La coyuntura actual es propicia para cambiar ciertos habitas de consumo y la paga salarial.
Partimos de que el salario debería cubrir la cesta básica, más por exceso que por defecto. Sin embargo, si esto se cumpliera, cada vez que en el mercado crecen los precios de las mercancías de esa cesta los salarios deberían quedar ajustados automáticamente según y a partir del día de la correspondiente alza de precios en una o más de esas mercancías vitales. Esta es una manera de indicarnos que los salarios bien podrían ser calculados según los precios del mercado[1] y no por los convencionales contratos previos obrero-patronales, como si se tratara de comprar maquinarias o materias primas. Digamos que los asalariados también deberían ir al mercado a buscar su paga.
Así como el empresario le saca ganancia a cada bolívar invertido en sus costos de producción, asimismo el salario debería seguir la misma regla en cuanto al costo de la vida del trabajador. Para ello bastaría aplicar el criterio capitalista, según el cual la ganancia procede del mercado, y en consecuencia de este podría venir el salario.
Digamos que una vez realizada la producción de una empresa a los precios del mercado (proporcionalmente, se entiende), de estos ingresos se deducirían los costes de producción y en paralelo también los salarios serían deducidos para enterárselos al asalariado.
Ese cálculo salarial, que ahora nos luce una perogrullada, fue borrado de la Contabilidad capitalista desde el momento mismo en que al trabajador se le compra su fuerza de trabajo a la par con el resto de los costes de producción de los valores de uso. Ahora, al trabajador asalariado deberíamos considerarlo un cooperante, un coinversionista: él invierte mano de obra, y el capitalista el resto de las fuerzas productivas.
Hasta ahora, la Contabilidad Burguesa entiende y asienta que la ganancia depende de los costos de producción ya que a mayores costos menores ganancias para unos precios de mercado dados en el mercado. Entonces, cabe la pregunta: ¿de qué depende el precio de mercado?, ¿cuál es su fuente?
Ya sabemos que los capitalistas aprovechan los incrementos salariales impuestos por el gobierno para integrarlos a los costes de producción de los valores de uso de sus mercancías, y lo hacen exageradamente en una relación de 1/1, y así, además, ese mismo incremento de costo salarial lo usan para minimizar los impuestos sobre ganancias, habida cuenta de que estas son el resultado de la diferencia entre precios del mercado y su costo de producción.
Si, por ejemplo, los salarios reciben un aumento de 20%, su monto absoluto reaparece en el sobrecosto en lugar de sólo un porcentaje de ese monto absoluto respecto del costo previo antes del incremento salarial.
Es decir, el ajuste salarial sólo debería cargarse en términos relativos, o sea, en la cuantía porcentual que el incremento absoluto del salario represente respecto del costo de producción reinante antes del ajuste en cuestión, pero nada de esto significa que la empresa incrementa el precio de venta como trasiego del incremento salarial, como tampoco se trasiega los costes que sumados a una ganancia media permitirían determinar el precio de venta. Sólo determinan el costo de la producción de esos valores de uso, y sería el mercado el que permitiría que realmente surja una ganancia, independientemente de que esta proceda o no de la plusvalía. Estos costos de producción son una exigencia meramente técnica por ser necesarios para producir tal o cual valor de uso. Si el capitalista explota a sus trabajadores, eso lo estará determinando el mercado según sus precios en los cuales poco influye la participación de cada empresario aisladamente considerado.
Es importante saber que los costos de producción, o sea, el valor de esos costos reales-o falsos, no viene al caso-no aparecen en el precio de venta. En este aparece sólo el precio reinante en el mercado, y alrededor del cual giran los altibajos que la competencia practique. Este conocimiento es fundamental para entender por qué la burguesía y sus teóricos insisten en que la fuente de la ganancia es el mercado y no la producción.
En cuanto a su valor de cambio, basado en el valor de fabricación, aquel, si bien tiene como fuente la producción, lo determinará el mercado que podría perfectamente hacerlo a un lado, tal como hace el capitalista cuando acapara, restringe la oferta a fin de que en el mercado suban los precios que él aprovecha para colocar su mercancía a un precio superior al que pudieran haber existido antes de su acaparamiento.
Los costes de producción sólo determinan, según el criterio burgués, la cuantía de esa ganancia, pero también podría determinarse la cuantía de los salarios. Por supuesto, si al trabajador se le reconociera todo su trabajo, o sea, si se le pagara todo el valor de su trabajo y desapareciera la plusvalía, obviamente, los trabajadores "ganarían" y los patronos verían mermada su ganancia absoluta, con lo cual, entonces, contradictoriamente los trabajadores estarían recibiendo salarios del mercado y no se su patrono.
Ha sido la compra de la fuerza de trabajo, asimilada a una mercancía, la que ha oscurecido la posibilidad de que el asalariado también fije su precio según los precios del mercado y no lo que el patrono decida a su arbitrio. No obstante, adelantemos que la ganacia capitalista pareciera provenir más de la cuantía del capital que de la mano de obra. Sin embargo, si la paga salarial se basara en los precios del mercado las relaciones obrero partronales cambiarían radicalmente.
Este Ensayo continuará.
12/02/2016 09:45:52 a.m.
[1] Tal como lo hace el artesano: este produce antes y luego le cobra la mercado el valor de mercancía, también a precios de mercado, pero deducidos sus costes de producción obtiene una paga que subsume, en principio, lo que sería su salario más una "ganancia" o autoplusvalía.