I
Miguel Cabrera, el espectacular pelotero venezolano, estrella de las Grandes Ligas, fue entrevistado por el canal de televisión más perverso del planeta: CNN. Como siempre lo hace ese canal, no podía faltar una pregunta: "¿Qué opina usted de la situación que vive su país?" ¿Con qué fin se hace esa pregunta? Con el fin de que el pelotero, o el cantante, el músico, el actor o la actriz, despotriquen contra su Patria. Así lo han hecho con muchos venezolanos y venezolanas. Unos satisfacen al canal y su perversidad contra Venezuela. Otros mantienen una actitud mesurada. No caen en el juego del entrevistador o entrevistadora. No se dejan llevar al terreno que ellos quieren, que es hablar mal de país y de su presidente. He aquí lo que dijo Miguel Cabrera: "Si yo me pusiera hablar de política es como dijera que yo sé jugar fútbol como Messi… Sin embargo, "no ignoro la situación que está pasando Venezuela. Yo creo que se puede hacer un mejor trabajo para que podamos salir adelante, para que el venezolano pueda echar pa´ lante".
II
Una actitud plausible de una estrella del beisbol como lo es Miguel Cabrera. Tal vez él tenga una opinión más crítica contra la situación venezolana, es posible. Pero se condujo con prudencia, ante la entrevistadora. Él comprende que o puede despotricar contra su Venezuela en otro país, y menos en Estados Unidos. Su labor en el norte es jugar beisbol, para lo que nació. No para hacer política desde lejos. Es un pelotero y punto. Nacho, lo hace diferente. Mal pone a su país fuera y dentro de sus fronteras. Allá, en la tierra del Tío Sam, lo hace con más énfasis, con más orgullo y cinismo al responderle a los entrevistadores, exactamente lo que ellos quieren: que desnuden a Venezuela, a su presidente y a su proceso. ¿Por qué este señor Nacho, no se instala en Venezuela, y se inscribe en la MUD, y aspira a ser presidente de su país? En vez de andar en tierras extrañas hablando pendejadas. En fin, un personaje, echón y sin dignidad alguna. Otro personaje, moderado, con su voz de muchacho, aún, y con una actitud digna de un venezolano que quiere a su país donde nació y donde se inició como pelotero. ¡Se cansa uno! ¡Volveré!
