Si los gobernadores y las casas de distribución no aseguran bien el sellado de las bolsas a vender bajo la distribución directa "casa para casa" que supuestamente correría a cargo de las Juntas Comunales, entonces sería muy probable que el corrupto que seguimos alimentando desde adentro del chavismo haga de las suyas. Basta que supongamos lo siguiente:
Se trataría de bolsas llenadas por los encargados de las Juntas Comunales, ninguno de los cuales ofrece garantía de plena honradez política.
Tales bolsas deben venir premarcadas con el contenido y precio que se haya convenido por el Ministerio correspondiente, y con detalles de su contenido.
Para el corrupto atravesado en esta distribución será muy fácil minimizar el contenido de las bolsas y vender al precio de lo pautado por el Ministerio, cosas así.
Reconozcamos que en toda sociedad capitalista priva el interés personal y en cada venezolano aburguesado suele aflorar la idea de sacarle dinero hasta las piedras, y ahora alfabetizado con mayor razón ya que la mejor educación nos exige una vida más costosa.
Suponemos que una vez recibido el carnet de retiro de la bolsa familiar y enterado de su valor ya quedaría de parte de consumidor presentarse con el billete a los depósitos de dichas Juntas Comunales, sin mayores colas porque, de lo contrario sería trasladar las colas concentradas ahora en lo pedvales a muchísimas colas en los muchas Juntas Parroquiales o Comunales. Es que, reconozcámoslo: no le hemos llegado al meollo del asunto. Seguimos conviviendo con el enemigo en casa y hasta tendiéndole la mano a diario y con persistencia pasmosa, resultado, tal vez, de la alienación que en los humildes sembraron 500 años de opresión colonial y poscolonial de parte de los mantuanos de ayer y la burguesía de reciente data pro indendependentista.