Como fiera presintiendo el ocaso definitivo de su presa, la Oposición venezolana perfectamente engranada con la godorría internacional, hunde sus colmillos sobre el Proceso Bolivariano con tal ferocidad y frialdad que pareciera haber comenzado ha inutilizarlo de modo francamente alarmante. Rápidamente nos acercamos a la primera quincena del segundo mes del año y salvo las expectativas levantadas por parte del Gobierno, aquí no ha cambiado nada. En uno de los extremos del ring el gobierno continua haciendo "sombra", perfeccionando su juego de piernas y sus defensivos "jab", pero resistiéndose en todo momento ha restrearse pelea adentro contra quien le ha robado descaradamente la iniciativa, Esta verdadera falta de cojones, como lo dijera Chávez, tiene a muchos prácticamente en la "lona" suplicando que nos salve por lo menos la "campana". Mientras su contrincante, una Oposición crecida y con nuevos bríos después del round del 6D, inaugura nuevas y más mortíferas estrategias a su demoledora, insoportable e inabordable Guerra Económica.
Emulando la nefasta tragedia que ha significado para los pueblos del Medio Oriente la creación del Daesh, cada día resulta más evidente que algunos sectores ligados a la Oposición están detrás de la nucleación de grupos del hampa común hacia una verdadera y bien preparada organización de milicias, en cuyo accionar delictivo y paramilitar estratégicamente comienza ha tomar cuerpo, con pretensiones evidentemente políticas, posturas insurgentes y terroristas que, tácticamente, buscan crear el caos y la ingobernabilidad en el país. Una suerte de sindicatos del crimen que por ahora han comenzado a tomar agresivo comportamiento, desde la sonora espectacularidad que le brindan las páginas rojas de los diarios, y demás medios de comunicación más intolerantes y enfrentados al gobierno, asestando golpes tan particulares y reveladores como la temeraria búsqueda y afán por hacerse de peligrosos pertrechos militares.
Al estrellato ha llegado el "Picure", huidizo personaje que de manera altisonante ha desafiado al propio presidente Maduro y se encuentra asumiendo la comandancia general y reclutamiento de bandas organizadas del hampa común para luchar militarmente contra el gobierno. Muchas directamente ligadas y financiadas por las mafias de bachaquero que, desde otro frente, mantienen en permanente zozobra al venezolano e irónicamente amarrado a un gobierno que, manteniéndolos de manera dactilar ubicados e identificados, juega con la explosiva paciencia de un pueblo en estado permanente de crispación y ebullición.
Actitud o estupidez solo comparable a la asumida en la Primera República y magistralmente denunciada por Bolívar en su memorable Manifiesto de Cartagena: Las primeras pruebas que dio nuestro gobierno de su insensata debilidad, las manifestó con la ciudad subalterna de Coro, que denegándose a reconocer su legitimidad, la declaró insurgente, y la hostilizó como enemigo. La Junta Suprema en lugar de subyugar aquella indefensa ciudad, que estaba rendida con presentar nuestras fuerzas marítimas delante de su puerto, la dejó fortificar y tomar una actitud tan respetable que dejó subyugar después la confederación entera, con casi igual facilidad que la que teníamos nosotros anteriormente para vencerla, fundando la Junta su política en los principios de humanidad mal entendida que no autorizan a ningún gobierno para ser por la fuerza libres a los pueblos estúpidos que desconocen el valor de sus derechos.
La Oposición venezolana, bajo los evidentes auspicios estratégicos del imperialismo internacional, ha venido uniendo cada una de las "cuentas" que la revolución bolivariana no ha podido atender ni afrontar, transformándolos en el verdadero vía crucis en la vida del venezolano. Un verdadero e insoportable "rosario" de calamidades que, por medio del inmensamente poderoso aparataje mediático que dispone, pretende afanósamente, y con ciertos resultados positivos, vender la idea que Venezuela se haya inmersa en una apocalíptica Crisis Humanitaria. Hecho que desde algunas de nuestras más castas intenciones, al ejercer la necesaria -pero de manera desmedida- crítica, algunas veces irresponsablemente propiciamos y avalamos.
Alaraca mayor ha originado en el Zulia la designación de Biaggio Parisi como Secretario de Seguridad en el Estado. Si bien nadie parece desconocerle méritos en este orden, así como tampoco nadie puede negar las vinculaciones en su pasado político, es en contra de Arias Cárdenas, más que de éste comisario, que se ha enfilado todo el estrés y ofuscación que nos produce la propia inacción del gobierno nacional al no enfrentar lo que se nos está saliendo de las "manos". Lo que no me parece honesto y útil de esta arremetida es que se origina sin antes ver y analizar los resultados que en poco tiempo dará este funcionario en su cargo, y que sería la mejor manera de descalificar su nombramiento. Lo que realmente esconde y propone esta manipulada y a priori confrontación es una desleal y poco útil campaña en contra de alguien del Gobernador, quien es blanco permanente de las oscuras fuerzas de la reacción en la región, para nada menos que proyectar la imagen y pretensiones electorales de quien siempre ha soñado con ser la primera autoridad del Estado, sobre todo en tiempos tan convulsionados y apocalípticos como el presente.
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