El Libertador Simón Bolívar. Siempre el gigante Bolívar (4/6)

Dos de estos señores historiadores son tremendos hipócritas y maledicentes, en verdad solo les interesó sacarle el dinero suficiente al gobierno de turno para vivir sus vidas de godos y sentirse colmados de lujos y pleitesías. Estimado lector, para convencerse de que estos escritores son unos cínicos, busque los escritos recientes, después del año 2000, y compare su prosa con las de antes de ese año. Estos dos historiadores, Don Guillermo y Don Elías, en ese orden, adoraron a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco, hasta que apareció el Presidente venezolano Hugo Chávez y la revolución bolivariana y sacó del dominio de las etites y sus vividores al hombre, su circunstancia y personalidad; y lo puso en manos del pueblo de donde nunca debieron haberlo sacado.

Tomando en consideración el papel de las masas en la historia patria, decida usted si es verdad que ellas siguieron ciegamente a los grandes guías o solo si éstos los impulsaron con su acción. Veamos como el ejército de los llanos es un producto de la población llanera e indígena, ellos configuraron un grupos humanos de diferentes bagajes culturales con caracteres muy propios y muy precisos, decisivas para el desarrollo de las luchas por la independencia, y fue Páez, otro llanero, quien entendió el arrojo de la gente llanera, antes había sido el español Boves, y con mucho acierto los condujo a inimaginables e importantísimas victorias, entre otros, contra Pablo Morillo; general realista triunfador en grandes batallas enfrentando en Europa a los mejores ejércitos y comandantes del mundo. Bolívar, como todos los grandes genios de la humanidad, creó utopías, especialmente dos: Una nacional que consistió en proponer un modelo de gobierno para Bolivia, con ideas muy adelantadas para la época; por lo que resultaron imprácticas. La otra, una utopía internacional: El Congreso Anfictiónico de Panamá, aquel Congreso que fue obstaculizado con saña por los Estados Unidos; y que al fin logró fracasara. Los Estados Unidos, después de pasar largo tiempo de su insolente interferencia en los asuntos específicamente de sur América y el Caribe, en relación a la preparación del Congreso de Panamá convocado por Bolívar e instalado el 22 de junio de 1826, calca la idea confederativa de Bolívar y crea la llamada Organización de Estados Americanos, OEA, organización que nace el 30 de abril de 1948, en donde el gobierno de los Estados Unidos ejerce su dominio absoluto, pero tratando de hacer ver que es un organismo conformado por la unión y/o alianza política de países soberanos. El mundo entero sabe que Estados Unidos en esta organización, OEA, representa a un tiburón guiando a un cardumen de sardinas a la fosa profunda de su propia destrucción; y de los destinos independientes y libertarios de sus pueblos.

Para estudiar a Bolívar es necesario su acompañamiento a través de su acción política, bélica y utópica. Intentemos dejar trazada la interpretación de una vida eminente, de un derrotero excepcional en las contiendas por la libertad, sin ocultar sus contradicciones consustanciales con los miembros de la sociedad de clases. No podía ser Bolívar un hombre inconmovible como muchos han tratado de pintar, no, Bolívar fue un ser humano prodigioso por su capacidad de trabajo y dedicación a una obra de libertad, en cuya ejecución sufrió sinsabores y recibió agresiones debido a la multiplicidad de sus talentos: políticos, estratégicos, conocedor de la condición humana, guerrero incansable, conductor de masas, escritor excepcional y periodista.

Los ejércitos libertadores de los pueblos latinoamericanos solo son recordados en la historia por el nombre de sus conductores, sin percatarse que esos ejércitos estaban formado por el pueblo en armas, sin ninguna o poca instrucción bélica y que fueron a luchar solo con el afán de lograr la libertad. El individuo de tropa patriota se encontraba lleno de privaciones y sin armas propias para la guerra, solo poseía rústicos instrumentos, machetes, lanzas, cuchillos y algunas veces solo piedras, contra soldados profesionales, entrenados y equipados eficientemente. De manera que es de extraordinaria importancia para analizar la gesta libertadora de estos pueblos de sur América, el que las tropas patriotas estaban constituidas, en su inmensa mayoría, por peones de haciendas, llaneros, orientales, andinos y un buen número de aborígenes, por consiguiente, hay que percatarse y concluir que Bolívar se hizo Libertador en medio de su pueblo; pero en bravo y decisivo combate.



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José M. Ameliach N.


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