Según datos bíblicos, Jesús recomendó encarecidamente que se diera de comer al hambriento, así como dar de beber al sediento.
Si la entrega ya de 800.000 (ochocientas mil = 800M) viviendas con hábitat incluido no es un "milagro" del presente, entonces o muchos andan en otro mundo-en el más allá, aunque en vida-desde hace más de 3 lustros, o queda ratificado que Jesucristo en verdad, de verdad, verdad, también hizo milagros.
Por ejemplo, puso a comer pan[2] y otros alimentos a un número de personas subalimentadas, como nunca antes había ocurrido; ¿cómo explicar ese fenómeno a la luz de nuestros tiempos de ahorita? Se le llama "la multiplicación de los panes", una traducción negativa, abstracta, numérica, de una mejor distribución de la riqueza. Jesús, al parecer, los distribuyó personalmente, de la cesta a las manos del hambriento[3]. Antes de él, esa cesta pasaba por los intermediarios hoy llamados comerciantes y corruptos de toda uña.
Inferimos, según mandatos del propio Jesús, que el problema de la vivienda no resultaba crítica en ese entonces. Es que efectivamente, este problemón es característico sólo del sistema capitalista que convirtió en mercancías hasta los ranchos "de tercera" de los cerros.
[1] Léase: La distribución directa de los panes y alimentos complementarios.
[2] Recordemos que pan es sinónimo de comida.
[3] Según datos bíblicos, Jesús recomendó encarecidamente que se diera de comer al hambriento y de beber al sediento. El problema actual de la sedienta Valencia todavía deja mucho que desear. Al parecer, no se instalan ni las simbólicas "mesas técnicas", no por lo menos en la parroquia El Socorro donde hubo asueto bancario y todo, ayer en su día.