¡Alerta! Uslar y Barrios, inductores del bachaquerismo

El deterioro moral inculcado desde las altas esferas intelectuales y políticas durante la IV República no ha cesado en el éxito de sus perversas consejas.

El flamante fenómeno del bachaquerismo, así bautizado acertadamente por el Presidente de la República, fenómeno que amenaza con desestabilizar toda nuestra sociedad en caso de no ser detenido con la brevedad que su importancia amerita, a corto plazo, decimos, y hacerlo mediante menos discursos públicos y más acciones económicas como son la necesaria implementación nacional, eficiente, eficaz y con gran viabilidad de los CLAP y de la venta de las Bolsas Casa por Casa.

De no operarse, pues, con la celeridad, amplitud y carácter nacional, "ciudad y barrios adentro", este bachaquerismo podría perfectamente causar o convertirse en una calamidad social sin precedentes en el planeta.

De allí la preocupación que nuestro pueblo está intuyendo, además de estar insolventándose aceleradamente con la misma velocidad que vienen creciendo los precios por el simple contagio comercial que caracteriza el perverso influjo económico de una oferta descarriada ante una demanda solvente en un escenario de lucha entre capitalistas y consumidores individuales, una demanda incentivada por el propio Estado que busca en su incesante lucha contra esta Guerra Económica evitar que tal fenómeno se desarrolle más de la cuenta.

Y conste que no estamos exagerando para nada, que se trata de apreciar con sus verdaderas dimensiones esta conducta, irreflexiva en apariencia, pero que responde al peor soplaje de una burbuja comercial sin precedentes que ha tenido como detonante permanente las dañinas consejas de esos dos connotados personajes de la Política nacional, el Sr. Gonzalo Barios, adeco de oficio, y el Intelectual Arturo Uslar Pietri, copeyano medular.

Como representantes de esos dos partidos, la conseja hizo eco en toda la sociedad venezolana e influyó eficazmente para que hasta el más "pendejo" de los pendejos y el más honesto de los burócratas se metieran a corruptos.

Porque la corrupción es también comercial practicada por comerciantes tracaleros, más allá de lo especuladores que ya son por excelencia. Porque corrutos son los bachaqueros al dejar de ser pendejos y no meterse a vendedores coyunturales, porque instalada la corrupción como forma de vida deja de haber razones para no robar en alguna de sus variopintas formas que se observan en Venezuela, y con mayor énfasis ahora en esta V República donde priva el "debido proceso" hasta para el más perverso corrupto agarrado con sus sucias manos en la masa.



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Manuel C. Martínez


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