El criticón 5: El Estado revolucionario que tenemos para el reto de la economía productiva

ONTOLOGÍA DEL ESTADO DEL ESTADO VENEZOLANO ACTUAL

El Estado venezolano actual está dominado por las fuerzas revolucionarias agrupadas en el Gran Polo Patriótico, quienes controlan el Ejecutivo Nacional, 21 gobernaciones y 273 alcaldías, con cierta incidencia en el resto de los poderes públicos con excepción de la Asamblea Nacional dominada desde el 05 de enero de 2016 por los factores de la oposición agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática, que al mismo tiempo controla tres gobernaciones y 77 alcaldías. Es un Estado que se rige por una gama leyes y reglamentos donde se plasma un sentido productivo de dominio gubernamental, donde prevalecen la transferencia del Poder Popular y la distribución de la renta petrolera en las clases más pobres de la sociedad.

Es un Estado altamente dependiente de las importaciones (cerca del 70%) para satisfacer el consumo interno, pero con los sectores productores de bienes y servicios en contra del gobierno, agrupados en los gremios empresariales tradicionales como Fedecarmaras, Consecomercio, Fedenaga y Venamchamp, entre otros. Se cuenta con un bagaje de leyes para desarrollar un modelo socialista pero que la oposición ha amenazado con cambiarlas desde la Asamblea Nacional.

No obstante, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aún se mantiene el espíritu de un Estado social, democrático y de justicia, desarrollados en leyes, reglamentos, el Plan de la Patria, el Presupuesto Nacional y el Plan Siembra Petrolera. Y finalmente, predomina una visión socialista del manejo de la renta petrolera como esencia del actuar revolucionario bajo la excusa reivindicativa de saldar las deudas sociales pendientes del pasado.

El Estado venezolano en los últimos 17 años, no ha superado la dinámica de las regulaciones burocratizadas y no ha podido derrotar la tradicional reproducción de las opresivas relaciones capitalistas. Tampoco, desarrolló la economía planificada que pregonan las teorías del socialismo real, aunque sus voceros intentaron, tanto en el discurso como en sus acciones, colocar las necesidades sociales por encima de la agenda económica. Pero los actores políticos de oposición y del gobierno nunca se pusieron de acuerdo para dar respuesta efectiva a esas necesidades a partir del trabajo productivo. En ese sentido, resaltó el asistencialismo, proteccionismo y el estímulo gubernamental al consumismo de bienes y servicios como principios rectores del "socialismo" en construcción, que se contrapuso a la persistente sociedad capitalista venezolana donde las relaciones de producción están dominadas por el capital en un sentido histórico.

¿CON QUE CAPITAL CONTAMOS PARA PRODUCIR?

Para impulsar cualquier modelo o sistema productivo se necesitan factores de producción: tierra, trabajo, capital, tecnología y conocimiento. Tenemos tierra, una de las más ricas del mundo (agua, minerales, biodiversidad, hidrocarburos, etc.); tenemos trabajo, determinado por una fuerza laboral joven, con acceso a la educación e internet, capacitada para el trabajo dentro de las organizaciones. Se tiene conocimiento, porque se cuenta con una fuerza laboral capacitada para dirigir e innovar. No obstante, tenemos debilidades tecnológicas para poder ser competitivos a nivel mundial.

Para impulsar la producción la clave es el capital con que se cuenta. En Venezuela al igual que en resto del mundo, la acumulación de capital determina cuanto podemos producir. La acumulación del capital es el meollo de la vida. Determina cuanto podemos producir. En Venezuela la mayor parte del capital lo aporta el sector petrolero a través de la renta internacional del petróleo, porque lo paga el resto del mundo. Ese aporte representa en la actualidad el 96% de las divisas, que siempre se ha visto como el punto de apalancamiento del resto de la economía, incluyendo los sectores productivos que el presidente Maduro pretende promover con su propuesta de la gran alianza para una economía productiva.

Pero la renta petrolera que depende del precio del barril en los mercados internacionales ha caído en más de un 70% en los últimos 18 meses, por lo tanto la acumulación de capital es probable que caiga para el 2016, que hará que nuestra capacidad para producir bienes y servicios no petroleros sea cada vez menor.

Si el gobierno revolucionario pretende contar con el capital privado, valga decir, con el empresariado incorporado a las mesas de negociación que impulse el Consejo Nacional de la Economía Productiva, que son tecnológicamente obsoletos que hace que nuestra economía no tenga capacidad para competir; altamente dependiente y ávido de los petrodólares para importar materias primas, insumos, pagar deudas y tecnologías, se verá limitado porque ellos van a exigirles al gobierno que los rescaten también, que les entreguen los pocos dólares y bolívares que ingresan al fisco por la vía de recaudación de impuestos para multiplicar su producción.

El problema axiológico y praxiológico latente a resolverse en la economía venezolana actual es el relacionado con la forma de generar riqueza a partir de las riquezas naturales y el talento humano. Un tema relacionado con la relación producción-distribución de esas riquezas. Desde una perspectiva fiscalista, sería cómo generar los ingresos suficientes para mantener a la sociedad satisfecha y sin desigualdades dentro del sistema de producción dominante en la sociedad global que es el capitalismo, y con la estructura económica que tenemos.

Recordemos que para el capitalismo lo importantes es el capital y para el socialismo es el consumo social. Aquí se le presentará un gran dilema al gobierno revolucionario: ¿QUÉ VA HACER CON LOS POCOS DÓLARES Y BOLÍVARES QUE INGRESEN AL FISCO EN EL 2016, DISPONIBLE PARA REACTIVAR LA ECONOMÍA?: ¿Se los entregarán a los empresarios capitalistas existentes o se los entregaran a la clase trabajadora por la vía de subvenciones y salarios improductivos y a los Consejos Comunales en fase emprendimiento productivo?

Hay un viejo dicho en política, que no se puede gobernar para los ricos y para los pobres al mismo tiempo, porque tarde o temprano ambos te van a exigir que les des más de la "torta" a repartir. Ninguno quedará satisfecho y con su inconformidad protestaran. Ese es el reto que tiene el presidente Maduro, gobernar en el 2016, una sociedad llena de insatisfechos con pocos recursos para repartir. Si sale airoso será grandioso, si no sabe gobernar en esas circunstancias pasará a la historia como un gobierno impopular.

Presidente Maduro, ante ese contexto, la praxis (empresarios) y la razón (gobierno) deben unirse para darle un nuevo sentido a lo económico en Venezuela, el sentido de lo productivo, que ahora tiene que ser el factor que determina el accionar de la revolución bolivariana (familias, comunidades, empresa y gobierno), donde prevalece el sentido político dado a los recursos económicos disponibles con un fin social. No deje que lo chantajeen, pero exíjales compromiso público a los empresarios en este momento.

MADURO NO COMETA EL MISMO ERROR DE FEBRERO DE 2014

Presidente, no se puede volver a cometer el mismo error que se cometió en las mesas de negociación por la paz económica de febrero de 2014, donde el Estado les entregó a los empresarios una cantidad de dólares para que multiplicaran la producción nacional; pero una gran parte de ellos se dedicó a importar mercancías y otros se dedicaron a reinyectar los dólares a la economía a través del mercado paralelo. Luego, con su cara bien lavada, cuando no tenían más dólares vinieron a presionar al gobierno para que les cambiara sus bolívares devaluados, sin poder de compra, pero multiplicados, por más petrodólares. Como se descubrió esa trampa y se les puso mano dura, ellos intensificaron la guerra económica contra el pueblo.

Ante esa mala experiencia, cualquier dólar que se les vaya a entregar a los empresarios privados, debe solicitársele que firme públicamente una "Carta de compromiso para la producción", donde todo el país los vea recibiendo el cheque y ellos comprometiéndose a cumplir unas metas que multipliquen la producción actual en un período de tiempo determinado. Luego de transcurrido ese tiempo hay que ir a su empresa y desde allá mismo certificar si cumplió o no las metas previstas para el país…

En ese sentido, ¡YA BASTA QUE EL ESTADO SIGA HACIENDO EL PEOR NEGOCIO DE SIEMPRE: CAMBIAR BOLÍVARES SIN PODER DE COMPRA CAUSADO POR LA INFLACIÓN, POR PETRODÓLARES PARA QUE LOS EMPRESARIOS (5% DE LA POBLACIÓN) IMPORTEN Y ESPECULEN EN EL PAÍS!

¡EL PETRÓLEO TIENE QUE SER PARA QUE EL ESTADO SE FORTALEZCA, INCREMENTE LAS RESERVAS INTERNACIONALES, EL BCV LE ENTREGUE BOLIVARES AL GOBIERNO PARA QUE LOS INYECTE EN FUNCIÓN DE ESTIMULAR LA ECONOMÍA PRODUCTIVA INTERNA Y NO LA EXTERNA (IMPORTACIONES).

 



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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