La madre y la lonchera

I

La lonchera vacía…

No es fácil para una madre medio llenar la lonchera de su hijo cuando se va a la escuela, o al colegio. La crisis se instaló también en la comida de los niños y niñas. Es irrespetuosa, esta crisis. Los niños son el futuro de la patria. Son la esperanza de este país. Son las semillas de un huerto grande llamado Venezuela. Habían sido intocables, hasta que llegó esta maldita crisis que no tiene conduerma con nadie. Los más perjudicados: los niños y los ancianos… Hoy día, desde las cinco de la mañana, hora en que se levanta una madre para reinventarse un alimento para su hijo, comienza las horas de las zozobras que inclementemente golpean el alma de tantas mujeres. Mientras tanto los inocentes hijos no saben qué es lo qué está pasando. Ellos no saben de los rollos de los mayores. Ellos no saben qué es una guerra económica. Ellos no saben el por qué unos venezolanos se pelean contra otros por el poder. Ellos jamás comprenderán, mientras sean niños. ¿Qué carajo pasa en un país de tanta riqueza, con las reservas petroleras más grande del planeta? Ellos no comprenden esa paradoja, pero también muchos adultos.

II

Hasta la yuca escasea

¿Qué hacer para prepararle el desayuno al niño, a la niña, que vestidos esperan sólo que la madre le entregue la lonchera llena? No es nada fácil, la tarea. La harina de maíz a pesar de que el gobierno aprobó el aumento para ese producto, vital para el venezolano, no aparece. El pan, aparece por cuenta gota. Hay que hacer cola para adquirirlo, es, además, malo y caro. El carajo, otra vez. ¿Cómo conformar un desayuno balanceado que no afecte el organismo del niño, su crecimiento y su intelecto? El queso caro y no se encuentra. Carne cara y escasa, el jamón, también. Azúcar no hay. Ni arroz ni aceite. ¿Qué hacer, entonces? Hay que reinventarse como aconseja una nutricionista. Hay que apelar a la yuca, como sustituta de la arepa. Así como por la batata. Hay que prepararles a los niños puré de esos tubérculos, e igualmente hacerles arepas. Hay que acudir al plátano maduro para hacer bollitos y cositas que les gusten. Ahh, y si encuentra crema de arroz, hacerle panquecas… ¡Que cosa, ¿no?! En un país, rico, rico, rico, tener que acudir a opciones que, dicho sea de paso, también escasean, y hasta hay que hacer su colita para adquirirlos a precios elevados. Cosas para el libro de los record Güines… Aunque usted no lo crea… ¡Volveré!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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