Vírgenes y cruces

Contaminación ambiental

El paisaje igual que el aire, la luz del sol, el agua, el viento, el ambiente y la naturaleza en su conjunto, pertenecen a todos por igual, sin discriminación de ningún tipo. En la lucha contra la contaminación, en todas sus formas, está empeñada la comunidad nacional y mundial. Se realizan foros para discutir la importancia de la lucha contra la contaminación del agua en ríos, lagos, mares, océanos. La lucha contra la contaminación de la atmósfera por la combustión de materiales orgánicos (petróleo, carbón) o la emanación de sustancias tóxicas producidas por la industria manufacturera. La lucha contra la contaminación mortal de los residuos de las plantas atómicas. La lucha contra la contaminación sónica producida por el ruido intenso de motores (caso de los aeropuertos), así como, el ruido de equipos de sonido con volumen alto en calles y viviendas. En esa lucha mundial contra la contaminación en todas sus formas, figura la contaminación del paisaje por la colocación de imágenes, cristos, vírgenes, cruces, en lugares públicos, por cuanto el paisaje pertenece a todos por igual: creyentes y no creyentes.

La condición de República laica que establece nuestra Constitución Nacional, prohíbe este tipo de contaminación ambiental creada por la colocación de símbolos de carácter confesional en sitios públicos abiertos a la vista de todo el mundo. Esos lugares pertenecen a todos por igual: creyentes y no creyentes.

La condición de República laica prohíbe la educación confesional en las escuelas e institutos educacionales públicos. La condición de República laica prohíbe la colocación de símbolos confesionales en edificios y oficinas públicas. Esa prohibición vale por igual para avenidas, parques, plazas, monumentos naturales, cerros, montañas y todo lo que constituye el paisaje que nos rodea y pertenece a todos por igual: creyentes y no creyentes.

La condición de República laica prohíbe utilizar los dineros públicos en el financiamiento de iglesias, templos, institutos confesionales y todo lo relacionado con la creencia y culto pregonado por religiones y sectas.

Con sorpresa vemos como en Barquisimeto se anuncia con bombos y platillos la inauguración de un monumento de carácter confesional financiado con dineros públicos, con dineros de los contribuyentes, creyentes y no creyentes, por un valor superior a los mil millones de bolívares (1.000.000.000,00). Monumento dedicado a una virgen, lo cual, además de contravenir el carácter laico de nuestra República, contamina el paisaje que pertenece a todos por igual: creyentes y no creyentes.

Durante miles de años, contados desde el momento que las primeras migraciones de homo sapiens cruzaron el estrecho de Bering, para poblar el territorio americano, desde Alaska a la Patagonia, nunca hubo apariciones de vírgenes. Pero, hace 500 años, con la invasión y conquista de América y la llegada del horror que significó la cristianización de los aborígenes americanos, a los cuales se les conminaba con la fórmula escrita en el Requerimiento, leído por los curas doctrineros a los aborígenes, en un idioma que no entendían, pero que en síntesis decía, "o te haces cristiano o te mueres". Setenta millones de aborígenes americanos murieron bajo el signo de la cruz, la espada, el caballo, la hoguera y el arcabuz. ¡Horrendo genocidio! Un verdadero holocausto, y no, el que se atribuyen los judíos víctimas del nazismo. No quedó indio ni pa´la muestra. Pero lo más curioso de esta historia está en que a partir de la llegada de los curas doctrineros, surge la epidemia de aparición de vírgenes en cada región americana, lo cual nunca había ocurrido durante diez o doce mil años, desde que el homo sapiens cruzó el estrecho de Bering. Apariciones con las más diversas denominaciones. Las más notables y famosas de esas apariciones, como en el caso de Guadalupe, fue a un "indiecito". ¿Por qué a un "indiecito" y por qué el diminutivo? Por una sencilla razón, si la aparición ocurría, por ejemplo con un representante de la autoridad, soldado o fraile, no surtía el mismo efecto que si la aparición sucedía con un desmirriado, inocente, ignorante miembro de la tribu: "un indiecito", el cual como intermediario ofrecía las ventajas de credibilidad doctrinera requeridas para el engaño. Con la invención del "indiecito" el fraude quedaba mejor estructurado: "Sacar correas del mismo cuero". Fue así, como, cada República que surgía, de inmediato le asignaban la imagen aparecida, de la respectiva patrona nacionalizada. No hubo problema de vírgenes indocumentadas por venir de otros países. Se les dio pasaporte internacional, diplomático, otorgado por la transnacional vaticana.

Al intensificase el regionalismo, cada grupo de feligreses comenzó a inventar la aparición de su propia virgen, cristo o santo, más milagroso que la aparecida/invención de otros pueblos. Vale la pregunta ¿El Cristo de La Grita es más milagroso que el Nazareno de San Pablo o el Nazareno de Chacao, ambos en Caracas? ¿Por qué Chávez realiza el viaje a La Grita, si podía solicitar el mismo servicio de salud en un Barrio Adentro celestial de Caracas? Ahí mismo, cerca del palacio de Miraflores, como se dice "a pata e´mingo".

Con las vírgenes y cristos surge la competencia similar a la que existía entre los pueblos politeístas de la antigüedad y daba motivo a guerras entre ciudades. Guerras en las cuales los dioses interferían en las decisiones de los humanos -la deux ex machina de las epopeyas griegas-. Los dioses se encarnaban en sus líderes (Aquiles, Héctor); o se constituían en la fortaleza de una ciudad contra otra: Palas Atenea era la diosa protectora de Atenas; Artemisa y Apolo lo eran de Troya; Júpiter era el dios protector de Roma; y Juno, la diosa protectora de Cartago. ¿Cuál es la diferencia en que la protección venga de Apolo y Artemisa o de una Virgen y Cristo? ¿Qué diferencia hay entre adorar a Júpiter o a Jesucristo? ¡Sirven de algo las tales protecciones! Si en Grecia no servían ¿Por qué han de servir ahora?

No se sabe que medicina o pesticida aplicaron para controlar la epidémica aparición de vírgenes en la época de la Colonia (La Santa Inquisición). Apariciones mitigadas por el surgimiento de las repúblicas surgidas de las ideas liberales, anticlericales, ateas de los enciclopedistas y que asumieron, nuestros libertadores. La epidemia icónica perdura como endemia. De vez en cuando en algún sitio ocurre una nueva aparición y de inmediato surge el negocio turístico de creyentes, por cuanto éste es el trasfondo real. Una de las personas entrevistadas y comprometidas con la inauguración del monumento confesional en Barquisimeto, exaltaba la gran corriente turística que se desarrollará. ¿Qué será más importante, el negocio turístico o la santería?

Eso de las vírgenes y las apariciones es muy sugestivo. Un ejemplo, el curioso caso de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, se la represente sentada[1] ¿Por qué sentada, si todas las imágenes de vírgenes están de pie?

La virgen de Coromoto está sentada por cuanto es la mejor forma de simbolizar la supuesta actitud de flojera del venezolano por el trabajo. El inventor de la patrona de Venezuela, sin duda tenía fundamentos socio/sicológicos y conocía la idiosincrasia del venezolano. No es gratuita la representación de esa imagen sentada en un gran trono. Más realista sería, sentada en una hamaca, instrumento abúlico del venezolano, así la feligresía adoraría a la Virgen de La Hamaca. La Virgen de la Flojera.

Durante toda nuestra vida hemos participado en la lucha contra la contaminación ambiental que no sólo nos remite a la participación en la lucha contra la explotación de la mina de cobre, plomo y zinc ubicada en las inmediaciones de Bailadores, sino, en todo otro tipo de contaminación, como ésta, que hoy denunciamos: la contaminación del paisaje con imágenes confesionales. El paisaje pertenece a todos por igual: creyentes y no creyentes.

En nombre del laicismo exigimos se respete el carácter laico que, aun cuando establecido en forma nimia en el Artículo 59 de la Constitución Nacional, tiene el mismo valor y merece el mismo acatamiento que las demás normas constitucionales.

¡El laicismo nos hará libres!

Si usted, estimado lector, quiere participar de la lucha por el laicismo, escriba al correo ULMAVEN2016@gmail.com

ULMAVEN (Unión de Librepensadores, Materialistas y Ateos de Venezuela).



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2051 veces.



León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

Visite el perfil de León Moraria para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



León Moraria

León Moraria

Más artículos de este autor