Escribimos estas líneas cuando apenas tenemos referencia de un primer escrutinio, en donde queda claramente establecido el contundente triunfo de las fuerzas enemigas de la patria. 99 diputados para la derecha conservadora contra 46 de la Revolución, dan fe de la derrota. En sus primeras palabras, el Presidente Maduro, ha enfocado sus palabras –acertadamente- hacia las causas que dieron pie a la reversión de la voluntad popular: "Ha triunfado la guerra económica…", sin duda, pero el camarada Maduro no se queda en el diagnóstico y lanza a continuación, la esperada pero tardía solución: "La tarea central de la Revolución Bolivariana es acelerar una profunda revolución económica y productiva". Por fin, pisa tierra el camarada Maduro sobre la importancia que tiene la Economía en la vida de los pueblos, le ha dado su justo valor al analizar las causas de esta derrota, la segunda que enfrenta la Revolución en los 20 procesos electorales en que les ha tocado acudir.
En estos últimos tres años, hemos sido testigos de cuán intensa ha sido la llamada "guerra económica" contra nuestro pueblo. Han sido años, en que nuestro Gobierno se abstuvo de tomar decisiones trascendentales para inducir el cambio del modelo económico capitalista dominante en nuestra sociedad, prevista en el Plan de la Patria. "El exceso de prudencia es la más funesta de las imprudencias", señaló en alguna oportunidad el revolucionario ruso, León Trotsky, en tiempos de la Revolución Española de 1937, como advertencia a las fuerzas republicanas enfrentadas al fascismo, quienes se planteaban "construir un frente único con la burguesía "democrática", una alianza con lo que el revolucionario ruso llamó entonces: "sombra de la burguesía", pues, como bien señalaba entonces: "La aplastante mayoría de los explotadores de todos los matices políticos se había pasado al bando de Franco" (Escritos sobre España, L. Trotsky, 17-12-1937). En esa misma línea, de darnos Lecciones sobre los errores tácticos y estratégicos, recogidos de la tragedia española de aquellos años de guerra civil, Trotsky les advertía a las fuerzas revolucionarias: "En la revolución, la línea de menor resistencia resulta ser la de peor bancarrota. El miedo a aislarse de la burguesía conduce a aislarse de las masas" y, en consecuencia, "van derechos hacia su propia derrota", como en efecto ocurrió. Lecciones de la historia que no debemos olvidar, menos aún, cuando nos hemos propuesto transformarla.
La supremacía del modelo capitalista rentístico en nuestra economía sobre el modelo inclusivo Bolivariano, permitió a la MUD y a la burguesía (sin ser Gobierno) someternos a una economía de shock, muy similar a las que implementa el FMI en los países en que la derecha asume las directrices de gobierno. El pueblo venezolano, pudo sentir en carne propia, aumentos desmesurados y desproporcionados de los precios de alimentos, medicamentos, servicios públicos prestados por agentes privados como telefonía, internet, tv por subscripción, en aquellos servicios que no tenía incidencia alguna, procedía a su sabotaje con agentes internos infiltrados en las nóminas de las empresas públicas o sencillamente pagaba enormes sumas de dinero para que determinadas personas arriesgaran su vida por sabotear un servicio fundamental, como ocurrió con el sistema eléctrico nacional. Junto a la liberación de precios que ha sufrido nuestra economía se añadían como complementos, elementos claves como las colas inducidas y el desabastecimiento de productos fundamentales para el venezolano o venezolana de a pie, medicamentos que lo colocaban en situación de alto riesgo para su salud, repuestos y baterías para los vehículos de los compatriotas. En fin, si algo debemos reivindicar de esta intensa campaña de malestar nacional denominada como "guerra económica", es que le hemos visto los huesos y su verdadero rostro al capitalismo neoliberal salvaje, ese, que solo veíamos en los medios de comunicación internacionales que sometía a la miseria más brutal a pueblos como Grecia o España. Ese capitalismo brutal, que no veíamos y sentíamos desde aquel febrero de 1989, año en que decidimos que se fuera por siempre de nuestras tierras. Contra ese modelo de economía capitalista, se ha manifestado el voto del pueblo venezolano este 6D, solo que, nuestro pueblo no supo discernir acertadamente quién, en definitiva, era quien lo encarnaba.
Se ha cometido el mismo error que el pueblo Argentino, con la elección de Macri. Apoyando a la oposición, una mayoría importante de nuestro pueblo, ha colocado sus esperanzas de superación de esa situación, creada contradictoriamente por quienes fueron los depositarios de su confianza: la MUD, la burguesía y las fuerzas externas que le apoyan: el imperialismo de los EEUU, en el propio demonio, en las fuerzas del mal, pues, como dice el Papa Francisco: "el demonio no es una fábula: existe, y los cristianos no deben ser ingenuos frente a sus estrategias". Ahora, nos tocará a todos y todas por igual, ver al demonio actuar contra todas y todos por igual. En vocería de quien se ha vendido como el próximo presidente de la Asamblea Nacional, el líder adeco Henry Ramos Allup, la oposición ha definido lo que será su actuación para los próximos años leamos: "Una de las cosas fundamentales que tenemos que hacer no es actuar como contrapoder, sino como poder autónomo, repito, que no va a ser más nunca la escurrencia de las aguas de Miraflores", continua Ramos Allup en otra entrevista del 02 de diciembre, sobre lo que viene: "…la relación de interlocución con el Ejecutivo y con los otros poderes tendrá cierto nivel de conflictividad, porque el Ejecutivo seguramente se resistirá a entenderse con un poder autónomo –que no un contrapoder- que estará ahora en mayoría opositora y que ejercerá los roles y funciones que esta AN no ha ejercido en los últimos 17 años" […] "Durante estos 17 años no ha habido más que un poder, que es el Ejecutivo. Bueno, eso se acabará a partir de la instalación de la AN el 5 de enero. Y si tienen que chocar los poderes, pues chocarán, pero vamos a ejercer nuestras funciones constitucionales". Ramos Allup, no deja lugar a la imaginación sobre lo que aspira para los próximos meses: "Yo personalmente no veo al Gobierno en estas condiciones llegando a lo que sería su conclusión natural, que son las próximas elecciones presidenciales. La verdad que no lo veo porque quedará profundamente debilitado. Ahora ¿cómo salir del Gobierno o cómo se va? Bueno, debería salir por las buenas y las buenas siempre es la solución constitucional. Algunos han hablado de Constituyente, otros de referendo, otros de enmienda y otros de renuncia. Yo recomendaría sensatamente que esperemos la oportunidad en que deba proponerse la solución constitucional para que nosotros, como unidad política, planteemos lo que desde el punto de vista institucional sea menos gravoso, menos riesgoso, menos desestabilizante y que nos procure una solución eficiente. Por supuesto que no veo ninguna posibilidad de cogobierno, eso es imposible, y veo simplemente a un sector sustituyendo a otro democráticamente. Por ejemplo, si el Presidente renuncia, que es una forma que está en la Constitución, facilitaría bastante las cosas porque a los 30 días se produciría la elección presidencial…" (http://www.noticiasdeaqui.net/actualidad/61241-ramos-allup-no-veo-al-gobierno-llegando-a-las-proximas-elecciones-presidenciales.html).
Vienen tiempos de tempestades, una mayoría de nuestro pueblo votó por ello, serán tiempos de intensa confrontación social. Tiempos de forjamiento de un nuevo liderazgo en filas de la Revolución. Serán tiempos en que retumbará con mucha mayor fuerza aquella conseja que le diera nuestro Comandante Chávez en su última proclama aquel 08 de diciembre de 2012, al camarada Nicolás Maduro cuando le entregaba el testigo de nuestra Revolución y nos exhortaba como pueblo a darle nuestro máximo respaldo, exhortaba Nuestro Comandante Chávez a Nicolás a asumir la Presidencia de la República: "dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta Patria".