergerá el 6D", dijo el líder. Yo soy chavista. Nunca lo he negado. Pero amo a mi país. Amo a los venezolanos y venezolanas, piensen como piensen. Soy un hombre de mano tendida para cualquiera, sea lo que sea. Soy un hombre de una tolerancia comprobada, desde siempre.

5 Según mi óptica, el momento para una reconciliación de los venezolanos y venezolanas está muy lejos. Gane el chavismo o gane la oposición, en este país no habrá paz por largos años. Ojalá este equivocado. Algunos entendidos en materia política llegan a pronosticar una posible guerra civil en nuestro país. Dios nos libre. El señor general guerrerista John Kelly, pareciera saber mucho de un plan oculto del imperio estadounidense, cuando en una entrevista dejó colar ciertas amenazas contra Venezuela, desde la tierra del Tío Sam, en colaboración con algunos venezolanos, por esos lados vienen los tiros… Sería una locura que el imperio nos pusiera a matarnos entre hermanos. Nuestra idiosincrasia es la de un pueblo de paz. Un pueblo de sueños libertarios. Un pueblo con historia aguerrida. Un pueblo, rodilla en tierra para defender su soberanía y su libertad, pero no un pueblo ansioso del derrame de sangre entre nosotros mismos.

6 Por favor, recuperemos la sindéresis. Este es nuestro país. Es nuestra cuna. Es nuestro territorio. Aquí cabemos todos. Independientemente de la ideología que profesemos y la religión a la que pertenezcamos. Aquí nacieron nuestros abuelos. Nuestros padres. Nuestros hijos. Nuestros nietos. Aquí en esta tierra bendita está sembrada la más profunda raíz de nuestra estirpe. Por todo ello, urge la tolerancia necesaria para que nos reencontremos y juntos unamos nuestras fuerzas, nuestras ideas y nuestros deseos por una Venezuela unida, capaz de vivir en paz entre nosotros, y capaz de defender la libertad y la soberanía en nombre de nuestros héroes libertadores. Y capaz de resolver todos sus problemas sin la tutela de nadie. Por favor: ¡No permitamos que nos humillen desde afuera, pero tampoco nos humillemos entre nosotros! ¡Venezuela para todos los venezolanos! ¡No a la guerra civil!

 



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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