A Venezuela nunca le han faltado amigos incondicionales

Daniel Florencio O'Leary nace en 1801 en Cork, Irlanda. En 1817 se traslada a América en la expedición que organiza en Inglaterra un Coronel de apellido Wilson, para incorporarse como voluntario a la guerra independentista a favor de los patriotas. En Caracas, ese mismo año, entra en el servicio militar de Venezuela como alférez de los Húsares Rojos; cuenta con solo 16 años de edad. Al separarse de las tropas de Wilson, O´leary pasa a las órdenes del General Carlos Soublette, siendo incorporado a las fuerzas del General José Antonio Anzoátegui; poco tiempo después es ascendido a Capitán. En 1818 se va para Angostura con dicho cuerpo, más tarde pasa a San Fernando de Apure con el grado de teniente y en diciembre de 1818 entra al Estado Mayor de la división del general José Antonio Anzoátegui.

En 1819, después de la batalla de La Gamarra, es ascendido a capitán efectivo y como tal participa en las campañas de Apure y Nueva Granada, quedando encargado del Estado Mayor de la división después de la batalla de Boyacá. Ese mismo año fue nombrado primer ayudante del General Anzoátegui, y a la muerte de éste, entra al servicio del Libertador Simón Bolívar; escogido por el propio Libertador. Por su desempeño en la batalla de Pichincha es ascendido a Teniente Coronel por el mismo Libertador. En 1820 está presente durante las negociaciones de armisticio llevadas a feliz término entre Simón Bolívar y Pablo Morillo. En 1822 acompaña al General Antonio José de Sucre en la campaña libertadora de Ecuador, allí participa en la batalla de Pichincha. Concluidas las campañas bélicas de la Independencia en 1825, acompaña activamente a Bolívar en la ejecución de los proyectos de integración que éste adelantaba en el continente americano. En 1829 O´leary combate al lado de Sucre en la batalla de Tarqui, siendo ascendido a General de Brigada. O´leary se distingue además en las batallas de Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo y Pichincha.

Después de la muerte del Libertador en diciembre de 1830, se entrega a la tarea de recopilar y ordenar parte de sus archivos, escribe sus memorias, ellas incrementadas por la ayuda de sus antiguos compañeros de armas a quienes solicitaba documentos para su recopilación, pública algunas cartas y otros detalles de Bolívar en su libro titulado Memorias del General O’leary. Aquel trabajo constituye un inapreciable aporte al conocimiento de la historia independentista. A partir de 1831, desempeña diversas misiones diplomáticas, entre ellas la que culminó con el reconocimiento de la Independencia de Venezuela por parte de España, Inglaterra y Francia. La devoción de O’leary por el Libertador es tal, que a uno de sus hijos le bautiza con el nombre de Simón Bolívar O'Leary. O´leary presta destacados servicios a Venezuela al realizar diversas gestiones diplomáticas en Inglaterra y Nueva Granada. Como Edecán de íntima confianza del Libertador y por esa devoción a él conservó gran parte de su archivo. A la muerte de O´leary, el 24 de febrero de 1854 en Bogotá, esa importantísima colección pasa a sus hijos, quienes la ceden al Estado venezolano durante la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, dándose de esta manera el Archivo del Libertador que actualmente se conserva en la Sociedad Bolivariana de Venezuela, en Caracas. Los restos de Daniel Florencio O´leary reposan en el Panteón Nacional de Venezuela.

Así es, sin exageración se puede decir que Venezuela tiene muy buenos y leales amigos en el mundo entero, y nosotros estamos seguros que a la hora de alguna dificultad con gente mal intencionada proveniente del extranjero, que quiera mancillar el suelo de nuestros libertadores, nuestros amigos acudirán pronto y sin reserva a ayudarnos a sacar a esa gente del suelo patrio. Viva Venezuela. Viva la Revolución bolivariana. Viva nuestro Libertador Simón Bolívar. Viva la Paz.



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José M. Ameliach N.


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