Limitar las ansias de poder, es evitar comprometer la salud y la felicidad de los pueblos

En los países desarrollados, son muchas las personas que se impresionan al ver las grandes obras arquitectónicas, la seguridad que gozan los que acostumbran a una vida sana, porque los escenarios que visitan, prevalecen las artes, la pintura, universidades prestigiosas, la diversiones sanas, comidas autóctonas y personas con claridad en las relaciones. Donde el amigo, es amigo y donde la búsquedas de elementos comunes, es lo imperante. Sin embargo, existen otros escenarios, donde impresiona el lujo y el detalle, donde cualquier evento, se aprovecha para manifestar de una u otra forma, que gozan de poder, aunque sea algo producto de la imaginación. Lo cual se puede inferir, que la mayoría de la gente, que buscan constantemente cualquier evento que se vincula al poder, se regocijan con sentido de pertenencia.

Existen también personas, que viven en los países subdesarrollados, que trabajan con ahínco y otras veces, manipulando y en actividades de corrupción, para incrementar las ganancias; preparándose para viajes, con gastos extraordinarios. Aunado a esto, el tipo de disfrute, les exigen altos costos para hospedarse, comer y beber, con desenfrenos. Porque creen, que si hacen lo contrario, puede impactar negativamente en la autoestima, con la posibilidad de generarse un complejo de inferioridad, que les puede afectar en las relaciones sociales. Si por la casualidad del destino, se endeudan, regresan al país de origen, con mayores bríos de recuperar las pérdidas, trasladando la deuda a los pueblos, incrementando el precio de los productos, procesos y servicios, sin traumas y sin dolor..

Los que por tradición han logrado por diferentes formas, de mantener o acrecentar el capital; son los más temerosos. Los que nunca han trabajado, porque no se les han enseñado a trabajar. Solo, se les ha inculcado el hábito de estudiar, para lograr un título universitario, como instrumento, para acceder a los escenarios de poder. Nadie está dispuesto a invertir en él, al menos que se le reconozca, ciertas habilidades, que les permitan recuperar la inversión. Si las cosas se les hace difícil, las frustraciones los obligan a incursionar en otros escenarios, en búsqueda de capital. Capaces de comprometerse, con promesas de recompensar, con argumentaciones y muchas de ellas son inalcanzable. Sin embargo, las aceptan, por el implacable miedo a la pobreza y son capaces de vender el alma, si encuentran quien se la compre.

Con condiciones o sin condiciones, deciden incursionar en la política. Los mínimos requerimientos los alcanzan con creces. Solo su entorno, los conocen y muchas veces callan, por mantener relaciones bajo intereses. Los pueblos los analizan, por las apariencias, facilitando la confianza, sin garantías. Asumiendo, que como no le falta nada, no aspiran, los que a ellos le faltan. Sin embargo, a pesar que se equivocan y continuamente usan las mentiras, para justificarse; hacen lo que se les vengan en ganas. Y si son grandes los desafueros, actúan de bajo perfil, hasta que consideran, que ya no se acuerdan de él. Y vuelve, como si no hubiese pasado nada, con afanes moralistas y con más fuerza, exterioriza las ansias de poder y la prepotencia, lo hacen más vulnerables.

Un grupo mayoritario, que no sueñan con viajar; porque no tiene las maneras de hacerlo. Son los que trabajan dia a dia, con un solo objetivo; darle las oportunidades a sus hijos, para dotarlos de posibilidades a mejores remuneraciones. Los hay, los que buscan ayudar a la familia, con posibilidades comprometidas. Y otros, que alcanzan a acumullar grandes capitales y los envían a estudiar al exterior, en búsqueda de nuevas perspectivas, que les permitan vivir la vida; sin límites. Y los que por propias iniciativas, una vez formados como profesionales, se van en búsqueda de otros horizontes; dejándose engullir por el afán de acumular. Y al pasar los años, se dan cuenta, que a los hijos, se les presentan las mismas disyuntivas, con la diferencia, que es en un nivel más alto y de mayores exigencias, que compromete a la salud y a la felicidad.

Una mayoría apreciable, concibe lo anterior, como algo natural. Sin embargo, no alcanzan en analizar los mensajes implícitos recibidos por medio de la televisión, periódicos y cines. Son mensajes como conceptos ideales, que se almacenan en el subconsciente, para ser utilizados cuando se generan naturalmente o artificialmente, eventos que las activan en forma automática. Se puede inferir, que esa fragilidad se puede combatir, antes de los inicios, mediante un exhortacion analitica por expertos, que permitan disminuir el grado de fragilidad de los seres humanos. Expertos reconocidos por la comunidad, en un tratar, de evitar que muchos de ellos se colen por los caminos verdes y generen inadecuadas efervescencias políticas, con fines oscuros e inconfesables.

Los países Latinoamericanos y del Caribe, los han bombardeado con películas, periódicos y cines, con clara distracción política, económica y social. Con la intencionalidad de inculcar valores, que no les pertenecen y con la finalidad de alienarlos, para crear nuevas necesidades, y desear lo que no está a su alcance. Es el momento, de fortalecer los pensamientos de los pueblos, para que lleguen a donde los pensamientos lo lleven. Es crear medios audiovisuales propios, que les garanticen la sustentabilidad requerida y considerar posibilidades de expansión, con la finalidad de adaptarse a las nuevas dinámicas de desarrollo. Porque pensar en el futuro, es desarrollar proyectos eficientes, con facilidades de expansión, para evitar comprometer la salud y la felicidad de los pueblos.

 



 



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Basilio Lezama


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