Las encuestas y encuestadoras, por lo menos en lo relacionado con eso de averiguar la intención del votante y lo que es más importante informarle al público y hasta a los apostadores y políticos para que ajusten su conducta y sus apuestas, perdieron vigencia, seriedad y hasta respeto por el público.
De unos buenos años para acá, la encuestadora toma partido en la confrontación; se pone de parte de un bando u otro. Tanto es así, que hay encuestadoras partidarias del gobierno y otras de la oposición. Estas últimas son las más privilegiadas porque hasta reciben el apoyo del descomunal poder detrás de aquel sector como el gobierno de EEUU y la multitud de empresas privadas de allá y aquí interesadas en deshacerse más que de Maduro, del chavismo. Por eso, ellas hasta parecieran no hacer encuestas, las inventan o les asignan un resultado determinado, para lo que ajustan sus procedimientos y estrategia, como encuestar en un áreas donde se sabe de antemano, por diversos motivos, el criterio que allí prevalece.
Porque las encuestas y encuestadoras, ya no son agentes independientes, instituciones intentando ponerse al margen de la diatriba o las diferencias de opinión, intereses de distinta naturaleza de quienes confrontan, sino que han tomado partido y no sólo quieren un resultado determinado sino que ponen el hombro para ese fin. Ya no es un simple vínculo de clase del propietario con un sector de la sociedad, sino de lo que se relaciona con sus interés económicos y quién pudiera favorecerle. ¿Cuánto hay pa´eso?
Por eso, las encuestadoras se "equivocan" con demasiada frecuencia. Lo que en verdad no es cierto, sabían la verdad de las tendencias; lo verdadero se reduce a decir que también perdieron, cuando a quien pusieron como ganador, y hasta fácil, al final cayó derrotado. Porque su trabajo consistió no en informar al público, al elector sobre las preferencias, sino en ayudar a que su candidato o candidatos ganasen.
¿Acaso es sensato pensar que Datanálisis y otras empresas encuestadoras, no supieron de antemano que Chávez derrotaría por paliza a Capriles la última vez que confrontaron? ¿Si lo sabíamos los simples mortales que apenas nos guiamos por el oído y el olfato, lo que dice radio bemba, cómo concebir que aquellas, con muchos recursos, con gente regada en la calle para ver, oír e informar, fueran sorprendidas por unos resultados tan contundentes?
Lo mismo piensa uno de cuando las últimas elecciones de gobernadores y alcaldes; esas encuestadoras estuvieron a "años luz" de los resultados".
Claro, es bueno que sepamos, que la verdad verdadera, lo que en realidad dicen las encuestas, que se manejan a nivel interno, que pudiera coincidir o no con lo que sucede en la calle y mente humana en el momento que ellas se aplican, si llega fielmente a quienes la pagan interesados en saber cómo y qué hacer. Porque el trabajo del encuestador, como Datanálisis de Luis Vicente León, es contribuir que el candidato, partido o candidatos y partidos de la preferencia de quienes pagan esas encuestas, entre quienes está gente de la más rica del mundo, esperando volver a ponerse en el negocio del petróleo venezolano, ganen o mejor vuelvan al poder. Es decir, lo que dijimos al inicio, el encuestador es un cuadro más de partido, agente de la clase, que "incha", como dicen los aficionados del futbol, a favor de los suyos.
No obstante, las encuestas, digan lo que digan, recogen un instante de la disposición o estado de ánimo del encuestado, lo que puede variar radicalmente o no, depende de las circunstanmcias, dentro del lapso del último estudio de opinión y el momento de votar. El PP español, en una oportunidad, perdió con el PSOE, a última por un acontecimiento doloroso e inesperado. Ahora mismo, el prestigio de Hollande podría decaer por efectos del atentado del Estado Islámico y si el francés asocia esa calamidad y acto terrorista con la política presidencial que fortaleció precisamente a quienes ahora atacaron Paris, por destruir a Siria y derrocar el gobierno como antes hicieron en Libia. O hasta podría producirse el efecto contrario, depende como sea percibido el asunto.
Lo anteriormente dicho es tan cierto, que Luis Vicente León, de Datanálisis, pese sus nexos con la derecha y el mundo de los negocios, es decir por los cuatro costados, no se atreve a dar un pronóstico definitivo y contundente. Si bien es cierto que en algunos momentos ha parecido discrepar del accionar político, sobre todo en el uso de prácticas nada sanas y si muy violentas, del bando con quien está por la lógica que le amolda, no obstante pudiera temer exagerar, suministrando las mismas cifras exageradas que este suministra, para no desacreditar su empresa y su prestigio, por lo menos ante el gran público, lo que pese sus íntimas relaciones, podría afectar sus futuros negocios. ¿Cómo promover mis empresas usando una encuestadora y sobre todo intentado sustentarme ella si está desacreditada porque nunca pega una o tiene fama de falsear los datos?
Por eso, León, sin dejar de manifestar su deseo, muy natural en su caso, que gane la oposición, se distancia de ella diciendo que esos números que le da una ventaja holgada sobre el chavismo, no son ciertos. Entonces para él, intentado quedar bien con la oposición, desde donde le pagan y con quien tiene trazado su destino empresarial, pero al mismo tiempo cuidando que su prestigio de encuestador no quede descalificado, habla de una victoria estrecha. Es más, por si las moscas, el tipo no es cogido a lazo, no deja de admitir que, dentro de ese mismo rango, podría ganar el gobierno.
Lo cierto es, y esto no lo decimos también por expresar nuestro deseo, por lo menos en la política venezolana, para no mencionar situaciones de otros países que nos retarían a despejar incógnitas para la que ahora no estamos preparados, las encuestas y encuestadores, por lo menos en lo que refiere a lo que hacen llegar al gran público, no son referencia para formarnos opinión acerca de lo que podría acontecer el 6D.
Lo cierto es que frente a los fines del gobierno, la distribución equitativa del ingreso nacional, el manejo soberano del negocio petrolero, su evidente deseo de proteger a los más débiles, lo que no significa que logre sus buenas intenciones, sus políticas educativas, culturales, de salud pública, de vivienda, participación ciudadana, movilización permanente para explicar sus políticas, vincular al pueblo a las luchas por la soberanía y otras que enumerarlas nos llevaría a elaborar una larga lista, pudieran darle una enorme ventaja; sobre todo si vemos en la oposición falta de ideas, dudas para mezclarse entre las multitudes, ausencia de un discurso acerca de lo hacer y ofertas contrarias a lo que el pueblo conoce de la esencia de su pensamiento. Advierto que dejé para el final las reiteradas torpezas de la derecha y sobre todo de la diplomacia gringa.
El cuadro anterior pudiera hablarnos de una victoria fácil del gobierno bolivariano. No obstante los asuntos económicos, efectos de eso que el gobierno llama "guerra económica"; la galopante inflación que pulveriza en segundos los aumentos salariales; la especulación derivada de tretas como detención del ritmo productivo, acaparamiento, cálculo de precios finales de mercancías compradas a dólar preferencial como si lo hubiesen sido con paralelo, son fenómenos o consecuencias que la lógica del común de la gente, fortalecida con la prédica avasallante de los medios privados, atribuye a responsabilidad del gobierno, hasta por no poder impedir aquello. Todo esto último pudiera llevarnos mostrar a un cuadro electoral final distinto, o como ese que por conveniencia anuncia Luis Vicente León.
Por todo lo anterior, uno no estaría errado sí, tratándose de encuestas, al referirse a ellas, las tildase de simples presagios.