Una plataforma de cuadros revolucionarios en medio de la coyuntura actual

En esta nueva coyuntura electoral, los revolucionarios y chavistas tendrían que fijar su atención especial en lograr definitivamente la consolidación del proyecto de la revolución bolivariana socialista y así derrotar con sus esfuerzos diarios a quienes, desde adentro y desde afuera de Venezuela, se mantienen conspirando sin descanso contra los logros del pueblo y la gobernabilidad de nuestro país.
En tal sentido, se requiere ir conformando en todo el país una Plataforma de Cuadros Revolucionarios, con gente realmente comprometida ética y moralmente con la revolución socialista bolivariana, la cual sirva también para aportar propuestas que trasciendan el simple marco electoral, puesto que, más allá de ello, se necesita fijar estructuras, tácticas y estrategias que le permitan al pueblo organizado avanzar en la profundización de la democracia participativa y del poder popular.
De ahí que -coincidiendo con analistas nacionales e internacionales- deba considerarse de vital importancia el triunfo electoral del chavismo el próximo 6 de diciembre en todas las circunscripciones, en vista de hallarse en riesgo todo lo logrado durante más de una década bajo el liderazgo del Presidente Hugo Chávez, sea en materia social, económica y/o política, al depender las decisiones legislativas de la contrarrevolución y de aquellos que, proclamándose chavistas, se han dejado guiar por sus ambiciones, resentimientos y falta de consistencia ideológica, sirviéndole ambos elementos de peones a los intereses hegemónicos del imperialismo gringo.
Por eso no puede desestimarse que, al igual que en las demás elecciones anteriores, estas elecciones de diputados a la Asamblea Nacional representan una nueva oportunidad para que el pueblo revolucionario sea capaz de establecer su hegemonía y de acabar con la permanente campaña de desestabilización que los sectores de la oposición, junto con sus mentores extranjeros, sobre todo, mantienen contra la economía y la soberanía del país.
De este modo, no sólo se dispondrá de una Asamblea Nacional con mayoría chavista que respalde las iniciativas y el gobierno del Presidente Nicolás Maduro sino que también se podrá contar con esta misma mayoría de diputados (lo quieran algunos o no) para impulsar decididamante los cambios estructurales que aún requiere Venezuela, especialmente en lo que se relaciona al orden político como también económico, de manera que la revolución socialista y el poder popular dejen de ser realidades retóricas para convertirse en realidades históricas concretas.
Asimismo, la actual conjunción de partidos políticos y de movimientos sociales en el Gran Polo Patriótico (GPP) podría ser aprovechada para delinear y poner en práctica un liderazgo de carácter colectivo e inclusivo, donde se manifiesten y respeten todas las tendencias ideológicas existentes en función de trabajar activamente por la construcción de un nuevo modelo de Estado, al igual que en fortalecer de forma sincera al poder popular.

Para ello es imprescindible que el GPP (superando los sectarismos de sus componentes) pase a ser una instancia revolucionaria de consultas, propuestas y debates que sirvan para orientar la gestión de gobierno en todos sus niveles y, por supuesto, para blindar al proceso revolucionario bolivariano socialista contra los ataques de los factores de la contrarrevolución endógena y exógena. Esto le exigiría a todos los partidos políticos y movimientos sociales plantearse una integración efectiva y no meramente electoral, cosa que se dificulta aún más si su interés primordial es lograr cuotas de poder y no en fortalecer el avance revolucionario del pueblo venezolano.



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Homar Garcés


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