La actitud de perdonavidas del nuevo presidente de la Asamblea Nacional Bolivariana (ANB) es una manifestación más de la violencia burguesa que han tenido que enfrentar el Comandante Chávez y el Presidente Maduro y los chavistas desde el mismo momento en que adecos y copeyanos perdieran el control político del país en 1998.
Este baluarte adeco no le quitó la presidencia de la ANB al Primero Justicia para darse el gusto de hacer payasadas sino para provocarnos. Invitar a personajes oscuros, jurar cumplir la constitución y las leyes de la república sin Identificarlas, expulsar a Bolívar y a Chávez del hemiciclo, ponerle plazo a la salida del Gobierno, incumplir el reglamento y juramentar diputados con medida cautelar del TSJ no son más que peines que nos arrojan para desviarnos de la ofensiva que nos toca emprender para seguir adelante con nuestro proyecto.
No podemos pisar sus peines. No podemos dejarnos enredar en las redes que tiende la derecha cipaya al servicio del imperio estadounidense. El enemigo es poderoso pero nosotros también lo somos y lo seremos más en la medida en que pasemos de la reacción a la acción y asumamos nuestras responsabilidades.
En esta situación tan particular, cada sector debe concentrarse en cumplir el papel específico que le toca jugar. Así la Bancada Patriota tendrá que hacer lo posible para que la bancada de la derecha ejerza su cuota poder respetando nuestro marco jurídico. El Presidente y su nuevo equipo deberán fajarse para sanear los ministerios y sacar al país de la crisis. Los otros poderes tendrán que estar prevenidos al bate para atender, además de sus labores ordinarias, los asuntos derivados del enfrentamiento abierto de la mayoría parlamentaria con el Estado. ¿Y el PSUV? El PSUV tendrá que reinventarse.
¿Y nosotros? A nosotros nos toca entender la complejidad de nuestro entorno y concentrarnos en lo que realmente importa para poder ejercer conscientemente nuestra soberanía. Nos toca unirnos y asumir responsablemente nuestro papel protagónico local y nacional. Nos toca multiplicarnos para defender nuestros derechos, fortalecer el poder popular, proponer y hacer valer nuestras proposiciones, acompañar a los compatriotas que están en los distintos poderes, y calentar la calle cuando sea necesario.
¡A nosotros nos toca mantener viva a la Revolución Bolivariana!