Obama, Cuba y Maduro
Dos presidentes han hecho un papelazo en los últimos días. Obama cuestionando la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro en un programa de CNN, no porque pueda o no tener razón, sino por poner en evidencia en su declaración una clara intencionalidad injerencista, e incluso desestabilizadora, y por otro lado Maduro llegando a Cuba pocas horas antes que Obama como quién pretende demarcar un territorio que no es suyo, ni lo ha sido.
Lo de Obama es clásico de la política internacional estadounidense, destrabar a un pequeño enemigo simbólico, pero mitificar a otro un poco más grande pero que ya no representa ningún peligro real, léase Cuba y Venezuela, dándole la potestad al primero de utilizar a Venezuela como factor de negociación para el desbloqueo, y otorgándole al segundo un reforzado suspiro con la extensión de un decreto que asume que Venezuela representa algún riesgo para Estados Unidos, que hoy con el gobierno de Maduro y un barril de petróleo a 30 dólares el barril, es evidente que no lo puede significar.
Lo cierto es que hoy Cuba muestra nuevamente su lado más pragmático en la política internacional, y Venezuela queda como una pieza utilitaria desechable del gobierno de Raúl Castro, claramente dispuesto a entregar todas sus banderas (antiimperilistas, anticapitalistas, etc.) a cambio del reestablecimiento de las relaciones comerciales con el que enarboló como su enemigo histórico durante 60 años, y Venezuela, después de ser su fiel aliada estratégica, en el marco de una gran crisis del precio del petróleo, pasa a ser sólo una ficha estratégica en el ajedrez del desbloqueo.
Decía Maduro en una reunión de dirección del PSUV ante las críticas abiertas por alguno de sus miembros que se detuvieran a pensar un momento ya que, parafraseando: China ya no da más, Rusia no quiere, Correa anda por su camino, perdimos a Cristina, Cuba nos traicionó y el único que nos queda es Evo y ¿Qué podemos pedirle?
El "asesinato" de Chávez
Que Eva Golinger de sus razones por el señalamiento a Leamsy Salazar como posible asesino de Chávez, de lo que no sé no opino. Pero de lo que sí estoy seguro y debemos agradecer es que Eva recoloque en la palestra el tema del posible asesinato del Presidente Chávez. Sobre el mismo hay muchas especulaciones, y aunque no pretendo sumar una más, lo que si debemos estar claros es que no existe hoy ningún elemento que nos permita no sospecharlo, desde una autopsia hasta todo lo que fueron los partes informativos de su salud, lamentablemente la duda se cierne sobre un episodio clave en la historia contemporánea venezolana, que un porcentaje importante de la población de nuestro país y del mundo merece saber con claridad.
Que la denuncia de Eva Golinger sirva para agitar las aguas en el marco de la necesidad de que exista una investigación sobre el caso de la muerte del presidente Chávez, ya que si fue un asesinato, dudo que exista un solo responsable y creo que la red de cómplices y responsables podría ser mucho más amplia de lo que se denuncia ya que si no es así, entonces la irresponsabilidad del entorno del Presidente, que hoy gobierna, cuando menos fue en extremo negligente en su seguridad.