Y sigue Luis Almagro, empeñado en aplicar su "Carta Democrática de la OEA", basado en mal uso de su artículo 20, a Venezuela (país soberano y democrático), estando estas pretensiones inscritas en la historia epistolar de la humanidad en la necesidad de comunicarse con sus semejantes, produciéndose incomunicación: revuelo mediático y cuestionamiento.
Con la Carta, tenemos a unos de los géneros literarios más antiguos, pero más lo es la Palabra, que está dentro de la epístola y es primero que ella, pues antes construimos la Palabra,- para hacerla Carta, - que pasa de la Palabra oral a la escrita, que también dio inicio a otros géneros, incluso a los periodísticos.
La Palabra-Carta o viceversa, en este contexto, como dice el especialista en la Palabra Africana, Amadou Hampâté Bâ, afirma que en la cultura africana, la Palabra es todo, todo es ella, y nada se hace sin la Palabra, la misma puede en su buen uso hacer el bien, unir a la gente y en su buena intención, puede desatar problemas entre la gente.
Cartas en la historia ha habido muy famosas, como la Carta Robada, plasmada en un cuento del estadounidense, Edgar Alan Poe, escondida y aparentemente oculta genialmente, que desató todo un caso policial y una gran búsqueda…
Bíblicamente están, las Epístolas de Pablo, quien antes fue Saulo y al convertirse al evangelio se hizo PABLO-discípulo de Jesús de Nazaret, para afianzar y fortalecer a los cristianos, mientras que la Carta de Almagro, quien era del mismo Jesús, y más tarde se convirtió en discípulo y MUCHACHO de la Casa Blanca, pretendiendo desestabilizar a la Patria venezolana y la región latinoamericana.
En el año 1815 surgió: la Carta de Jamaica, escrita por el Libertador Simón Bolívar, que fue una misiva (carta que se envía a alguien informándole algo…), hecha en Jamaica a Mr. Henry Cullen, manifestándole sobre las razones que provocaron la caída de la Segunda República, que se dio luego de recibir la negativa de las autoridades de Nueva Granada para colaborar con una nueva ofensiva contra el Ejército español.
Luego vendría, una Carta-Palabra del mismo Bolívar, con la afrodescendiente de Alejandro Petión, presidente de la Republica Libre de Haití, que intercambiaron conceptos de lo que es un Pueblo Libre, pues este país, se había independizado del Imperio Francés, y el Bolívar miró su poderío ejército, y le solicito apoyo como su última Carta bajo la manga, - y Petión se la dio, para materializar la Independencia de Venezuela.
Este apoyo, fue de hombres, dinero, de imprenta, y lo más importante de ánimo, de solidaridad, de hermandad y otros valores consagrados en esa lucha emprendida por el pueblo haitiano, consagrados en su Constitución, como modelo humano.
Aclaramos, que el modelo de Revolución france(sa) que fue Burgue(sa), nada tiene que ver con nosotros; pues por cierto el presidente Maduro, hace poco de ésta resalto: la "Liberté, Égalité, Fraternité", quizás por desconocimiento histórico comparándola con nuestro proceso revolucionario bolivariano, y la Revolución Haitiana.
Lo cierto, es que con lo anterior, vamos a tener a un Simón Bolívar afro-re alfabetizado con el concepto de libertad de los pueblos soberanos, y en año 1826 convoca su famoso Congreso Anfictiónico de Panamá, con la idea de crear una asociación de estados en el hemisferio (hoy la OEA), saboteado por los gobiernos de Colombia como Muchado igual de Estados Unidos y Canadá, actualmente.
A todas estas, la respuesta que le viene dando el Estado Venezolano, junto a sus amigos y sus países hermanos, es la Lucha de Simón Bolívar, Alejandro Petión, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, y derrotaran las pretensiones de la CARTA del Señor, Almagro, quien no sabe en qué lio se metió y ya comienza a ¡Pedir Cacao..!