Finalmente llega la hora de votar. Ha sido notoria la ausencia de los candidatos de la derecha en la calle: pocos actos, poca propaganda, poca movilización. Hay compatriotas que, ingenuamente, sostienen que no hicieron campaña. Al contrario, creo que esta ha sido la campaña más feroz que han desarrollado, solo que por medios y maneras no convencionales. El rumor, la maledicencia, el saboteo a la cadena productiva, los paros universitarios, el descrédito internacional, el ataque a nuestra moneda y al flujo de divisas, no son nada nuevo en su repertorio conspirativo, solo que esta vez tuvieron el peso central en la estrategia electoral reaccionaria.
Con un gran apoyo financiero y mediático internacional, buscaron instalar tres grandes mentiras en el sentido común mayoritario, preparando a la vez el camino a la desestabilización:
1.- El pueblo bolivariano perderá las elecciones el 6D. Tamaña mentira fue apuntalada con base en encuestas como si el resultado de estas -que no pocas veces son pagadas- fuese el mismo de la justa electoral. A los encuestólogos se le sumaron los opinadores y columnistas tarifados, que ya dieron por sentado unos números que favorecen a la contrarrevolución. Ese falso triunfalismo opositor contrasta con el triste conglomerado de decenas de organizaciones y voceros embaucadores que conforman la oposición. Claro que hay descontento entre los votantes, pero eso no se traducirá en más votos para la MUD. Lo sabe la derecha, así que mienten descaradamente para confundir, al atribuirse una victoria que no tendrán.
2.- El gobierno hará fraude. Tal falacia la conocemos desde el referéndum revocatorio que perdieron contra el comandante Chávez. La particular lógica reaccionaria no deja salida posible: ganas o también ganas y te hacen fraude. Esta falsedad anticipada claramente prepara el camino de la violencia que ya conocemos y tuvo ya su trágico ensayo cuando Capriles fue derrotado por el presidente Maduro.
3.- Las elecciones del 6D son contra el presidente Maduro. Esta mentira, tal como intentaron en las pasadas elecciones regionales cuando salieron con las tablas en la cabeza, apunta a romper como sea el curso constitucional. Recientemente el mariscal Chuo declaró: "Elecciones del 6D se han convertido en un plebiscito". Pretenden convertir la decisión electoral del domingo en un revocatorio presidencial.
En resumen, la estrategia opositora esta clara: "El 6D ya ganamos en nuestro afán de sacar al presidente Maduro".
Ante esto, no nos queda más que estar muy calmados, pero resueltos y alertas ante el desconocimiento anunciado, de manera reiterada, del triunfo bolivariano y el intento ya planificado y claramente develado de deponer al presidente Nicolás Maduro, en un desafío abierto a la voluntad mayoritaria y el mandato constitucional. Por resueltos entendemos no albergar dudas y motivar al máximo al pueblo venezolano a votar para defender el socialismo y las conquistas sociales logradas (pensiones, viviendas, educación gratuita…). Permanecer alertas significa estar prestos a la movilización en rechazo a la violencia y la ruptura de la legalidad, en caso de que la derecha pretenda imponerse por la fuerza, como ya nos ha enseñado la experiencia.
Ahora más que nunca ¡Chávez vive! ¡La lucha sigue!