Estimado general:
En mi carácter de militar en situación de retiro, y sobreviviente del "Porteñazo", le dirijo estás palabras confiado en su calidad humana, puesta de manifiesto desde que el Comandante Supremo de la Revolución, Hugo Chávez Frías lo promovió al máximo cargo dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Su ejecutoria, al frente del Ministerio Popular para la Defensa, está acorde con un oficial de su prestancia y caballerosidad.
Utilizo un medio como Aporrea, ya que de otra manera sería casi imposible que llegara a sus oídos estas reflexiones. Mi general, Vladimir Padrino López: como le dije antes soy un sobreviviente del movimiento cívico-militar llamado a través de la historia, como "El Porteñazo". Soy Teniente de Fragata, con casi 80 años de vida. Mis compañeros sobrevivientes de aquella gesta del 2 de junio de 1962, somos apenas una docena, y casi todos rondamos los 80. Algunos estamos enfermos, y, además no contamos con los servicios del hospital Militar, lo que agrava nuestra situación.
Con todo respeto voy a referirle algo que el Alto Mando Naval hizo por nosotros, los sobrevivientes del "Carupanazo" y "El Porteñazo", el 22 de noviembre de 2014, en la Academia Naval de Mamo. Se nos convocó y se nos prestó apoyo logístico desde los diferentes lugares donde nos encontrábamos viviendo hasta la Academia Naval. El recibimiento por parte de la oficialidad fue maravilloso, inolvidable y sincero. Se nos condecoró, e, inclusive se hizo un desfile de cadetes frente a la tribuna donde fuimos apostados. En ese acto habló mi Almirante Jairo Avendaño Quintero, Comandante General de la Armada Bolivariana. He aquí parte de su discurso:
"Los movimientos revolucionarios de 1962 constituyeron la encarnación de una voluntad política discrepante contra una forma de gobierno consolidada con el Pacto de Punto Fijo, caracterizado por la represión, la exclusión y el sometimiento periférico imperial. Tal y como lo manifestó nuestro Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, cito: "…las insurgencias militares de signo patriótico y revolucionario, El Carupanazo, y El Porteñazo… abrieron una brecha histórica, y a pesar de que ambas rebeliones fueron sofocadas brutalmente por la democracia burguesa, quedó el surco para la semilla, de allí venimos nosotros…".
Igualmente, el Almirante Avendaño, nos dejó ver que muy pronto habría nuevas cosas para nosotros los sobrevivientes de ambos movimientos. Entre ellas destacaban ascensos, tal como se hizo con los oficiales del 4 de febrero. Debo destacar, la sinceridad con la cual nos habló el Almirante, y la atención suprema que se nos atendió en todo momento, hasta que en horas de la tarde nuevamente nos brindaron el apoyo de regreso tanto en autobús como en avión.
Pero es el caso, mi general Vladimir Padrino López, que aún hoy día, estamos esperando "esas otras cosas". Somos pocos oficiales, ya enfermos y entrados en años, bueno sería que usted pudiera hacer realidad aquella promesa, Nos haría muy felices. Ya que algunos ni siquiera pueden hacer uso de los servicios del hospital Militar. Esto último es demasiado importante, hoy en día, cuando los costos de las medicinas y los servicios médicos están por las nubes.
Estoy seguro de la atención que pueda prestar a estas reflexiones, y, con el respeto y la consideración que usted se merece, me despido más esperanzado que nunca, deseándole que el éxito en su carrera le siga acompañando ahora y siempre.
Atentamente,
Teófilo Santaella
Puerto Ordaz, 6 de febrero de 2014
Cel. 0414-En Archivo
