I
La consigna es todos contra Maduro (TOCOMA). Ni un paso atrás dice la derecha. Desde la Asamblea Nacional lanzaron el grito de guerra: "enmienda, revocatorio o renuncia". Si lo pela el cielo lo agarra el sin nariz. El avispero se alborotó. En ese sentido, el ex gobernador chavista del estado Mérida, Florencio Porras, salió a la palestra pública, con un grupo de militares que participaron en el 4F, pidiendo la renuncia del presidente Nicolás Maduro. Esto no es muy grave por venir de quienes vienen. Sin embargo, pienso que se unen al ruido o a la candelita que viene tomando cuerpo. Hay que prestarle atención a estos brotes. No tanto por la cantidad, sino por lo que dicen. Esas voces, con mensajes negativos y desestabilizadores, pueden ser oídas por muchos otros militares. No es bueno. Pues, una gota aquí y otra allá, tanto dan sobre la roca, hasta que la debilitan y la quiebran. Este señor Porras, desde hace años se le vio la costura. Está más que desprestigiado, pero de que hace bulla, hace bulla. Máxime en estos momentos en que pedir la renuncia al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, se ha convertido en un deporte popular. Todos contra Nicolás Maduro, y lo que representa.
II
La jauría se desató contra Maduro. Quieren verle el hueso. Saben que así acabarán con un sueño que nació el 4 de febrero, con sus raíces el 4 de mayo y el 2 de junio de 1962. Ha sido un sueño de una buena parte del pueblo venezolano que no quiere ser pisoteado por la bota invasora gringa. Pero las cosas se oscurecen cada día. Diera la impresión que el gobierno se defiende como una gata boca arriba. Donde no tiene espacio para moverse. Es mejor que estemos en alerta roja, en especial en el sector chavista. La guerra económica es más feroz cada día. La escasez está llegando a límites insoportables. Los ataques desde el exterior se multiplican. La derecha internacional ya está festejando. En fin, como decía mi mamá: "Hijo hay viene una nublazón que no anuncia nada bueno. No salga para el potrero hoy, espere mañana haber si aclara". Yo, en particular, no creo que esté cerca un amanecer distinto al de la mañana de hoy. Pesimista no soy. Pero de que espantan, espantan… ¡Volveré!
