Producto de la guerra económica, la inflación inducida y una economía devastada a raíz del saqueo continuado que llevó al gran desfalco a la nación a través de CADIVI y CENCOEX, y de la baja del precio del barril del petróleo, la sociedad venezolana a todo nivel ha dejado salir lo peor de ella.
Hoy nos encontramos a un pueblo que roba a sus congéneres, sin ningún tipo de miramientos ni vergüenza. Pareciera que la miseria humana que hoy se impone es el lugar común de estos tiempos de crisis.
Cabría analizar algunas de las causas que prelaron y permitieron esta situación oprobiosa que se ha entronizado en la psique de un grueso de la población venezolana. La causa principal, a mi modo de ver, ha sido la ausencia de una revolución cultural enmarcada en la ética y en los valores que deben primar en cualquier sociedad, máxime si se pretende construir una sociedad humanista donde el interés colectivo se imponga ante el individual.
Sumado a ello, la falta de referentes éticos y morales por parte de un grupo que ha acompañado al gobierno a lo largo de la revolución, enseñándole al pueblo antivalores como el robo y el abuso del poder, completamente impunes. Y precisamente de esa impunidad el pueblo, ni pendejo que fuera, obtuvo la excusa para justificar su accionar.
Tristemente un día escuché en boca de un camarada decir: ¿Por qué si los de arriba roban yo no lo voy a hacer? La diferencia es que yo hago cola para poder bachaquear y gano en bolívares y los de arriba no hacen cola y no ganan, se roban los dólares que son de todos los venezolanos.
De aquí la importancia de lograr un referente ético que inspire y motive al pueblo a tomar conciencia de sus actos y a ser mejor. Como ejemplo indiscutible el Comandante Chávez.
Cambiar esta inercia que trae gran parte del pueblo estos últimos años cargada de antivalores de un obsceno egoísmo y de una ausencia absoluta de ética, por parte de muchos que apuestan a la ineficacia del gobierno para atacar estas desviaciones que ya forman parte del día a día de nuestra sociedad, será una tarea titánica.
De seguir imponiéndose la impunidad, el gobierno perderá el principio de autoritas para combatir a quienes con su accionar contribuyen a la destrucción de la economía del país. La responsabilidad es de todos, pero principalmente del gobierno.
Y a nuestro pueblo le recuerdo que de nada le sirve al hombre ganar el mundo, si se pierde a sí mismo.
Conciencia y más conciencia, de eso se trata.
Zulika King
Coordinadora del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza
Domingo, 21 de febrero de 2016