Estamos ante y dentro de un falso y perverso optimismo empaquetado en un supuesto, soñado y añorado retorno a Miraflores.
Si los latifundistas en tierras y edificaciones, para viviendas y usos agrícolas (muchísimas de las cuales han sometido al más severo sistema del engorde inmobiliario), si esos latifundistas privados, decimos, pisaran tierra venezolana, y si pudieran desamarrarse de quienes les saturan sus cabecitas de falso optimismo con un supuesto retorno a Miraflores, que lo respaldan con una hipotética y güebeliana (sic) afirmación sobre una alternativa ilegal e ilegítima, al mejor estilo maquiavélico-si logran desamarrarse, insistimos, si se comportaran más como comerciantes que como politiqueros, optarían por ofertar esos inmuebles con "precios de oportunidad y hasta de gallina flaca, porque es una verdad palmaria, intapable hasta con el más pequeñito sol, que sus jugosos y bíblicos tiempos de "vacas gordas" se encuentran en un acelerado proceso de extinción.
Es que el inédito-a nivel mundial-y megaproyecto de por lo menos 3 (tres) millones (3.000.000) de viviendas en sus correspondientes hábitat, más unos 2MM, aprox. de viviendas que se hallan en pleno y descubierto-a ojos vistas-proceso de remodelación, ampliación y potenciación con todos su servicios vitales, ese megaproyecto, ya parcialmente cubierto en casi 1/3 de aquellos 3MM, no es una ficción ni ninguna de esas promisiones electoreras incumplidas que siempre caracterizaron a los gobierno de ayer.
Digamos que con la cobertura de esos 5MM de familias-uno 20MM de personas- la mercancía vivienda está en vías de desaparecer con sus precios exagerados que por ahora han sufrido en aras de mantener esa oprobiosa separación entren los venezolanos, supuestamente, unos mejores que otros, no sólo en lo técnico, sino en lo social que es lo más dañino para todo tipo de sociedad.
Allá ellos, pero lo cierto y tangible es que en los negocios priva:"primero mis ganancias", "mi capital", "mi propiedad privada" y luego y bien largo a cjo. todo lo y los demás. Es la guía seguida al pie de la letra de todo capitalista que aspire a prosperar en sus términos, según su manera de ver las cosas, que, si a ver vamos, se las respetamos. Cumplimos con alertarlos porque los están manipulando y de lo lindo.
Todos aquellos propietarios que sigan pensando que sus propiedades inmobiliarias, esas que actualmente se hallan ociosas e invendibles, seguirán engordándose, deben pasearse por la realidad de que con toda seguridad están en vías de arruinarse porque en un futuro cercano ya no podrán vender a precios con engorde inclusive, aunque sí podrán liquidarlos con engorde negativo, a precios a futuro muy inferiores que el precio más barato que ahorita todavía tienen tiempo de recibir.
Esta no es una realidad mágica o hipotética, es la verdad para quienes puedan verlo con sus propios ojos aunque para ello tendrían también que dejar de consultar esos medios privados que jamás les abrirán suyos, esos ojitos que siempre los han mantenido cerrados cual bebé todavía recién nacido. ¿Dónde han dejado su consigna suprema, según la cual, negocios son negocios? Ellos, los engordadores de inmuebles, saben que primero es su ganancia ya que el odio, la Psicología y subjetivismos no cuentan ante el capital porque: o respetan a sus clientes solventes o irán a la ruina como muchos enceguecidos e idiotizados con el Cuento chino de que volverán, de que podrán volver.