INTRODUCCIÓN CRÍTICA A UNA PROPUESTA DESFASADA
Señor Lorenzo Mendoza, por esta vía me dirijo a Usted en la oportunidad de expresarle mi punto de vista sobre su Propuesta para Reactivar el Aparato Productivo Nacional, presentado el día martes 2 de febrero de 2016, que considero desfasadas y no responden a las necesidades de la sociedad venezolana de inicios del siglo XXI.
Porque realmente no resuelven los problemas estructurales de la economía rentista y altamente dependiente de las importaciones de todo tipo de bienes y servicios intermedios y finales, que lejos de estimular la producción y conducir a la sociedad a generar más riqueza colectiva, más bien la aleja de ese camino. Dificultando, cada día más, alcanzar esa prosperidad, industrialización e independencia económica que políticos y grandes empresarios como Usted y su familia (Eugenio Mendoza, Eduardo Mendoza Goiticoa, Hilda Coburn Velutini, Antonieta Mendoza de López, entre otros que recoge la historia contemporánea de Venezuela) le han prometido a la Nación desde tiempos del gobierno de Isaías Medina Angarita, en los últimos 80 años.
Cito textualmente entrevista realizada por Agustín Blanco Muñoz al General Marco Pérez Jiménez sobre el comportamiento de la familia Mendoza en esos tiempos: "Pero ¿qué hizo Eugenio Mendoza en el caso del General Medina? Pues obtener una licencia para importar láminas de zing lisa, y entonces las metía en una maquinita que las acanalaba y por eso tenía que pagar el público venezolana precios sumamente elevados. Por las láminas de aluminio que acanalaba Eugenio Mendoza. Y entonces, él se embolsillaba una ganancia extraordinaria. Y el cliente venezolano, el consumidor tenía que pagar precios altísimos."
Contra ese tipo de comportamiento del empresariado que dice ser "productor nacional" es que hay que luchar señor Lorenzo Mendoza, por superar el empresariado "parasitario" que no es capaz de estimular la producción de las materias primas que proviene de los hidrocarburos, la minería, los mares, ríos, biodiversidad y tierra fértil que tanto nos sobra en el país. Ese es el debate que tenemos que dar en estos tiempos. ¡BASTA YA DEL PARASITARISMO RENTÍSTICO EN VENEZUELA!
Desde una perspectiva moral y ética considero que algún día deben responderle al país por el usufructo de la renta petrolera común de todos los venezolanos para beneficio propio y de sus grupos de intereses que los llevaron a conformar los monopolios y oligopolios que hoy ostentan.
Con mucho respeto le digo, su propuesta es una estafa, porque lejos de acabar con la llamada economía "parasitaria", más bien la reactiva, generando mayor desigualdad en detrimento de la mayoría de los venezolanos, entre los cuales me encuentro.
LA RACIONALIDAD ECONÓMICA DE LORENZO MENDOZA
Uno entiende que el Presidente de las Empresas Polar actúa bajo la racionalidad que mueve a los multimillonarios, donde ven que los culpables de las crisis que ellos mismos generan, inducidas o no, son los pobres, y no ellos; que en tiempos de bonanzas o de crisis, siempre acumulan cada vez más capital.
La dinámica del sistema capitalista global ha demostrado, que en cualquier ciclo económico los más grandes sobreviven, especulan, manipulan los mercados y triunfan quebrando a los más pequeños y generando más desigualdad social.
En medio de la actual recesión mundial, con los precios de la cesta petrolera venezolana en su nivel más bajo de los últimos 15 años (22 dólares el barril), con la inflación más alta de la historia contemporánea de Venezuela (más del 150%), que contrasta con la del resto del mundo que vive más bien un proceso de deflación por la poca demanda de bienes y servicios, y con una población desesperada que se mantiene haciendo largas colas porque no encuentra los productos de primera necesidad ni medicinas, reaparece Lorenzo Mendoza, lanzando su propuesta para reactivar el aparato productivo nacional. Que no es más que la misma propuesta neoliberal que en el pasado condujo a esa misma población al hambre, a la miseria, la expoliación de la renta petrolera. Plantea el legado del Fondo Monetario Internacional para supuestamente ayudar a los países a salir de las crisis. Los resultados todo el mundo los conoce.
En ese contexto, su propuesta denota una intención eminentemente electoral que va apareada a las amenazas de la derecha nacional apoderada de la Asamblea Nacional desde el 05 de enero de 2016, de querer acabar con el gobierno de Nicolás Maduro en seis meses. Una oferta electoral que no titubeamos en denunciarla como una estafa a la nación, porque, lejos de reactivar la economía productiva, más bien reactiva la economía "parasitaria". Veamos porqué analizando cada una de sus propuestas.
¿LA POLÍTICA FUERA DE LA ECONOMÍA?
Señor Lorenzo Mendoza, el tema de la economía es un problema político y debe ser tratado como tal. Sobre todo en Venezuela, donde prevalece una estructura competitiva monoexportadora, vinculada esencialmente a la producción y distribución de la renta petrolera que administra el Estado y que representa el 96% de las divisas que ingresa a la nación. El resto de los sectores industriales generan sólo el 4% del valor de las exportaciones de los cuales el sector privado genera menos de la mitad.
Es por lo anterior que en nuestro país no puede verse el manejo económico como lo plantea la tesis neoliberal, que insiste en la reducción del papel del Estado en los asuntos económicos y que los políticos se los entreguen a los empresarios, al libre mercado y a su mano "invisible".
Son argumentos que hacen inaplicable en el país su tesis: que la economía no puede seguir estando vinculada a la política. Por el contrario, la visión del empresariado venezolano debe tener una perspectiva estratégica que integre lo económico con lo social para dirigir la complejidad de sus organizaciones, y eso sólo se alcanza con una racionalidad eminentemente política.
Porque política es la decisión del Estado de distribuir los ingresos fiscales petroleros a los empresarios ricos para que importen bienes intermedios o de capital; o que se destine directamente a los pobres por la vía del gasto y la inversión social como lo ha venido haciendo el gobierno revolucionario.
Sin embargo, en la Venezuela contemporánea se han aplicado ambas estrategias en sus extremos, pero han dado poco resultado al proceso de industrialización y soberanía económica que develan su costura en tiempos de crisis como la actual. Por eso, hace falta un sistema económico que, impulsado políticamente, coexista de manera complementaria con el fin del bienestar social. Una idea que no contradice su Propuesta 6: "Atender el impacto social".
Ciertamente, el gobierno revolucionario tampoco ha resuelto en los últimos años los temas de la independencia económica, la soberanía alimentaria, la industrialización del parque industrial y el rentismo "parasitario", y se ha afianzado más el estímulo a las importaciones de bienes y servicios para satisfacer el consumo interno tanto industrial como el de las familias.
Pero insistir a estas alturas del partido, que el Estado tiene que entregarles los dólares de la economía a los empresarios especuladores, a los fugadores históricos de divisas, a los capitales golondrinas, a los importadores de chatarras tecnológicas, saldos en centros comerciales y galpones extranjeros para revenderlos en el país, así como para producir bienes de primera necesidad donde el 80% de los insumos son importados, que realmente terminan siendo ensambladores de mercancías o franquicias de empresas transnacionales en el país, ¡ESO ES ALGO INCONCEBIBLE EN ESTOS TIEMPOS!
Lo ideal sería impulsar una visión propia de nuestro desarrollo productivo, originario, con nuestras costumbres, capacidades humanas y tecnológicas, donde lo céntrico es lo humano y no el capital, sin dejar de pensar en acumularlo. Que exigirá a las organizaciones públicas y privadas que sobrevivan o desaparezcan, se adapten o se replieguen, se expandan o se contraigan, crezcan o decrezcan, en un marco de transición hacia ese nuevo sistema productivo con rasgos cada vez más sostenible, sustentable e independiente en el tiempo.
Pero analicemos cada una de las propuestas del mayor representante de la derecha empresarial venezolana.
PROPUESTA 1: REACTIVAR EL ACCESO A MATERIAS PRIMAS E INSUMOS INTERNACIONALES
En esta propuesta, Señor Lorenzo Mendoza, propone la reactivación de la llamada economía "parasitaria", que es aquella que no produce nada si no le dan dólares para importar materias primas, tecnologías, maquinarias y equipos, repuestos, insumos, entre otras cosas necesarias para hacerse llamar productor.
¡Así si es bueno hacerse llamar empresario! Que les intercambien sus bolívares devaluados y sin poder de compra debido a la inflación interna (cercana a 150% en el 2015) por petrodólares a un valor preferencial, para que importen bienes y servicios intermedios a precios cada vez más bajos (deflación mundial), ensamblen o produzcan cualquier tipo de productos, que en su mayoría no son de primera necesidad, y los vendan en el mercado interno a precios altos, a la sociedad venezolana en general que son los verdaderos dueños de esos petrodólares.
Nicolás Maduro ha estado financiando la inflación inducida
Recordemos que el consorcio Empresas Polar recibió entre 2004 y 2015 la cifra de 5 mil 954 millones de dólares para pagar sus importaciones, de las cuales 3 mil 664 millones de dólares fueron a la menor tasa preferencial (CENCOEX, antiguo CADIVI) de Bs.F. 6,30 por US$, destinado a los sectores de Alimentos y Salud, que se entienden como importaciones prioritarias. Específicamente, para importaciones de insumos, materias primas y bienes necesarios para la producción de la industria nacional.
Cabe destacar, que durante el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro, entre el años 2013 y 2015 (3 años), que es el período declarado como el de la Guerra Económica, Empresas Polar recibió 2 mil 290 millones de dólares, es decir, 38% de lo recibido en 13 años.
Pero si uno compara el incremento en los precios de los productos no regulados que produce este consorcio, por ejemplo, encontramos que una lata de Pepsi Cola costaba Bs. 30,00 en el 2013, y en enero de 2016 cuesta Bs. 250,00, un incremento en 3 años del 733%. Un Gatorade costaba Bs. 50 y ahora Bs. 320,00, un incremento del 540%, respectivamente, y así sucesivamente cuando comparas las listas de precios de sus productos en ese período.
Vemos como la inflación nacional es inducida por el comportamiento de los precios de ese tipo de producto de consumo masivo que oferta Empresas Polar. Esto señor Mendoza algún día debería explicárselo al pueblo de a pie entre los que se encuentran sus propios trabajadores.
Un paquete chileno
En fin, vemos que su primera propuesta es un "paquete chileno", porque es contradictoria, al pretender reactivar la economía importando todo desde el exterior. Le pregunto señor Mendoza: ¿Es que acaso importar materias primas no incrementa el PIB de otros países y disminuye el nuestro? ¿O es que acaso, importar mercancías no mejorado el empleo, el ingreso familiar y la propensión marginal al consumo de los países proveedores de materias primas? ¿Usted no sabe que cada vez que se importan materias primas, insumos o maquinarias al mismo tiempo se está importando inflación? Esa inflación que mundialmente promedia 2%, que sumada a la inflación inducida y estructural del país, ha venido empobreciendo continuamente a la mayoría de la población, obligando al gobierno revolucionario a apaliarlo con incrementos salariales, que inmediatamente, también son sumados a los costos de producción y al precio final de los bienes y servicios. De esa forma es que se ha estimulado la espiral inflacionaria de estos tiempos.
Señor Mendoza, realmente, su propuesta no ayuda a estimular el empleo nacional, el ingreso familiar y los niveles de consumo de la población venezolana. Sólo ayuda a que usted y su conglomerado industrial reciban miles de millones de dólares para importar insumos y equipos que se destinan a fortalecer sus oligopolios, debido a que realmente, desde 1941, cuando fue fundada Empresas Polar no han sido capaces de desarrollar en el país una sola empresa independiente de dólares, es decir, que produzcan sus propios insumos. Más bien se dedicaron a acumular capital a través de la producción y control de parte de la industria de alimentos, bebidas, cervezas y otros productos de consumo masivo en Venezuela.
ESTRATEGIA DE LORENZO MENDOZA EN LA GUERRA ECONÓMICA
En tiempos de la llamada Guerra Económica que se desarrolla en el país entre los empresarios y el gobierno revolucionario, el magnate Lorenzo Mendoza, ha jugado a derrotar a la revolución dándole duro al pueblo por el estómago. Se ha convertido en experto en manipular la oferta de sus productos del sector de alimento, refrescos y bebidas no carbonatadas, cervezas, maltas y vinos, la mayoría de primera necesidad para los venezolanos.
De una manera inmoral y sin escrúpulos, reaparece defendiendo a los más pobres que muchas veces amanecen para abastecerse de pocos alimentos para poder sobrevivir. Pero manipulando la realidad sale a decir que: "Esto no se puede seguir ignorando: el venezolano de a pie está sufriendo y está sufriendo porque no hay materias primas". Al mismo tiempo que desata una insensata campaña de presión por los pocos petrodólares que ingresan al país y que quedan en las reservas internacionales.
Mientras tanto, esos mismos ciudadanos de a pie sólo hacen largas y desesperantes colas por los productos que sus empresas producen y que se han desarrollado gracias el financiamiento del Estado y de los depósitos de parte de la población por medio del Banco Provincial, y que la mayoría son de alto posicionamiento en el mercado interno, como la Harina Precocida de Maíz (P.A.N.), Arroz Primor, Pasta Primor, Café, Lecha la Colina, Margarina Mavesa, Nelly o Regia, Margarina Industrial Chef, Aceite Mazeite; Atún Margarita, California y Chiffon; Sardinas Margarita, Vinagre, Salsas y Pasta de Tomate Pampero, Rikesa; Mayonesas (Mavesa, La Torre del Oro, Nelly y Presto), Toddy, Fresca Chicha, Chocoman y Merengadas, Alimentos para animales Súper Can y Champs, Procría y Galope; Cervezas y Maltas Polar, Pepsi Cola, Gatorade, Agua Mineral y Saborizada Minalba, Jugos Yukey, soda y aguakina, Gaseosa Golden Cup (Kolita, Uva, Naranja, Manzanita, piña), 7up, entre otros productos que aparecen y desaparecen del mercado constantemente. Una estrategia que utilizan con fines de generar escasez inducida, y para afectar el mercado de los bienes de primera necesidad.
Todos los días vemos como en los estantes de los abastos, supermercados, farmacias que expenden alimentos, bodegas, etc., que esos productos escasean continuamente. Pero Lorenzo Mendoza se ufana en decir que "Aquí no hay guerra económica, lo que hay es una economía enferma". Habría que preguntarse, ¿quién la ha venido enfermando con fines políticos? ¿Quién ha puesto al pueblo a hacer largas colas para comprar los productos de los oligopolios de las empresas Polar, para derrocar al gobierno revolucionario o alcanzar mayorías políticas como en la Asamblea Nacional?
LOS NUEVOS TIEMPOS AMERITAN PRODUCIR SIN DÓLARES, SEA COMO SEA
Realmente requerimos un modelo económico productivo que al mismo tiempo garantice las conquistas sociales que el pueblo se merece. Las alianzas con el sector privado tienen que ser en función de reactivar realmente la economía productiva con menos petrodólares y sin endeudamiento. Ese es el reto de los grandes gerentes y ha sido el reto de los grandes países que han alcanzado su industrialización y soberanía productiva luego de guerras y fuertes crisis económicas.
Por eso también estoy de acuerdo con su Propuesta 7: Recuperar el campo venezolano. Pero recuperarlo para que se produzca, en primer lugar, los bienes agrícolas, pecuarios y avícolas terminados para distribuirlos directamente para la dieta básica del venezolano. Luego que se satisfaga ese nivel de consumo, una parte del remante debe destinarse como bienes intermedio estratégicos para la producción de alimentos para animales y otros sectores primarios; y finalmente, el excedente de la producción nacional, se destine para la exportación y la elaboración de otros bienes y servicios no básicos para la vida.
En tiempos que no hay divisas, entonces hay que ahorrar las pocas que se tienen para garantizar la fortaleza de la moneda y del fondo de estabilidad económica que representan las reservas internacionales.
MENDOZA, EL ESTADO NO PUEDE RECONOCER DEUDAS DE EMPRESARIOS "PARÁSITOS"
Cuando Lorenzo Mendoza insiste que el gobierno revolucionario tiene que reconocerle la deuda de algunas empresas con sus proveedores internacionales, porque, supuestamente, "ellos siempre han apoyado a Venezuela", nada más y nada menos, está exigiéndole al país que acepten que los dólares que ingresan al fisco nacional por concepto de exportaciones (96% los genera el Estado petrolero y apenas el 4% los genera el sector privado) sean entregados a un pequeño grupo de empresarios privados, que decidieron dedicarse a producir para realmente generar riquezas en otros países por medio de la adquisición de compromisos (créditos o fiaos) a nombre del Estado venezolano.
Esos empresarios contaban, como lo hicieron siempre, con que el gobierno les iba a liquidar los petrodólares a cambio de sus bolívares devaluados y sin poder de compra (por la inflación) para que importen lo que les diera en ganas, para una supuesta producción nacional, sin planificación pública y sin estar enmarcado dentro del Plan de la Patria.
Ahora los empresarios dicen que el Estado les debe cerca de 6.000 millones de dólares, y que son necesarios para pagar los compromisos adquiridos con sus proveedores también en dólares. Cabe la pregunta: ¿Para qué adquirieron esos compromisos y utilizaron esos dólares?, si desde hace tres años se ha venido incrementando la escasez de bienes y servicios producidos en el país. Una escasez que ha obligado al gobierno revolucionario a importar para poder satisfacer la demanda agregada interna que los sectores privados no han podido satisfacer.
En ese sentido, el gobierno es quien cambia parte de los petrodólares por bolívares y los inyecta directamente en la sociedad por la vía de inversiones públicas, el incremento del gasto público y el consumo interno. Dolorosamente, parte de ese consumo interno se ha satisfecho por medio de compras públicas de productos terminados en el exterior. Algo que hay que detener lo más pronto posible.
Esto último ha sido uno de los mecanismos que el gobierno ha utilizado para contener la fuga de capitales, porque los petrodólares han servido para acabar con la perversión histórica que Lorenzo Mendoza insiste en mantener. Hay que recordarle, que en los últimos años se ha demostrado, que muchas de esas deudas son ficticias, trianguladas o creadas para garantizar que parte de los dólares se queden fuera del país. Allí entran las "empresas de maletín" y otras formas de corrupción comprobadas.
En ese sentido, el Estado venezolano no puede seguir con esa perversión histórica de liquidar el patrimonio común de todos los venezolanos para que los pocos empresarios (oligopolios) que tenemos cambien sus bolívares devaluados por los petrodólares que ingresan al fisco nacional con la finalidad de importar materias primas, insumos, mercancías baratas. El que quiere dólares que los genere o los consiga en el mercado cambiario al precio que los consiga.
AÚN SIGUE PENDIENTE EL COMPROMISO HISTÓRICO DE LAS EMPRESAS POLAR DE SUSTITUIR IMPORTACIONES
En la historia contemporánea de Venezuela se recogen infinitos pasajes de ofertas electorales y compromisos adquiridos entre el gobierno, los trabajadores y los empresarios organizados de trabajar para solucionar los problemas económicos del país, donde se insistía que volvamos los ojos a lo nuestro, desarrollemos la tierra, sustituyamos importaciones, pongamos a producir nuestros cultivos agrícolas de nuestras montañas y llanos, que demos un impulso al desarrollo industrial, entre otras propuestas que quedaban en el olvido.
En todos esos compromisos políticos, de los últimos 70 años, han participado los representantes de las Empresas Polar. Cabría preguntarle a Lorenzo Mendoza, ¿Dónde están los avances del proceso de sustitución de importación que sus empresas alcanzaron? Porque seguir pidiendo dólares en la segunda década del siglo XXI, dictan que sus compromisos de alcanzar la independencia productiva en función del país quedaron en vano. Más bien es digno de admiración la expansión que sus empresas han tenido a nivel mundial a consta de los petrodólares de todos los venezolanos.
En fin señor Mendoza, el Estado no puede seguir financiando el "parasitarismo" provocado por la renta petrolera de todos los venezolanos, para el usufructo de unos pocos. La única forma de estimular la producción de bienes y servicios es "forzar" que el empresariado se involucre en un verdadero y efectivo proceso de sustitución de importaciones a través de las iniciativas, de la innovación, de la tecnificación interna.
No hay petrodólares en este momento, pero tenemos hierro, carbón, aluminio, cementos, hidrocarburos, mano de obra especializada y joven, etc. Tenemos que darnos la oportunidad de construir lo que nunca se ha construido… Es comenzar a construir un nuevo parque industrial con el capital que tenemos.
Es trabajar con una mentalidad de reconstrucción, como si estuviéramos saliendo de una devastación, de una guerra, de un crack financiero y empresarial. Lo que implica hacer un inventario industrial, con que riquezas contamos, con cuantas personas contamos, qué países nos van apoyar, y planificar entre los diferentes actores la reconstrucción industrial.
Evidentemente, hay que comenzar con los sectores más estratégicos en lo inmediato: la agroindustria, la pesca y la ganadería para garantizar la seguridad alimentaria en el mediano plazo. Paralelamente, desarrollar el sector petroquímico, farmacéutico, la construcción de viviendas y el turismo, que garantizan el empleo y así como la inversión.
PROPUESTA 2. ACCEDER AL FINANCIAMIENTO INTERNACIONAL
Ante el panorama descrito anteriormente, donde Lorenzo Mendoza aboga por el reconocimiento gubernamental de los compromisos en dólares adquiridos por las empresas que no generan ni un dólar. Y, dado los pocos ingresos petroleros en la actualidad por la caída del precio del barril petrolero, se le ocurre la grandiosa idea "que el gobierno revolucionario busque financiamiento internacional, más eficiente y menos costoso para los venezolanos", a fin de reconocerles y pagarles a sus aliadas empresas parasitas las supuestas deudas que ellos han contraído. Cabe señalar, que la mayoría de ellas están afiliadas a Fedecamaras, Consecomercio, Fedenagas, Venanchamp entre otros gremios expoliadores de petrodólares.
Esa insólita y descarada propuesta, del personaje que se erige como el redentor de la Venezuela postrevolucionaria, insiste en que el país tiene que entregarse al Fondo Monetario Internacional, aceptar su paquete de medidas económicas que afectan los intereses nacionales, y endeudarse para que se disponga de dólares suficientes para pagarles a los empresarios sus compromisos adquiridos en dólares sin ningún tipo de control estatal, de manera inconsulta y arbitraria.
¡Esa es la mayor desfachatez que he escuchado en toda mi vida! Sin embargo, sé que si ellos, hipotéticamente hablando, toman el poder gubernamental en el corto o mediano plazo, lo primero que van hacer es endeudarse con el FMI y repartirse el financiamiento entre esos empresarios "maulas" y otros cuantos más estafadores, como siempre lo hacían en el pasado.
Cualquier financiamiento que haga el Estado venezolano, por necesidad imperante, debe ser para inyectarlo al sector Petroquímico y para reconstruir empresas que en el corto plazo realmente sustituyan importaciones. Más abajo retomamos esto.
Hay que recordar, que Lorenzo Mendoza ha venido usurpando las funciones del Estado venezolano al ir a negociar con el FMI un supuesto financiamiento porque consideran que en pocos meses caerá por cualquier vía el gobierno de Nicolás Maduro. De hecho tiene varias denuncias en el Ministerio Público por esa usurpación de funciones, que por cierto, aún no han sido resueltas.
Con ese trasfondo cargado de malas intenciones para la sociedad venezolana, las anteriores propuestas se conectan con la número 3: "Apuntalar la producción nacional".
PROPUESTA 3: APUNTALAR LA PRODUCCIÓN NACIONAL
Mendoza, planteas que con los recursos que se reciban del FMI, hay que crear un fondo para la adquisición de insumos, materias primas y repuestos, argumentando: "Que los recursos vayan para la producción nacional, no a importar productos terminados, que es mucho más ineficiente […]. Que se asignen las divisas a los que pueden hacer de ellas de forma productiva. Hay cadenas de valor que están rotas y hay que atender esta situación. No se consiguen los productos por falta de materias primas".
Como se aprecia, su discurso gira en torno a que hay que reactivar la economía productiva pero importando productos intermedios. ¿Es que acaso esos no es lo que han estado haciendo en los últimos 80 años todas las empresas afiliadas en Fedecamaras, Consecomercio, Fedenaga y Venanchamp?
Porqué Mendoza no planteas constituir un fondo nacional para la inversión en sectores industriales y torneros para producir en el mediano plazo los bienes y servicios intermedios que requieren sus empresas y la de sus aliados "parasitarios". Incluso, que vaya de la mano con su propuesta de "un plan agrícola que incentive al productor", pero que se incentive por medio del suministro interno de gran parte de lo que realmente necesitan.
Claro, es más fácil que toda la sociedad se endeude en estas circunstancias actuales para que ellos (los empresarios) resuelvan sus problemas ahora y que mis nietos y la del resto de la sociedad venezolana paguen en el futuro. Su tercera propuesta es una estafa a los niños de hoy que serán los trabajadores y empresarios del futuro.
ESTOY DE ACUERDO CON LORENZO MENDOZA EN LO SIGUIENTE
Lorenzo Mendoza, sí creo que "deben ajustarse los precios de acuerdo con la Ley Orgánica de Precios Justos" como lo plantea en su Propuesta 4, porque la inflación inducida por muchos de ustedes ha afectado a todos por igual. Incluso, ha afectado más a la clase trabajadora, pensionada y subvencionada por el Estado, que son mayoría en Venezuela, porque los ricos como usted compensan la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos y riquezas aumentando los precios de los bienes y servicios, especulando en las bolsas internacionales, aumentando los despidos laborales, invirtiendo en otros países que garantice mayor rentabilidad que el nuestro, promoviendo el contrabando de extracción a los países fronterizos, y otras estrategias de la economía subterránea.
Estoy de acuerdo con usted, en que "No hay ningún país del mundo que haya podido prosperar y erradicar la pobreza sin la participación de la empresa privada". De hecho, eso es un mandato constitucional, donde se prevalece la iniciativa privada para contribuir con sus recursos al desarrollo de la economía, la educación, la ciencia, la tecnología, el conocimiento en general, la innovación y sus aplicaciones, y los servicios de información. En el Título VI, referido al Sistema socioeconómico venezolano se consagran principios de justicia social, eficiencia, democracia, libre competencia e iniciativa, defensa del ambiente, productividad y solidaridad, indistintamente del dogmatismo ideológico o político, superando el debate sobre los roles del mercado y el Estado.
En el Capítulo I, Del régimen socioeconómico y de la función del Estado en la economía, se plantea el rol del Estado, "como regulador de la economía para asegurar el desarrollo humano integral, defender el ambiente, promover la creación de valor agregado nacional y de fuentes de trabajo, garantizando la seguridad jurídica para fomentar, junto con la iniciativa privada, el desarrollo armónico de la economía nacional y la justa distribución de la riqueza."
"En suma, se plantea un equilibrio entre Estado y mercado, en razón de que el problema no es más Estado o menos Estado, sino un mejor Estado y el mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio para satisfacer las necesidades colectivas; ese equilibrio debe prevalecer entre productividad y solidaridad, entre eficiencia económica y justicia social, dando libertad a la iniciativa privada y preservando el interés del colectivo."
Con base en lo anterior señor Mendoza, lo que tiene que hacer es ponerse a derecho y diseñar estrategias que permitan multiplicar la producción de los rubros de su Corporación Industrial, aprovechando la escasez existente en los mercados, y dejar de rogarle al Estado los pocos dólares que quedan en las reservas internacionales para el beneficio del grupo de intereses que representa.
HAY QUE PONER A PRODUCIR LAS EMPRESAS PÚBLICAS
También estoy de acuerdo con Usted en su Propuesta 5: Poner a producir a las empresas estatales. Porque creo que hay que ponerlas a producir al máximo y eficientemente, tanto las básicas como las expropiadas por el gobierno. En el caso de estas últimas, las que estén paralizadas, pudieran ser subastadas para ser transferidas vía comodato a organizaciones productivas manejadas por trabajadores, consejos comunales, gerentes o empresas privadas que realmente quieren ponerlas a andar. Pero que asuman un compromiso público y metas realizables. No es privatizar, es "transferir" vía comodato en vez de "venderlas".
Para lo anterior se requiere lo planteado en el escrito: "Políticas para la reactivación económica 2016" (http://www.aporrea.org/actualidad/a219605.html): que "el gobierno haga público la cantidad de tierras, empresas, almacenes, silos, maquinarias y equipos improductivos y se los entregue vía comodato, a los que quieran ponerlos a producir, pero estableciéndoles lapsos de reactivación, metas de producción y suministro a corto y mediano plazo".
Estamos claro, que el Estado debe supervisar a estas empresas e incentivarlas con políticas de subsidios, financiamiento, de seguimiento, acompañamiento institucional, incluso la simplificación de trámites administrativos para el otorgamiento de divisas preferenciales.
Se insiste, no es otorgar divisas sin control ni para comprar mercancías para ensamblarlas y/o revenderlas en el país. Deben ser para robustecerlas, equiparlas tecnológicamente y adquirir otros bienes de capital en el corto plazo, y sobre todo para las empresas productoras de bienes y servicios esenciales de la canasta alimentaria y sectores conexos vinculados a la Petroquímica y la agroindustria.
¿QUÉ HAY QUE HACER SEÑOR MENDOZA?
Señor Mendoza, sobre lo que hay que hacer para impulsar una nueva economía productiva que supere el rentismo petrolero le recomiendo lea el mencionado artículo "Políticas económicas para la reactivación económica 2016", donde se señalan una serie de medidas que requieren de la participación de empresas sólidas, con capacidad ociosa como la de las Empresas Polar, que trabaje de la mano con el gobierno de turno para que la población venezolana deje de hacer las largas que colas que ustedes mismo están generando por su incapacidad de no poder producir sin que el Estado les intercambie dólares.
No se ven a los empresarios Chinos, de Estados Unidos, Rusia y los países del norte de Europa rogándoles al Estado que les entregue dólares u otro tipo de divisas para produzcan a cambio de monedas locales sin ningún tipo de garantías. El apoyo estatal que reciben es por medio de condiciones que garanticen el acceso al financiamiento público o privado. Si los empresarios quieren divisas, preferenciales tienen que responder por ellas. Valga decir, en el corto, mediano o largo plazo tienen que devolverlos al fisco más los intereses generados. De eso sabe usted mucho porque sus socios controlan uno de los mayores bancos del país: el Banco Provincial.
En estos tiempos se requieren de hombres y mujeres que pongan sus ideas, capitales y corazón para alcanzar la independencia económica. Para que se haga la verdadera "revolución económica y cultural". Que todos los venezolanos unidos, trabajen por el incremento progresivo del nivel de vida de toda la población y no de esa minoría que permite un sistema estrictamente capitalista; donde sus niveles de vida se elevan, mientras que el de las mayorías se va hundiendo, producto de las desigualdades que la dinámica económica genera. ¡He allí una de las grandes diferencias entre el capitalismo y el socialismo!...
Estamos obligados a ponernos de acuerdo para que el país supere la cultura "parasitaria", expoliadora de dólares petroleros que mantienen los empresarios venezolanos y que los hacen ser ineficientes, no competitivos, atrasados tecnológicamente y altamente dependientes del Estado.
CRECER DENTRO DEL PETRÓLEO
Por eso hay que insistir en el diálogo entre los actores sociales. Entre capitalista y socialistas. Diseñar de manera colectiva una nueva estrategia de desarrollo que supere el rentismo petrolero, incluso, a partir de ese mismo recurso natural importante que poseemos: los hidrocarburos, a pesar de la crisis económica mundial que afecta temporalmente a su mercado internacional.
Hoy, no existe actividad humana donde la energía o la versatilidad química de los hidrocarburos no tengan participación, directa o indirecta. Recordemos que son miles los productos derivados del gas natural y petróleo que van a las plantas petroquímicas donde los transforman en productos básicos para la fabricación de centenares de artículos que son imprescindibles en la sociedad moderna, y que nosotros importamos casi en su totalidad.
Ante el fracaso rotundo y continuado del modelo de desarrollo rentista basado sólo en el petróleo (96% de las divisas), es necesario revalorizar la tesis de "crecer dentro del petróleo". Donde cualquier programa futuro contemple entre otras cosas los siguientes objetivos:
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Fortalecer la capacidad productora de petróleo y refinados nacional, a fin de garantizar que en el corto y mediano plazo, cuando los precios petroleros, se remonten, garantizar nuevos ingresos y formación de capitales.
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Impulsar, de una vez por todas, la industrialización aguas abajos del sector petrolero (petroquímica y otros sectores conexos), con la finalidad de agregarle valor a los hidrocarburos, generar empleos directo e indirectos, y garantizarles los insumos hecho en Venezuela al resto de los sectores productivos nacionales provenientes de la petroquímica (la mayoría son importados en la actualidad) para que dejen de depender de dólares para importarlos.
Cuando se analizan las importaciones nacionales, más del 40% son productos químicos para la fabricación de otros productos, entre ellos: fertilizantes, metanol, propano, aceites, lubricantes, solventes y parafinas. Además, de otros productos obtenidos por desintegración y reformación química, conocidos como químicos intermedios: etileno, propileno, butileno, butadieno, benceno, tolueno, xileno, metanol y amoníaco. Estas son las bases para producir insecticidas, fungicidas, algicidas, herbicidas, pesticidas, fertilizantes necesarios para el sector agrícola y ganadero.
En fin, son materias primas que, con VOLUNTAD POLÍTICA, pudieran producirse directamente en Venezuela en el mediano plazo con la ayuda nacional o internacional, a fin de satisfacer las necesidades de los sectores productivos de bienes de uso personal, transporte, de uso doméstico, agricultura, deporte, medicina y construcción, entre otros.
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Planificar el reimpulso o el desarrollo de actividades empresariales necesarias para la vida, valga decir, de primera necesidad en los distintos sectores, por medio de financiamiento público, a fin de que nos haga competitivos, dejando atrás el financiamiento a sectores empresariales improductivos.
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Exigirles al empresariado nacional la aplicación de estrategias para ir sustituyendo importaciones de bienes, servicios y tecnologías extranjeras, mediante la innovación e invención, con compromisos públicos y hechos concretos, medibles y palpables en el mediano plazo.
Esto debe ser coordinado por el Ministerio del Poder Popular para la Industria y Comercio, así como el de Ciencias, Tecnologías e Innovación, y debe contar con la participación de los sectores de trabajadores organizados para involucrarlos en la motivación de ese proceso. Hacerles entender públicamente que las empresas y sus trabajadores deben estar en permanente transformación, para ayudar a solucionar los problemas estructurales de la economía rentista venezolana.
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Ante la emergencia económica actual, materializar un programa de autosuficiencia mínima en la producción de alimentos necesarios para la población, basado en una "distribución calórica mínima" de productos hechos en Venezuela, de precios accesibles, con algunos subsidios y que inunden todos los anaqueles del país. Aquí las grandes empresas productoras de alimentos del sector privado pudieran ayudar por medio de un "Pacto Social Productivo". Esto es más efectivo que la política de distribuir el ingreso nacional en términos monetarios y el incremento salarial por motivos inflacionarios.
Señor Lorenzo Mendoza, este es el único camino que considero necesario para reactivar el aparato productivo nacional y superar el modelo rentista que tanto se ha hablado en los últimos 80 años.