Bogotá, 7 de noviembre de 1828

Texto de la sentencia dictada por el tribunal al general Santander (I)

Visto el proceso criminal formado contra el general Francisco de Paula Santander, por la conspiración del 25 de septiembre último, y resultando, primero, que dicho general, tanto en su declaración indagatoria como en su confesión, ha negado haber tenido noticia de que se tramaba aquella conspiración, ni ninguna otra en contra del actual régimen político y la persona de su excelencia el Libertador presidente.

Segundo, que en las declaraciones del comandante Rudecindo Silva, teniente Ignacio López, capitanes Emigdio Briceño y Rafael Mendoza, consta que perteneciendo estos individuos a diversas secciones, en las que estaban distribuidos los conspiradores para trabajar en el plan y hacer prosélitos, cada uno de ellos tenía un convencimiento íntimo de que el general Santander era el primer agente que obraba en la gran sección y dirigía el plan, y que estaba reservado para dirigir los negocios, siempre que la revolución tuviese buen suceso; pues así se lo habían asegurado a ellos Florentino González, el comandante Pedro Carujo, y coronel Ramón Guerra, jefes de las secciones parciales.

Tercero, que el coronel Guerra en su última exposición afirma que al general Santander le habló sobre la conspiración, y que dicho general se opuso a ella, sosteniéndose Guerra en su exposición en el careo practicado con el general Santander.

Cuarto, que el comandante Pedro Carujo expone lo mismo, y aun haberle comunicado el proyecto de asesinar al Libertador en el pueblo de Soacha el domingo 27 de septiembre, y que el general Santander se opuso a que se perpetrase aquel designio, con cuya exposición ha convenido el general Santander en el acto del careo con el referido Carujo.

Quinto, que Florentino González también asegura haber hablado con el expresado general sobre la conjuración, y que en contestación le dijo que no era tiempo oportuno, indicándole el sistema de formar en varios departamentos juntas con el nombre de republicanas, dependientes de la central, que debía establecerse en esta capital para dirigir las operaciones de aquéllas, que tendrían el fin de ganar prosélitos y el influjo de algunos generales adictos al actual régimen y a la persona de su excelencia el Libertador presidente, para que de ese modo el movimiento fuese general y simultáneo.

Sexto, que todos los conjurados que han sido descubiertos y juzgados convienen, en sus respectivas declaraciones, en que el plan abortó en la noche del 25, pero que no tenían día prefijado para dar el golpe, circunstancia que justifica lo que Florentino González y el comandante Pedro Carujo dicen, con respecto al general Santander, que se oponía a aquel suceso, porque todavía no era tiempo, y porque no quería que se efectuase mientras estuviese él en Colombia.



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José M. Ameliach N.


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