Pescar en río revuelto ha sido la manguangua más expedita de los comerciantes especuladores más irresponsables, piratas y aventureros cual mercaderes del viejo mundo Oriental. Las Alcaldías[1] ven estas pequeñas empresas morbosas como un ingreso adicional sin mediar en el daño que puedan causarle a los niños, y la LOGNA parece hacerse la desentendida.
Nuestras Alcaldías (antes Concejos Municipales y antes, Ayuntamientos) inferimos que carecen de centros de investigación social, ni albergan una delegación de la LOGNA y si la tienen la habrán corrompido por aquello de que basta una manzana podrida para que se pudra el resto de la caja contenedora. Su principal función es garantizarles rápidos enriquecimientos a los jerarcas de esta colonial institución que nació parásita, rentista y corrupta, y en este aspecto ha logrado perfeccionarse como institución matraqueadora por excelencia. Dejamos salvas algunas pocas excepciones devenidas de la presente Administración Pública que no ha podido depurarse 100% en tal sentido porque se trata de males centenarios con profundas y espaciadas raíces. Todavía no se crea las vacunas correspondientes.
Para las Alcaldías, ha sido un tremendo filón eso de los "avisitos económicos" usados por la prensa privada nacional-hablamos sobre todo, de antes la actual guerra que los dejó sin clientes porque las mercancías y losa servicios artesanales y técnicos ya no necesitan publicidad alguna comercial porque ahora se venden más que el pan caliente. Por estos avisitos se cuela cuanto pirata necesite un dinerito y ofrece sus servicios sin requisitos técnicos previos de parte de esas Alcaldías inescrupulosas ni del medio publicitario que les preste y alcahuetee su piratería. "Los 3 Chiflados", películas que tanto nos hicieron reír cuando niños denunciaban molieranamente semejante vagabundería comercial. Digresión: Moliére denunció con su poético humor la pretenciosidad de los burgueses enriquecidos, a aquellos que a quienes hoy conocemos con el remoquete de escuálidos.
Estas pequeñas empresas de "fiestas infantiles", montan con una ruidosa y diversificada tramoya un escenario circense, digamos, en la propia casa del cumpleañero o en el lugar previsto por el comprador o dueño de la "fiestecita".
Los niños, niñitas, cumpleañeras, cumpleañeros, invitadas e invitados son colocados generalmente en el suelo quienes, como todo niño o niña, sólo así pueden aguantar horas y horas el fastidioso y monótono parlamento bien trillado, por supuesto, de una animadora o animador que va narrándoles aventuras, haciéndoles preguntas y demás morisquetas pretenciosamente jocosas y atractivas para los embelesados y embelesadas infantes.
Estos niños, lejos de conversar entre sí, que es lo saludable, y compartir, reír entre ellos de sus propias y geniales ocurrencias, se pasan esas horas poco menos que idiotizados; un regalito de golosina posiblemente no menos antihigiénica, etc. y a cobrar su buen billete.
Son fiestecitas que están gustando mucho, sobre todo a la gente escuálida, como era de esperarse, mismas incapaces de ver en estas fiestecitas el tremendo daño psicológico que albergan potencialmente semejantes actos de anquilosamiento inducido a unos niños y niñas que por naturaleza propia han hecho de los juegos infantiles sus mejores y más sanos entretenimientos sin consejeros ni guías extraños que ahora hacen del esa fiestas tremendo negocio.
Supe de un ridiculísimo y peligrosísimo San Nicolás, el rojo que no es rojito, sino gringo, que bajó de un helicóptero en el lugar donde lo esperaban unos ansiosos unos niños y niñas para recibir sus regalos de Navidad.
Estos pequeños empresarios no tienen la culpa, porque, como dice el refrán: "La culpa no es del orate, sino de quien lo provee del garrote".
10/04/2016 06:07:41 p.m.
[1] Nuestras Alcaldías (antes Concejos Municipales y antes, Ayuntamientos) inferimos que carecen de centros de investigación social, ni albergan una delegación de la LOGNA y si la tienen la habrán corrompido por aquello de que basta una manzana podrida para que se pudra el resto de la caja contenedora. Su principal función es garantizarles rápidos enriquecimientos a los jerarcas de esta colonial institución que nació parásita, rentista y corrupta, y en este aspecto ha logrado perfeccionarse como institución matraqueadora por excelencia. Dejamos salvas algunas pocas excepciones devenidas de la presente Administración Pública que no ha podido depurarse 100% en tal sentido porque se trata de males centenarios con profundas y espaciadas raíces. Todavía no se crea las vacunas correspondientes.