Si alguna oferta merma todos los días y en cada segundo es la del petróleo mundial porque sencillamente este no se reproduce, porque es una oferta no renovable, y por consiguiente, agotable en función directa de la velocidad de su consumo. Y como quiera que el petróleo es demando a cada segundo…
Como si fuera poco, ese consumo o demanda petrolera ha estado sometido a todo tipo de despilfarros y sobreconsumos particularmente cometidos por las mal llamadas grandes potencias, que no han sido ni son más que los grandes empresarios industriales capitalistas- unos pocos, de paso, cuales reyes con muchísimos súbditos-cuyas empresas no han parado sus máquinas tragapetróleo ni un segundo, y de eso hace más de 150 años seguiditos, desde cuando arrancaron sus indetenibles desarrollos industriales, su explotación masiva de asalariados, conquistaron y se adueñaron de los más agigantados mercados oferentes de petróleo baratísimo, mercados a los cuales en paralelo dominan y diariamente les inyectan ese consumismo que les permita a tales y pocos megaindustriales mantener cuotas crecientes de ganancias absolutas y hasta relativas, con mercados o clientelas solventes porque sólo así suavizan o enfrenan la insoslayable tendencia al decrecimiento de la tasa general de la ganancia capitalista.
Esa tasa y su decrecimiento tendencial es inevitable porque es ínsita a todo sistema productivo que incremente la utilización de medios de producción por un lado, y relativamente empobrezca su demanda de mano de obra por otro,la cual, aunque lo nieguen los burgueses y sus apologistas y nobelados, es la creadora exclusiva de la riqueza que hoy por hoy depende de mercados seguros tanto para proveerse de energéticos como para la colocación de sus mercancías elaboradas con su concurso, máxime cuando se habituaron a pagara precios irrisorios a su unilateral conveniencia, y han irrespetado siempre esa ley de demanda-oferta, misma que tanto han impuesto para la venta de sus mercancías.
Por consiguiente, de una oferta decreciente por excelencia y por su propia naturaleza como recurso natural no renovable, debería sobrevenir un alza permanente de precios sostenidos y ad infinitum hasta que se agote el último barril. Y conste que no se trata de una acción subjetiva que busque especular con esta estratégica mercancía que tiene mercado seguro representado por los industriales en cuestión; se trata sólo de una alternativa comercial estrictamente apegada a las leyes económicas de la Economía Burguesa y capitalista, sólo que por la vía de la violencia esas potencias también se han adueñado ilícitamente del control de los precios del petróleo y afines, precios que hasta ahora los mismos y verdaderos dueños de este recurso no han podido fijarlos por su propio impulso.
18/11/2015 05:43:51 p.m.