Libres precios de mercado vs. Precios Justos

Liberar los precios no significa que cada vendedor fijará el que caprichosamente se le ocurra; no podrán hacerlo porque siempre tendrán competidores quienes, de cara a quitarles sus clientes, podrán vender a un precio menor. Es así como se va formando el precio de mercado.

En la preguerra, cuando una arepa rellena con carne mechada costaba Bs. 1,00, su aumento a Bs. 1,25 era expresión de especulación. Hoy el pescado a Bs.F 2.000,00/kg, si es rebajado a Bs.F 400,00, aparenta ser bastante barato, pero con este nuevo precio justo sólo se está marcando una referencia para que los demás precios empiecen a ajustarse alrededor de ese elevado precio de Bs. F 400,00, resultado que por ahora todos esperamos. Sin embargo, seguiremos preguntándonos sobre qué base de costo o fuente de valor se formarán esos nuevos precios, cómo seguiría influyendo y determinándose el precio de mercado.

¿Cómo explicar que hasta hace 2 años un pan de piquito que sólo costaba Bs.F 5,00, aprox., hoy, fácil vale Bs.F 30,00?

La vigente ley de Precios Justos, al parecer, ha resultado contraproducente. El comercio burgués ha decidido que se liberen los precios para poder competir, porque mientras esté vigente un límite para la ganancia , hacia éste tenderá automáticamente todo comerciante, todo distribuidor, todo intermediario, público o privado, lo que ha dado pie a la corrupción de ciertos burócratas responsables del precio justo, y a la presente guerra económica, máxime cuando han visto en esta escalada de precios un motivo de disgusto del pueblo que podría facilitarles ese retorno a Miraflores que lo tienen bloqueado. Pedirle a un comerciante que no gane tanto. o aun ciudadano que no opere con compraventas que pudieran rendirle una rápida ganancia es pedirle peras al olmo.

Primeramente, no todas las fábricas operan con una misma productividad. Las hay que según su composición orgánico, sea, según sus estructura de costes, obtienen tasas que sobrepujan 30% del capital inicial, independientemente de su total o parcial consumo. Las hay que han invertido cuantiosos recursos técnicos y sus tasas son muy inferiores a ese 30%. Diferencias que bajo el libre mercado forzosamente impulsarían a las empresas a competir según sus costes de producción. La competencia es un derivado de esas diferencia de costes de producción. Esto es inviolable mientras haya empresarios capitalistas. Sus ataques suelen ser contraproducentes e ineficaces.

En segundo lugar, al fijarse un tope para la tasa de ganancia automáticamente se anula toda posibilidad de que las empresas fabriles y comerciales inicien su carrera de competencias a partir de sus costes de producción ya que las que de mayor y mediana composición se hallan satisfechas con dicho porcentaje. Hallan de manera oficial la tasa media que deberían conseguir a punta de competencia que les insumirían mayores tiempos, inversiones y riesgos.

El bachaquerismo es un tercerizado, sólo refleja la reacción del empresariado formal ante la fijación de la tasa máxima, pero revendería más barato. El contrabando de extracción seguiría su curso mientras Colombia opera con costes superiores, pero, ni política ni diplomáticamente, por ingentes que sean los innegables esfuerzos que hace el gobierno por contrarrestar y ganar esta guerra, son medidas seguras para alcanzar el éxito que en corto plazo requiere este estado de cosas.

En lugar de seguir negociando e invitando a capitalistas al abaratamiento voluntario del costo de la vida por las vías de precios justos de cara a que los precios bajen, el precio justo al lado de la tasa máxima injerencistamente respetada, les niega esa voluntad, y de allí su contraproducción.

Liberar los precios no significa que cada vendedor fijará el que caprichosamente se le ocurra; no podrán hacerlo porque siempre tendrán competidores que de cara a quitarle sus clientes podrá vender a un precio menor. Es así como se va formando el precio de mercado. Los precios siempre dependerán del libre mercado. Debemos reconocerlo aunque luzca una debilidad socialista.

Con la libre formación de los precios, estos serán necesariamente el resultado de la competencia porque ningún empresario podrá acogerse a ninguna ley para fijarlos; los fabricantes e intermediarios se ajustarán a la tasa media de ganancia que libremente ofrezca el mercado y la economía irá hacia esos precios de equilibrio, se acabarán los precios guarimberos y se formarán los precios burgueses que por elevados que sean se estabilizarán y hasta podrían bajar en beneficio tanto de Venezuela como de Colombia.

29/02/2016 10:29:16 a.m.



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Manuel C. Martínez


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