Cálculo del salario según los precios del mercado. Parte II

En esta segunda entrega del ensayo, nos ocupamos

de las inconsistencias de la Contabilidad Burguesa.

La idea de hallar en el mercado la ganancia y los salarios* resulta coherente y consistente con la venta que la empresa hace de todos sus medios de producción en forma de mercancías con nuevos valores de uso gracias a la manufacturación que los asalariados le aplican a las materias primas con ayuda del resto de los medios de trabajo involucrados en el correspondiente proceso.

Efectivamente, el capital inicial gastado durante cierto período económico es retomado con las ganancias del caso cuando las mercancías son realizadas en el mercado. En el fondo, el proceso de trabajo capitalista es una actividad comercial o de compraventa, con la salvedad de que las mercancías inicialmente compradas como medios de producción deben recibir transformaciones físicas y desgastes durante y mediante el trabajo de los asalariados. Por ejemplo, los hilos comprados para revenderlos bajo la forma de telas.

¿Qué hace la Contabilidad con el ingreso monetario de las ventas? Va cargando a las ventas, o lo hace a final de año, las depreciaciones por diferentes conceptos materiales, el consumo de materias primas, etc. Le carga el costo realizado de producción por sus diferentes conceptos. Así obtiene la ganancia.

Actualmente, también le carga los salarios a los ingresos de ventas, sólo que aquellos también son revendidos a precios de mercado, pero pagados a precios de producción[1] convenidos por el patrono dentro de la producción.

Según venimos afirmando, así como la venta de la producción no se ajustaría al valor trabajo, sino a los precios del mercado, tal como lo sostiene la Apología Burguesa y sus Nobelados, los salarios también deberían ser reconocidos y pagados al mismo precio de mercado. De lo contrario, es decir, lo que viene ocurriendo desde hace cientos de años resulta inconsistente, habida cuenta de que todo el capital gastado o aportado por el empresario, representado en determinado volumen de mercancías, termina vendiéndose a precios de mercado porque sus medios de producción también los pagó el patrono a precios de mercado. Sólo la mano de obra es comprada al capricho del patrono, dentro de la producción[2], y él la revende a precios de mercado. Mediante esta concepción burguesa, la plusvalía queda oculta y la ganancia parece surgir del mercado y no de esta incoherencia e inconsistencia contables.

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13/02/2016 07:51:40 a.m.

* Ver entrega anterior, de igual título, Ensayo.


 

[1] Este precio de producción no alude a aquellos del mismo nombre en los que se transforman los valores como resultado de la competencia entre capitalistas.

 

[2] Los asalariados podrían guiarse semanal o quincenalmente por una suerte de movimiento bursátil que rija para el valor de la mano de obra, según sus cotizaciones, y así pasar la factura a sus compradores, a sus patronos. Como eso no viene ocurriendo así, han surgido los famosos conflictos laborales que han sido canalizados por los movimientos sindicales, la celebración de contratos anuales, etc. Sin embargo, durante el ínterin dentro de cada periodo de esos contratos, los asalariados sufren todo tipo de menospagos cada vez que los empresarios encarecen las mercancías de la cesta básica.



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Manuel C. Martínez


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