Pasada la euforia de quienes se creen triunfantes de las parlamentarias de este 2015 (la MUD, la embajada de EEUU y las fuerzas de la contrarrevolución burguesa); las fuerzas patrióticas, no han cesado de retomar su protagonismo, perdido en estos últimos tres años. Al camarada Maduro, su equipo de gobierno, no les queda otra alternativa que escuchar al pueblo, ese pueblo a quien le recomendara nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, se entrelazara en gestión de gobierno, en un solo Gobierno. Los hechos, ratifican que tal perspectiva de gestión gubernamental no se cumplió, y los resultados están a la vista de todas y todos. El distanciamiento pueblo-gobierno, dejó al primero a merced de la inclemente guerra imperialista, recibiendo la mayor ofensiva contrarrevolucionaria que haya recibido nuestro pueblo en toda su historia. Tal cual la definiera, la camarada Eva Golinger, resumiendo el arsenal de municiones de todo tipo disparado desde la artillería imperialista contra todo un pueblo: “Operaciones clandestinas, investigaciones secretas, acusaciones criminales, financiamiento multimillonario, guerra psicológica y provocaciones militares. Es la emboscada desde Estados Unidos contra Venezuela”. Mientras, el núcleo fuerte del ataque se centraba en la economía nacional, desestabilizándola y con ello, desestabilizando la normalidad de nuestras vidas en sociedad. De allí, que nuestro primer análisis sobre las causas determinantes de la derrota de las fuerzas de la patria el pasado 6D, la hallamos concentrado en la economía (http://www.aporrea.org/actualidad/a218750.html).
En la secuencia de eventos que nos condujeron a estos resultados electorales, importante precisar cuán desvinculado se encontraba el Gobierno Revolucionario de su pueblo, tanto que el propio camarada Maduro, en su programa: “En Contacto con Maduro”, del 06 de octubre, manifestaba sin la menor duda: “¿El voto castigo contra la revolución?, eso no existe”, endosándole tal posibilidad de ocurrencia, en todo caso “el voto castigo es contra la derecha”. Esto dice mucho, de cuán equivocados y confiados se encontraba la dirección revolucionaria, totalmente ajena de los fenómenos que se estaban dando en la infinidad de conversaciones y debates micros que se ocurrían diariamente en colas, camionetas de pasajeros, metros y demás sistemas de transporte público, en cada espacio en que se nucleaban grupos de compatriotas en demanda de algún servicio, sea público o privado.
En la calle, era fácil palpar el descontento general de todo un pueblo ante la difícil situación económica por la que atravesábamos todas y todos los venezolanos. Tan difícil situación, que las medidas de protección del ingreso popular tomadas por el Presidente Maduro, se tornaban insuficientes para atenuar los minimizados ingresos de todo un pueblo. Hecho que se agravaba, ante la ausencia de alimentos, medicamentos y todo aquello que representara confort y calidad de vida a nuestro pueblo. Una situación, solo comparable a la vivida en aquellos años de comienzos de 1989, que desembocaron en aquella rebelión popular que dio comienzo a toda esta historia que hemos venido transitando estos últimos diecisiete años ya, de profundo cambio institucional, social y cultural, que hemos acordado en denominar como Revolución Bolivariana.
En reciente movilización de sectores de oposición, en Petare, una compatriota ganada por la contrarrevolución, nos explica las razones de su voto este 6D, según la nota periodística se trata de Esther Granados, ama de casa con 76 años a cuestas, quien celebrando la victoria opositora manifiesta: “Es lo mejor que Dios ha mandado al mundo. Este pueblo está hecho pedazos. Ellos van a reconstruir esto, lo van a acomodar con el favor de Dios”, afirmó emocionada, mientras exclamaba sus aspiraciones: “Ellos tienen que resolver nuestros problemas. Yo no quiero seguir haciendo colas para la comida. Yo tengo una trombosis venosa y no puedo curarme porque no hay medicamentos” (http://enteratecaracas.com/2015/12/12). El pueblo, se obstinó de la ineficiencia del Gobierno por atender esa problemática y la economía decidió, el voto castigo funcionó pero a la inversa de cómo lo preveía la dirección de la Revolución, no contra la derecha sino contra el propio Gobierno. La elección parlamentaria, se convirtió en un plebiscito contra la conducción de la economía que viene haciendo la Revolución, contra la naturaleza capitalista enquistada en nuestro cuerpo social.
Es un tema que ha sido ampliamente estudiado, la eficiencia del gobierno de turno genera lo que llaman algunos teóricos “un voto retrospectivo”, también llamado por algunos “voto de resultados”, y la ineficacia del gobierno genera en contraposición, lo que llaman “un voto castigo”, ya que las y los ciudadanos han percibido que su situación empeoró con respecto a la situación que tenían antes de la última elección. Este tipo de voto expresado el 6D, también lo denominan algunos autores como “voto de ira”, que tiene su motivación en el hartazgo de la situación presente, la inconformidad, el malestar y la irritación social en contra de un Gobierno que no atiende la problemática fundamental que afecta a las y los potenciales electores. Es un voto de protesta. Uno de los más connotados asesores de los candidatos de la cuarta república, Joseph Napolitan, señalaba que: “Es más fácil conseguir que la gente vote en contra de alguien o algo, que lo haga a favor de algo o de alguien”, en eso se basó la campaña de la MUD, la embajada de los EEUU y Fedecámaras.
El Presidente Maduro no pudo cumplir al pueblo todo, su principal promesa de campaña electoral para estas parlamentarias, formulada desde Rusia: “Yo me he planteado en estos tres meses, con equipos especiales, estabilizar, regularizar, el sistema de abastecimiento por encima de todos estos grupos capitalistas que se la pasan saboteando la economía del país” (https://actualidad.rt.com/actualidad/174355-nicolas-maduro-rt-entrevista-exclusiva-directo). No pudo el camarada Presidente con sus “equipos especiales” ni siquiera moderar la “guerra económica”, apaciguarla, y el pueblo ante sus resultados negativos, le retiró su apoyo, se abstuvo de seguir apoyando sus reiteradas omisiones en materia económica. Acostumbraba recordar nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, una frase que se le atribuye a Pitágoras de Samos: “Dios habla a través de las matemáticas”. Los resultados finales, las totalizaciones, vienen hablándonos de verdades ocultas en la victoria opositora. Curiosa victoria esa, en que las celebraciones brillaron por su ausencia. Tomando datos que ofrece El Joropo, tenemos una referencia de lo ocurrido este 6D. En comparativo entre las presidenciales 2013 y las parlamentarias de 2015:
Elecciones presidenciales 2013: Nicolás Maduro: 7.575.506 votos Henrique Capriles: 7.302.641 votos Diferencia: 272.865 votos. (A favor de Nicolás Maduro) |
Elecciones Parlamentarias 2015: MUD: 7.726.066 GPP: 5.578.834 Diferencia: 2.147.232 (A favor de la MUD) |
Como puede apreciarse, en el comparativo, mientras la MUD crecía en 423.425 votos (un pírrico 6 por ciento), las fuerzas patrióticas mermaban en 1.996.672 votos (un inclemente 26 por ciento). Indicativo, que las fuerzas patrióticas se abstuvieron de participar en un proceso que no hicieron como suyo. Esa fue, su respuesta al abandono, no solo del Gobierno Central, sino Regional y Municipal, en un tema que se convirtió en el central de nuestra vida en sociedad: la Economía, que apartó a parte importante de la vanguardia revolucionaria de la agenda política que intentó desacertadamente colocar la Revolución en el tapete del debate público. Sin duda, un fracaso rotundo de quienes dirigieron nuestros medios de comunicación públicos y revolucionarios, de los “equipos especiales”, que por ser “especiales” están de espaldas a las vivencias de nuestro pueblo. No expresan los sentires del pueblo. Y si la palabra de Dios es la voz del pueblo, bien le vale camarada Maduro, coloque un cártel a la entrada de su despacho que diga: “No entre si no expresa la voz del pueblo”. “No entre si no es matemático”, al igual lo tenía Platón en el frontispicio de su academia, pues: “Vox populi, Vox Dei”, la voz del Pueblo es la voz de Dios. ¡Solo el pueblo salva al pueblo!
Y si el camarada Maduro prometió acabar con la “guerra económica” y no cumplió, siendo castigado en votos por ello; la oposición, está cometiendo la misma imprudencia, quizás peor. Ley contra las colas, la dolarización de la economía, Ley de abastecimiento pleno, Ley de incremento de la productividad, Ley de seguridad ciudadana, Ley de protección y educación del consumidor, Ley de protección salarial, Ley de mejoras de los servicios públicos, Ley de propiedad de viviendas, Ley de repatriación de capitales corruptos, Ley de garantía de independencia del poder judicial, constituyen el conjunto de promesas que realizaron los candidatos de las fuerzas de la contrarrevolución y que le permitieron ganar adeptos en filas populares. Cumplirán su “Oferta Legislativa para el Cambio” (http://unidadvenezuela.org/2015/10/oferta-legislativa-para-el-cambio/), las fuerzas de la contrarrevolución? Desconocemos cómo, pues una cosa creyó el pueblo que votó por sus candidatos y candidatas, desconociendo quiénes eran y otra son las expectativas que se planteó el pueblo chavista y no chavista que se atrevió a votar por el “cambio”. Como bien lo señalara Esther: “Yo no quiero seguir haciendo colas para la comida. Yo tengo una trombosis venosa y no puedo curarme porque no hay medicamentos”, en eso se reduce la aspiración de cambio del pueblo pobre que se volcó a votar por sus verdugos de toda la vida. Otra cosa aspiran los poderes fácticos, que arriesgaron recursos y sus propias empresas en función de revertir la opinión popular. Sus intereses y aspiraciones, no son las mismas que las del pueblo venezolano. No está en sus planes, poner fin a la “guerra económica” y al saboteo generalizado de la economía. Su interés supremo, pasa por intensificar las acciones de saboteo económico.
No Esther, ahora es que viene dura la cosa. Revertir el Estado de Derecho y de Justicia, construido al calor del apoyo popular que en estos últimos 17 años se volcó –afirmativamente- hacia la Revolución Bolivariana, es parte del objetivo de la nueva Asamblea Nacional. El otro, derrocar “constitucionalmente” al Presidente Maduro. Por ello, no renunciarán a un método de lucha que les ha dado resultados altamente positivos, menos aún, con la posibilidad de una convocatoria a Referendo Revocatorio el año próximo y el llamado a elecciones de Gobernadores. No cumplirán su promesa del “cambio”, pues se trató de una oferta engañosa para ganar tu voto. Los años por venir, serán de intensificación del proceso de lucha de clases y de intensificación de la única política, que le ha dado resultados positivos a la oposición: la guerra económica. Con razón, Luis Vicente León, en reciente tuit afirmaba sin tapujos: “económicamente hablando, el próximo año extrañaremos este”. Un nuevo 13 de abril está en curso, un nuevo liderazgo revolucionario debe estar a tono para dirigirlo y conducirlo a puerto seguro: el Socialismo…
Caracas, 13-12-2015