Trincheras de Ideas

El golpe fascista de hoy y cómo derrotarlo nuevamente

Los terribles demonios parecen haberse desatado en la oposición golpista, en la derecha fascista. La histeria declarativa, la estridencia verbal amarillista, la manipulación y la mentira, los intentos de chantaje, las amenazas son los lugares comunes de la conducta del terrorismo político de los grupos de la colcha de retazos que es la charca golpista opositora.

Los sesudos cerebros políticos de la derecha criolla, siguiendo, por supuesto, las orientaciones y órdenes que desde el norte vienen en una armazón golpista de vieja data, porque el de hoy no es un golpe nuevo, novedoso o sorpresivo, el goteo golpista comenzó el año 1999 y tiene la edad de la Revolución Bolivariana, es decir, 17 años.

Pero el hecho es que todos los intentos golpistas fraguados o ejecutados por la oligarburguesía, el imperialismo yanqui, la oligarquía fascista política, desde el momento mismo que el Comandante Supremo, Hugo Chávez Frías, inició su primer gobierno en 1999, cuando se iban a dar las elecciones multisectoriales del año 2000, el golpe del 2002 y todas las tratativas subversivas vividas por nuestro pueblo y el país todos estos años: guarimbas, terrorismo, ingerencia paramilitar extranjera, mercenarios, atentados, crímenes, sabotajes, golpe a la economía, guerra económica, guerra mediática, guerra psicológica. Todo ese andamiaje grotesco, criminal de la subversión golpista, ha sido derrotado sistemáticamente, absolutamente, con la movilización popular, con la contundencia de las políticas del gobierno, siendo el más reciente la derrota de las guarimbas de 2014, el intento político/militar/terrorista más audaz que hasta ese momento intentó el imperialismo y sus aliados oligarcas/fascistas criollos para derrocar al Presidente Nicolás Maduro y desmontar la Revolución Bolivariana y Socialista y eliminar sus grandes conquistas sociales, políticas adquiridas por las luchas de nuestro pueblo.

Para entender el golpe que en la actualidad se desarrolla y que ha sido denunciado tanto por el Presidente Maduro como por el Ministro de la Defensa, por supuesto desestimado, ridiculizado o sencillamente negado por sus gestores, hay que ver sus nuevos componentes. Uno de esos, lo que sería la luz verde para el "inicio de operaciones subversivas", es la ratificación del presidente Obama de Decreto anti venezolano que declara nuestro país como amenaza para los Estados Unidos del Norte. Otro elemento elocuente y revelador es el subversivo documento del Jefe del Comando Sur donde con minuciosidad de detalles va marcando la pauta de los pasos que debe dar la derecha fascista para lograr la caída del réeeegimen chavista.

No había podido la derecha articular un plan subversivo coherente, ni siquiera con haber alcanzado la mayoría y el control de la Asamblea Nacional. Muchos desatinos, palos de ciego, erradas estrategias para acelerar el proceso y buscar un enfrentamiento de poderes tratando de crear una crisis institucional que no han logrado. El error consistió en creer que el triunfo de las elecciones legislativas les daba el poder político del Estado y comenzó el tiraflechismo jurídico más asombroso y la piratería leguleyesca más insólita de los últimos tiempos. Se abocaron, para tratar de buscar ganar el terreno político y económico perdido en los últimos 17 años, a sacar a la carrera, entre gallos y media noche, una serie de leyes o pseudo leyes que provocaban al pueblo como el caso de la llamada ley estafa que pretendía la privatización y bancarización del millón de viviendas que la Revolución ha construido y le ha entregado a un millón de familias, es decir, unas cinco millones de personas. La respuesta de calle ha sido tan contundente que lo que hicieron fue avivar el fuego chavista y la decisión popular de defender a capa y espada las viviendas. Como era de esperar el Tribunal Supremo de Justicia declaró inconstitucional aquel bodrio.

No fue la única. Quizás la ley más querida y "peleada" por la derecha fue la llamada ley de impunidad, donde reconocen absolutamente todos los delitos que en el transcurso de los últimos 17 años cometieron durante los gobiernos revolucionarios, fueran indemnizados sus autores y autoras. El fondo y objetivo fundamental de la misma era, naturalmente, tratar de sacar a Leopoldo López de la cárcel donde va a estar 14 años. Esa era –y es– una orden del Ejecutivo norteamericano y de todas las instancias del Estado yanqui: Pentágono, Comando Sur, CIA, Departamento de Estado, Congreso. La alharaca que formaron, el alboroto publicitario y mediático, digno de mejor causa, fue de novela. Ellos sabían que ese monstruoso documento iba, en primer término, a concitar el repudio y rechazo de la mayoría popular, su anticonstitucionalidad era tan evidente que no resistió un análisis jurídico ni siquiera superficial que voceros tan autorizados como el Dr. Hermán Escarrá lo hizo polvo, trizas. Por supuesto el TSJ hizo lo que debía hacer, demostrar la inconstitucionalidad de aquel adefesio que la derecha no sólo llamó ley sino que incluso, lo aprobó.

Ahora bien, esas leyes forman parte de la política del golpe de Estado en marcha. Incluye el señalamiento hecho por el fósil Ramos Allup que el presidente Maduro saldría en 6 meses. Otra aberrante frase, irrespetuosa hasta lo imposible que ponía de relieve el carácter y los objetivos golpistas de la directiva de la AN y el redireccionar de los objetivos constitucionales de esa institución.

Del antro legislativo saldrían otras propuestas abiertamente golpistas: solicitar la renuncia del Presidente. El recorte del mandato constitucional. La declaración de incapacidad o de inercia del Presidente. El referéndum revocatorio. Todas, como se ve, tienen un trasfondo golpista y son una suma de absurdos políticos

De todas las propuestas, cada cual más absurda como se dijo, la que pareciera ajustarse más a los objetivos golpistas, es la del Referéndum Revocatorio. Allí concentran toda su sinergia, esfuerzos y variantes de la lucha política convergen hacia allí. Para la derecha esa es su estrategia principal, no porque crean en ella ni estén ganados para realizar el referéndum, sino que es un instrumento que consideran idónea para sus fines golpistas, tan es así que pretenden saltarse a la torera los lapsos, que se acepten, "porque sí", las firmas donde hay muertos firmantes, extranjeros firmantes, planillas hechas en serie tomados de archivos bancarios y de empresas privadas, huellas de estafador. Donde pretenden que no haya revisión de las firmas ni de las huellas por parte del Presidente que quieren revocar. Con el golpe de Estado en Brasil se sienten alentados y gritan: Maduro, ¡vete ya!

En primer término inician las movilizaciones de sus huestes que hasta ahora cuentan con poca asistencia. Allí ponen todo el esfuerzo, calentar su calle, no las calles. Intentar invadir Caracas con grupos fascistas y terroristas para crear destrucción y caos. Individuos de una inadmisible violencia que sin más apedrean a las fuerzas del orden que contienen los grupos violentos y le destrozan la cara a dos policías. Eso es nada más que empezando, todavía con pequeños grupos, muchos de los que participaron en las guarimbas de 2014 y se cebaron en la destrucción y el crimen. ¿Cómo será si las células criminales, los grupos paramilitares colombianos, grupos violentísimos de primero injusticia, voluntad impopular, AD, Unete llegaran a Caracas, al centro de la ciudad donde está el CNE, cuantos crímenes cometerían?

Esas primeras escaramuzas donde pretenden calentar la calle es parte vital del plan golpista, su trasfondo, además de la destrucción y el caos, es crear miedo, temor en la población. Incluso han tratado de crear guarimbas nuevamente en San Cristóbal, Mérida, el Este de Caracas. No han podido, no sólo no tienen suficiente fuerza sino, sino el Estado, la Fanb, los organismos de seguridad aprendieron la lección de las guarimbas del 2014 y no van a permitir que se cree nuevamente el caos y la destrucción que hicieron en los zonas burguesas (Chacao, Altamira, etc.) y de la clase media de Caracas, San Cristóbal, Maracay, Mérida.

Otro componente del golpe en marcha es la guerra económica, tratar de doblegar el pueblo con las colas, hacerle creer que la carencia de alimentos y productos de primera necesidad es culpa del gobierno y dirigir hacia allí el filo principal del ataque. Buscar el estallido social. El gobierno va contrarrestando esa parte de la guerra con los Clap, con las bolsas de comida a domicilio en las comunidades, con la persecución al perverso y especulativo bachaquerismo organizado. Y la política de desarrollo productivo y los 15 motores.

Pero un golpe de Estado sin ejército nacional no existe, más con un ejército mercenario o una fuerza multinacional de la OEA si puede intentar derrumbar un proyecto social de la envergadura de la Revolución Venezolana, chavista, bolivariana y socialista. ¿Podrán? ¡No!



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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