Según José Vicente Rangel, a quien tenemos como periodista bien informado, por el peso de su opinión y prestigio de saber muchas cosas que muchos nunca sabríamos si no fuese por su intermediación, recientemente en la embajada norteamericana en Caracas, Thomas Shannon, el segundo hombre de importancia en la diplomacia de su país, recomendó a los miembros de la MUD como mejor política para ellos, esperar pacientemente que el presidente Maduro "termine su período constitucional". Pensando desde la perspectiva del gringo, esperar "que caiga por su propio peso"
Salvo los intereses personales, que podrían envolver aspiraciones políticas y económicas; esos que enloquecen y hacen que a muchos se les vayan los tiempos, no es nada difícil entender que para los de la MUD, del propio gobierno y clase dominante estadounidenses, la mejor de las opciones es esa que recomienda Shannon; por lo menos por ahora y hay que ver el peso de los hechos, del presente, la realidad venezolana de ahora y lo que pareciera depararnos el futuro.
El mismo José Vicente nos da la información que las primeras acciones de la oposición desde la AN le han restado sustancial respaldo popular y habla de una caída muy significativa; porque desde allí no da muestra alguna de gestionar para que las calamidades del venezolano aminoren, sino de quitar del medio al presidente en ejercicio hasta con acciones al margen de la constitución, lo que para el ciudadano común no es lo primordial; las declaraciones tremendistas de Ramos Allup, quien hasta se ha atrevido a restarle valor a algo que antes reclamaba porque presuntamente el gobierno había secuestrado la independencia de los Poderes Públicos y se inventa un cuadro según el cual todos ellos deben sujetarse al legislativo, lo que le convertiría a él, como presidente de ese poder, en un súper funcionario y al Estado como una monarquía absoluta. Es más, aquellas lecciones elementales de las escuelas de derecho, acerca de la majestad del TSJ y por lo inapelable de sus decisiones, una vez cumplidos los trámites que la propia ley establece, para Ramos Allup nada dicen. Ha inventado un nuevo derecho y se atribuye la facultad de enmendarle la plana al máximo tribunal de la República. Pareciera andar en una guarimba leguleya.
Esos tremendismos que lo único que pudieran alcanzar es incitar a la violencia, no son del agrado del venezolano. Y, por ahora, pudieran, es lo sensato, tampoco del gusto de la diplomacia norteamericana, pese a la extensión del decreto de Obama. Entre una cosa y otra no hay contradicción. Pero para no extendernos, dejemos eso para otro día.
Los hechos, la guerra económica, la caída de los precios del petróleo, las malas políticas antes y después bajo la presidencia de Maduro, la falta de liderazgo en el seno del gobierno para tomar medidas apropiadas y a tiempo, sin tanta vacilación y como a espera de un milagro, la desmedida corrupción, envilecimiento de los factores económicos, produjeron los resultados del 6D. Los gringos pudieran no estar apurados y menos dados a empujar o propiciar acciones ilegales y violentas que chocarían con el nuevo cuadro político latinoamericano, distinto aquel de cuando podían hacer lo que quisiesen y cuándo lo quisiesen. ¿Y para qué? Se preguntan. ¿Si los acontecimientos parecieran desarrollarse tal y cómo ellos lo han planificado?
¿Además?, pudieran estarse interrogando, ¿para qué sacar al chavismo ahora, en este momento del gobierno de manera que luciría ilegal y atropellante si estamos en capacidad de esperar un tiempo que no es mucho?
Pudieran también haber evaluado que sacar a Maduro antes de tiempo – esto de tiempo envuelve el relativo al período constitucional y el que hace falta para que su gobierno se siga desgastando en virtud de lo que viene aconteciendo. En conclusión, el Departamento de Estado, pudiera estar jugando a la carta ganadora, la del jaque mate, sacar al chavismo por la vía electoral y desatar acontecimientos que a esa fuerza y hasta sentimiento dejen en precarias condiciones. Adelantar los hechos, pueden estar pensando, sería dejar intacto al chavismo, hasta fortalecerlo, unificarlo y con la moral muy alta.
Para la diplomacia gringa, que piensa a largo plazo y cubre grandes espacios, su lucha no consiste solamente en deshacerse de Maduro. Se trata de aniquilar al chavismo en Venezuela y mucho más allá; y si eso se hace sin incomodar a los vecinos, que forman UNASUR, CELAC, fortalecer el proceso colombiano y las nuevas relaciones con Cuba, mucho mejor.
Por supuesto, esa estrategia gringa que parece anunciarse a través de las palabras de Shannon, que en nuestra opinión, por lo que ya dijimos antes en otro artículo, es la que estaría dispuesta para Venezuela en este momento o por ahora, está sujeta a la capacidad del gobierno para revertir el estado de cosas que ahora imperan y del en buena medida ha sido responsable.
Pero lo que piensan los gringos pudiera tener poco eco en la oposición por la lucha interna que dentro de ella se desarrolla y donde cada quien hace aspavientos para aparecer más vanguardista, ultraderechista, antichavista y o radicalmente deseoso de acabar pronto y a como dé lugar con el gobierno, pensando que eso conduciría a asumir el liderazgo. Justamente, esto es lo que ha puesto a Ramos Allup hacer y decir lo que viene haciendo y diciendo, quedando deslucido. A él, "Caballo viejo", no le sobra la edad y es bastante probable que más tarde, "no haya otra oportunidad".
Los gringos están apostando que el gobierno no puede cambiar el ritmo y dirección de las cosas y nosotros rogamos que se equivoquen y todo eso cambie. La oposición venezolana misma, aparte de las apetencias personales de unos cuantos, no parece segura de su destino. ¿Será por su incompetencia?