Cuando el diario Panorama reestructuró su directiva y busco la asesoría de periodistas colombianos, me cuentan los colegas y ex compañeros de estudios, que por cada noticia se les exigía como mínimo la consulta de cuatro fuentes, a objeto de verificar la información. Hoy día muy pocos diarios practican esa metodología. Esta situación abre espacios a quienes podemos denunciar como “chismedenunciantes” de oficio, son personas que despiertan el lado morboso de una información para llamar la atención, generar polémica y por su puesto alcanzar objetivos políticos.
¿A quién no le gusta un chisme?, recuerdo algunos como cuando afirmaban de Roxana Díaz luego de su escandaloso vídeo, que era hija del comediante Joselo Díaz, solo por la similitud del apellido. También fue aleccionador presenciar los juicios entre el ex alcalde Briceño y los políticos Douglas Lago y Pastora Medina, a quienes demandó por difamación e injuria. Los acusados salieron culpables de injuria y el castigo era una multa por 500 bolívares (léase quinientos aunque de risa). Pues bien, las denuncias que a diario reflejaron en la prensa fueron solo chismes, y los casos donde realmente se encontraron señales de corrupción, curiosamente fueron presentados por el actual alcalde Clemente Scotto, quien nunca declaró a la prensa sino hasta después de presentar las denuncias por los caminos regulares.
Las columnas de opinión son los espacios preferidos para los chismedenunciantes, pues no tienen nada que probar, simplemente elucubrar en abstracto, pensar lo peor, sugerir lo peor y el chisme aunque con corta vida correrá por todas partes y alguien ha de creerlo. Así de simple funciona.
El periodista recibe muchas denuncias, por supuesto algunas están soportadas con pruebas o por lo menos tienen suficiente coherencia para darle credibilidad, pero es el periodista quien decide o no darle veracidad a una información que posteriormente hará pública. ¿Y si el periodista es engañado, o es cómplice, o es irresponsable y no confirma la información con otras fuentes, o simplemente transcribe todo cuanto le dicen porque su sueldo es miserable y su único objetivo es llenar la página cuanto antes, sin el mayor esfuerzo?, ¿tiene la palabra investigación algún sentido para los periodistas de hoy?, ¿qué tan responsables son las Escuelas de Comunicación Social de permitir que las nuevas generaciones de comunicadores sociales no sientan ningún apego por la ética?.
Uno de los cargos más susceptibles de chismes es la presidencia de la CVG, cuando estuvo Rangel Gómez, el general retirado Gruber Odreman estuvo a punto de ser juramentado como nuevo presidente de la CVG no menos de 7 veces. Hace pocos días una periodista afirmó la destitución de Víctor Álvarez citando como fuente allegados a la Gobernación, resultó ser un chisme. El ex concejal José Beria denuncia al actual gobernador por la entrega irresponsable de 8 millardos, incluso ratifica la denuncia y los periodistas que cubrieron su denuncia solo tienen como aval la palabra del ex concejal. Resultó ser un chisme. Y allí comienza a cobrar vida el chisme, pues tiene validez porque lo digo “yo”, así de simple, porque me lo dijeron, porque es obvio que lo sospecho. Amigo lector, ¿cuánta información tóxica estará consumiendo usted creyendo que son informaciones tratadas con ética periodística?. Esta misma columna puede ser cuestionada por el solo hecho de su firma. Hay quienes exigen libertad de expresión, de usted depende la exigencia de información veraz y oportuna.