Los atajos golpistas
Si algo hemos aprendido en nuestro país es que cuando el río suena es porque piedras trae. Toda la ola de rumores que se han desatado, creíbles o no, en su mayoría lo que indican es que el escenario político y el poder en Venezuela se están movilizando como una placa tectónica a punto de un movimiento telúrico de impredecible intensidad.
Mi postura ha sido clara y por la calle del medio: creo que Maduro éticamente y antes que sea producto de una presión contraria al bien del país debe pensar en la renuncia, después de cumplida la mitad de su periodo para que un gobierno del proceso con verdadera voluntad de rectificación culmine el periodo y permita la rearticulación de fuerzas para afrontar nuevos retos electorales. Lo otro que he dejado claro es que si el destrabe del conflicto no es ético entonces no debe existir ningún atajo que no sea el democrático por vía de referendo revocatorio, pero pretender pensar en una salida de facto, venga de donde venga, con "juntas de gobierno" y militares por el medio es absolutamente contrario a la democracia en la que creo y la que defiendo.
Ningún atajo golpista puede traer bien alguno al país; la transformación es ética y democrático o será más de lo mismo y eso debemos impedirlo de manera contundente. Este y otros escenarios los estamos debatiendo en Marea Socialista en el marco del proceso constituyente interno, de manera democrática y con diferencias fraternales que alimentan un debate impostergable.
El aumento de salario que nunca fue
Felicitar a Maduro porque al fin decidió tomar alguna medida, bueno o mala, es inevitable. El problema es la dificultad que representa pensar en el impacto de unas medidas que no atienden el fondo del problema: ¿De dónde vamos a sacar los dólares para evitar la hambruna y las muertes por mengua? El gobierno se entrega al libre mercado sin decirlo, hace una política sólo para el 19% del país, y sigue beneficiando a "empresarios" importadores a costa de reducirle el sueldo a todo el mundo.
Una devaluación del 58% junto a un aumento de sólo el 20% es una medida profundamente neoliberal en una economía que no soporta más mentiras. Nosotros, los que vivimos de nuestro trabajo ahora ganamos menos que antes y las cosas son más caras, incluso que en el resto del mundo. No hubo aumento de suelto, hubo un ajuste que no llega ni al 40% de la devaluación formal y además hoy casi el 60% del salario es en bonos (cestaticket) que no se calculan para las prestaciones, ¿socialismo o barbarie?
La oposición sin cable a tierra
Y mientras todo esto sucede, la oposición pelea una Ley de Amnistía que a la mayoría del pueblo en nada le beneficia y peor aún, alimenta la impunidad en un país que lo que requiere es la dura e implacable aplicación de justicia, caiga quien caiga. No niego la posibilidad de que la oposición desde la Asamblea Nacional busque una amnistía, siempre que ésta no vulnere principios fundamentales de Derechos Humanos, y que se legisle sobre casos específicos, nombres y apellidos, pero no puede elaborar un saco donde puede caer cualquiera que esté enchufado con la cúpula opositora.
Más voces se suman
Bienvenidas todas las voces que hoy desde el chavismo hacen pública su postura crítica. Nunca es tarde y sabemos que vendrán más, lo único que creo importante es que se tenga la voluntad de organizar esa gran expresión del chavismo crítico que hoy crece y crece como una fuerza de orgánica nacional, con el fin de crear un nuevos referente político chavista de izquierda, distante de lo que hoy expresa el madurismo.
Originalmente publicado en el portal Notiminuto.com
