Estas tres honorable características incondicionalmente y con suma libertad se diluyeron en mis genes, penetró mi alma y se encarnaron en mí personalidad. Estos dos grandes libertadores, de diferentes tiempos y diversos estilos, fueron son y seguirán siendo lo más grandes que esta patria, engendró, conjuntamente con el Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
Soy bolivariano y chavista, porque son los padres de la Patria y los paladines, el honor y orgullo de nuestra tierra, fueron los profesores y maestros de nuestra historia y destino. Mi amor hacia esta revolución fue inmenso, pero cuando quise, pude o intenté ser miembro activo de esta hermosa y necesaria revolución, me di cuenta que jamás podre preexistir en ningún partido político en el mundo. La hermosa palabra política, es violentada por los políticos, y en donde los jaladores de mecate y las traiciones entre ellos son normales.
De ningún modo, me he beneficiado económicamente en este gobierno, sino todo contrario. Por tener absoluta confianza en esta revolución, en estos últimos siete años, he perdido casi el 80% del capital construido en más de tres décadas de sudor y sacrificio. La devaluación conjuntamente con mi ciega confianza en los organismos gubernamentales, devoró el prestigio de la empresa, desacreditando, devaluado e incumplido con mis necesarios proveedores internacionales.
Mis descendencias, familiares y amigos se sorprenden, porque aún sigo siendo bolivariano, y chavista, a sabiendas de mis disipados escenarios. No pueden comprender o reconocer esta profunda visión humanista, que gracias solo a Dios, por haberme moldeado de esta manera. No logran aceptar, mi frialdad y beneplácito por las inmensas pérdidas económicas que me promovieron. No consiguen entender, que la ética y la dignidad de un decente ser humano, no se deberían alterar o vibrarse con la pérdida económica.
Mi querida patria, lleva casi dos décadas, sin la necesaria e ineludible oposición política, para fortalecer, fortificar y sellar este glorioso levantamiento humanista y venezolano, internacionalmente conocido como chavista. En cambio mi dolida patria, se enfrentó a una colectividad opositora rencorosa que no se prestaron a hacer su trabajo de ayudar, corregir y trabajar con el oficialismo, sino a tapar, trabar, frenar, desprestigiar, desestabilizar, traicionar, destruir, etc., a la patria en general, con todos dentro de ella. Agregando los incompetentes, ineficaces e inútiles oficialistas, esta revolución inmortal, fue traicionada por ambas partes.
La mayoría de los políticos humanoides jóvenes o adultos, contraen una peste llena de ambición al poder y al mando, dispuesto a lo que sea, con tal llegar a su meta. La traición, el engaño y la mentira son sus posturas, sus armas son infinitas, es válido en el mundo de la politiquería, es vuestro trabajo para llegar lejos, inclusive pueden actuar una pelea verbal o física, todo es permitido en este ámbito, pero siempre deberían mantenerse dentro de sus parámetros. Su trabajo es ser políticos generando la estabilidad y paz a la patria con todos los pobladores.
Desgraciadamente cuando sus pestes, constantemente se desborda en contra el pueblo, destruyendo y desprestigiando políticamente a su adversario, lo tildaran como un contundente existo, olvidando que dejo atrás a su pueblo maltratados, devaluados y destruidos.
Ambos, gobierno y opositores son culpables de todos los cargos, nadie es inocente, la gran mayoría trabajaron en contra la revolución, y peor aun la estabilidad de nuestro pueblo.
Después de 20 exitosas e envidiables elecciones, sucedió una primicia. Fue la primera ver que todos los políticos quienes perdieron los plebiscitos, ningunos de ellos canto fraude, todos reconocieron y aceptaron al juez electoral, conservando la calma post elección. También por primera vez los seguidores de triunfalismo, se burlaban, humillaban e inclusive los amenazaban a los partidarios del partido perdedor. Esto demuestra la pacífica, querida, amada y madura revolución venezolana, chavista y bolivariana.
Los mensajeros de Creador, Moisés, Jesús Cristo, Mahoma, que la paz y bendición de Dios, sea con todos ellos, fueron traicionados por sus más cercanos amigos. La felonía se vislumbra cuando la obscura tentación del diablo, se hace presente con sus codiciosas y jugosas excitaciones. Es doloroso escribirlo, pero quiénes son Bolívar, Sucre y Chávez, para no ser traicionados. A todos estos insidiosos de la patria, oficialistas o opositores, ricos o se enriquecerán, traicionaron a todo el pueblo venezolano, podrán haber engañado al pueblo y poseer el ansioso poder, pero siempre serán minusculito, ya que solo Dios, Es El Mas Grande.