De entrada, resulta incongruente que el valor o precio del hierro o de una mercancía elaborada con este recurso mineral, por citar un ejemplo, entre como costo de las mercancías derivadas a partir de ella, mientras que eso no lo hace el valor del mineral del mismo metal exportado[1]. Recordemos que el comercio exterior propio de los commodities no lo practican comerciantes menores, sino grandes inversionistas.
Precisemos que en la contabilidad de los minerales y la del petróleo sólo se registra los costos de extracción y se deja a un lado el valor per se que debe recogerse cuando se los venda en el exterior. Los commodities, pues, son negociados por capitalistas comerciales a los que nada les cuesta ese valor natural, no lo contabilizan, no lo pagan, pero esa misma Contabilidad burguesa contabiliza las vistas de bellos paisajes naturales en materia inmobiliaria, y también contabiliza la demanda cautiva que adquiere un punto comercial, o una marca de fábrica, misma que aparece registrada como propiedad privada, siendo que, por ejemplo, el diseño de una máquina o de un procedimiento técnico nada le cuesta a su inventor o diseñador. Se trata de incongruencias meramente comerciales que no responden a ninguna lógica social, salvo a la de los intereses burgueses.
En el caso del petróleo, acabamos de denunciar que es manejado por los intermediarios en el comercio internacional como oferta hasta el último galón derramado[2] a fin de que la oferta se nivele o supere la demanda. Tal es el caso de la supuesta abundancia de petróleo extraído mediante el "cracking". Sus volúmenes son registrados como oferta, pero su almacenaje no se registra como demanda, algo parecido a cambiar de bolsillo los mismos billetes que cargamos para nuestras compras.
Como si fuera poco, ese artilugio comercial para abaratar los precios del mercado exterior mediante falsas ofertas sin demanda, más adelante las reservas o conservas petroleras recién almacenadas rebajan la demanda efectiva con lo cual también inducen el abaratamiento de los precios futuros.
25/03/2016 06:08:11 p.m.
[1] En esta materia que atañe directamente al comercio, como cosa curiosa, la burguesía y sus Nobelados apologistas son fieles defensores del valor trabajo, o sea, de que el valor en cualesquiera de sus manifestaciones económicas tiene como fuente el trabajo humano-asalariado-y, en consecuencia, este se lleva a cabo en las fábricas y talleres, pero no en el mercado. Es así cómo, en los commodities que suelen ser productos del agro, minerales y petróleo, el valor o precio, digamos del café, no entra el valor de tierra usada en su elaboración por considerarlos "bienes naturales"; sólo entran los demás costos como la siembra, semillas y otros. Carlos Marx fue riguroso al afirmar que la tierra carece de valor, como lo hace el aire o los pastizales naturales que son partes muy suyas, de allí que la teoría Económica burguesa se acoja a esta en todo lo relacionado con los commodities, pero niega que exista la plusvalía de las fábricas industriales o no agrícolas ni minerales.
[2] Cuando en el mar ocurren derrames de grandes tanqueros petroleros, su volumen ya ha sido registrado como oferta, a pesar de no haber llegado a los consumidores.