Una de las luchas más poderosas que se ha librado en este último siglo es la reinserción de la ética en la política y aún más si la política que se formula se hace en nombre de un ideal como el socialista.
A pesar del control de sectores económicos vinculados con el gobierno en los medios de comunicación de nuestro país, el caso de la detención de dos familiares de la esposa del presidente Maduro, Cilia Flores, se regó entre todos los estratos y sectores sociales del país, el problema es en qué términos y cuáles han sido sus consecuencias.
Un grave error de la gestión del presidente Maduro fue haber permitido la compra de medios de comunicación adversarios, que lo condujo a no tener verdaderos factores de confrontación sino un conjunto de aliados económicos a los que no puedes interpelar sino exigir, Chávez por el contrario si tenía enemigos reales en este sector económico.
Como consecuencia de lo anterior, las redes sociales han ido ocupando un mayor espacio en la generación de matrices de opinión que pone en riesgo la ética de informar a la que medianamente se puede apelar ante algún medio de comunicación formal.
En este sentido, la información deformada del caso citado ha hecho que sean pocos los elementos que se puedan tener claros: Los detenidos son familiares de Cilia Flores, la detención es por tráfico de drogas hacia los Estados Unidos y fue la DEA la que montó un operativo para tal fin. Pero también quedan claras dos cosas más: el gobierno de los Estados Unidos no ha formulado hasta el momento de escribir estas líneas, pronunciamiento alguno sobre el caso y lo que le pone la tapa al frasco: más allá de algunos comentarios ligeros, fanáticos e irresponsables de voceros del gobierno que extraoficialmente han tratado de simular el caso y quedar medianamente bien parados ante sus jefes, el gobierno venezolano no se ha pronunciado en días ante el caso que proyecta ser uno de los más delicados en la historia política contemporánea de nuestro país.
Ciertos argumentos sobran. Que si el "cartel Flores" o el "cartel de los Soles" son conceptos hasta ahora inverificables y provenientes de voces desautorizadas éticamente para ser creíbles en los términos que se plantean, pero el caso concreto de los sobrinos de Cilia Flores podría tener repercusiones insospechadas.
El primer elemento a comprobar es si existieron o no pasaportes diplomáticos, el segundo es el nivel de relaciones con la burocracia que de ser cierto fueron utilizados para tal acción y lo tercero es hacer transparente la proveniencia de los recursos y propiedades de estos jóvenes. Otro elemento que es fundamental fiscalizar desde un principio, es saber de dónde provienen los recursos que se están utilizando para la defensa de estos jóvenes en tribunales de los Estados Unidos.
Con base en todo lo anterior, el pueblo venezolano tendrá la capacidad de juzgar y formar opinión sobre la vinculación del gobierno con el caso, pero en otro orden de ideas y desde el punto de vista ético, es importante aclarar, más allá de las responsabilidades individuales de los jóvenes, cuáles fueron las acciones familiares, no de una no muy común, sino de la familia presidencial, en cuando a la seguridad de Estado que esto representa, y cuáles fueron las medidas de inteligencia militar de la Guardia de Honor Presidencial sobre quién recae la seguridad presidencial.
En lo humano, lamento esta difícil situación por la que está pasando la familia presidencial y me conmueve porque es una realidad que puede pasarle a cualquier familia venezolana, ya que la tentación de la vida fácil a través de la vinculación con el narcotráfico es un flagelo mundial, pero sobre este lamento pesa una mayor preocupación por el entorno presidencial. Si los Estados Unidos montaron una "olla" o un "falso positivo", lo peor es que sabiendo que está es una estrategia permanente de las agencias de seguridad estadounidenses, no se tomarán las medidas pertinentes para evitarlo, lo que genera aún mayor preocupación en cuanto a la conducción del país, y pone en juego el legado del Presidente Chávez.
El pronunciamiento oficial debe darse ya, y aún más importante, esperamos la verdad, junto a la activación de una investigación sería dentro de nuestro país. Si ellos se declaran culpables el 2 de diciembre son muchas las explicaciones que tendrá que dar nuestro gobierno, pero si se declaran inocentes, será una larga agonía de audiencias públicas que podrán en juego la estabilidad del gobierno venezolano y fundamentalmente del pueblo que vive de su trabajo, al menos que ellos sean realmente inocentes y la justicia estadounidense determine que es así.