Chivo que se devuelve se desnuca

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No es poca cosa lo que acontece en el país. Tampoco lo es para la revolución, legado de Hugo Chávez Frías. La cuerda se tensó de manera que ya no da más. A pesar del clamor de diálogo de José Vicente Rangel. A pesar de la Comisión Nacional de Productividad. A pesar de los dichos salidos de las bocas de líderes como Aristóbulo Istúriz, de Diosdado Cabello y Héctor Rodríguez, entre otros. El proceso revolucionario no sólo se estancó, sino que está en reversa. Aceleradamente en reversa. Alguien es culpable de este desastre. Yo no tengo que apuntar mi dedo hacia alguna persona, pues esa persona es demasiada conocida. Aunque a decir verdad, hay otros que tomaron el toro por donde no era. Ahora a pagar.

2

Uno trata de ser lo más optimista posible. Trata de sacar de las entrañas esa voluntad férrea de un revolucionario de estirpe. De un luchador a todo terreno. Pero la realidad nos golpea tan fuerte, que de momento perdemos la esperanza. Se nos van las ganas de seguir creyendo en cuentos de caminos. ¡Coño! que realidad tan dura, tan arrecha y devastadora. Otros se olvidaron de revolución y de legado. Están entregados sin disparar un tiro. Tal vez no sea condenable esa actitud, o tal vez la actitud de los que aún creen, sea una actitud suicida. En verdad no sé qué pensar. Pero la crisis es tan profunda que pareciera que no hay nada que hacer. Los Tigres apabullaron al Magallanes, después que este último se durmió en los laureles creyendo que Félix Pérez era un súper héroe. ¡Recojan su gallo muerto!

3

En efecto, todos los análisis e interpretaciones que se hacen en las filas de la revolución, como los de la derecha, concluyen con resultados parecidos. Por un lado, observamos la desesperación del gobierno y de los líderes del proceso, haciendo grandes esfuerzos por enderezar el barco, mientras que por el otro, percibimos a una derecha resteada: o se rinden, o se rinden. La guerra económica se afinca con todos los hierros. Mientras el gobierno de Nicolás Maduro boca abajo no haya que inventar. Nadie cree en la activación de esos 9 motores de los que se habla acá y allá. Nadie cree en esas 45 personalidades que integran la Comisión Nacional de Productividad. ¿Por qué esa posición de incredulidad? Por lo que hemos visto, y lo que estamos viendo. Se están entregando las armas sin pelear. Vuelve Agroisleña, porque Agropatria no sirvió para un carajo. Y así se irá entregando lo que nunca ha debido expropiarse bajo los impulsos emocionales. Así, así, así no se gobierna.

4

Hay un viejo dicho que reza: "chivo que se devuelve se desnuca". Lo que estamos viendo es que la reversa se está acelerando, producto de tantos desaciertos. No se aprovechó, como debía ser, el caudal de dólares que entraba con un barril de petróleo por las nubes. Nuestros gobiernos se volvieron locos despilfarrando aluviones de millones de dólares, pensando que esa abundancia era eterna. Pero llegó el final… El final de la abundancia. Nos quedamos limpios. Los dólares no alcanzan ni para comprar jeringas. Estamos endeudados (el país) con medio mundo. Y las divisas no alcanzan ni para reparar una zanja. ¿Qué les pasó a nuestro gobierno? ¿Qué le pasó a nuestra dirigencia? ¿Qué le pasó al partido más grande, organizado y disciplinado de América Latina? Es triste vivir esta experiencia. Jamás de los jamases, se pensó que esta vaina podía sucederle a un país tan fuerte, tan rico y solidario como Venezuela. Ahora vamos por el mundo pidiendo ayuda. Nuestro país se convirtió de la noche en la mañana en un mendigo. ¡Qué pena! ¡Qué dolor! ¡Qué desastre! ¡Qué locura! Dios nos agarre confesados. El legado está casi perdido, so pena que me llamen como me llamen. Quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga. No se puede pretender tapar el sol con un dedo. Si yo estoy exagerando o mintiendo, que alguien me demuestre lo contrario. Si alguien cree que me rajé, es porque no me conoce. Moriré siendo un rebelde. Pero no un ciego. El que no quiera ver, que no vea. El que no quiera oír que no oiga. Pero el legado se está haciendo pedazos.

¡Se cansa uno! ¡No sé si volveré!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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